domingo, 30 de noviembre de 2014

Clavelier et Fils "Les Perrières" 2011

Para celebrar el vino número 100 que analizo para este blog os traigo una pequeña joya de la región francesa de Borgoña. Un vino de la bodega Clavelier et Fils de la que ya os he traído alguna muestra en estas páginas, gracias a la selección que tienen de sus vinos en Oh delice!.

Como es propio de los vinos de la región, se trata de un monovarietal de uva pinot noir, tan delicada como elegante y rica en matices, que ha pasado por una crianza en barricas de roble francés. Este vino forma parte de la línea de gama alta de la bodega, "Les essentiels", que se caracteriza por una cuidada selección del fruto y un trabajo en bodega que apuesta por rescatar la esencia de esta variedad.

Una de las peculiaridades de este vino, que lo hacen especialmente recomendable, es el hecho de agradar de igual manera a expertos como a neófitos, ya que siendo muy fácil de beber y con un nivel de alcohol bajo (13 grados), posee una complejidad y amplitud de matices realmente notable.

A la vista presenta un color rubí con ribete rosaceo, poco cubierto y con lágrima brillante y de media densidad.

En nariz se muestra fresco y perfumado, con notas de moras, lilas, fresas, champiñón y una ligera mineralidad.

En boca posee una entrada sedosa, elegante, con taninos maduros. Nos trae recuerdos de confitura de moras, fresas, frambuesas y golosina de fresa. La retronasal nos habla de fruta madura y muestra matices ligeramente especiados. Final de medio recorrido y buena persistencia.

Por unos 30€ podemos disfrutar de un vino amable y complejo, un Borgoña de verdad, de la prestigiosa región de Beaune donde alcanza la distinguida calificación de Primer Cru. Lo tomé con un buen confit de pato con confitura de fresa y fue un rotundo éxito. Marida igualmente bien con todo tipo de aves de corral, carnes blancas, ensaladas calientes, foie, caza, pescados a la plancha y quesos semi curados. Mi calificación para este Clavelier et Fils "Les Perrieres" en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Muga Selección Especial 2009

Bodegas Muga es uno de los grandes referentes vitivinícolas de la Rioja Alta. Asentada en el barrio de la estación de Haro, es una de las más completas, refinadas y exquisitas en sus trabajos con el vino. Hace un par de veranos tuve la suerte de visitar sus instalaciones y desde aquí aprovecho encarecidamente realizar una de sus catas, bien dirigidas y en las que se aprende y se intensifica la pasión por este mundo.

Su vino reserva, el Selección Especial que hoy os traigo, toma su nombre de una filosofía bodeguera basada en la honestidad: solo se embotellan y sacan al mercado las mejores añadas. Se trata de un coupage de tempranillo (70%), garnacha (20%), graciano y mazuelo (10%) de las mejores uvas seleccionadas de sus viñedos, que ha recibido una crianza de 28 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), muchas de estas barricas fabricadas en la propia bodega.

Un vino con clase y señorío, como muestra de una de las más grandes bodegas de La Rioja.

A la vista presenta un color picota con ribete granate, cobertura media y lágrima densa y bien tintada.

En nariz se muestra cremoso y fresco, aportando notas de fresas, grosellas, ciruela roja, regaliz, golosina de fresa, chocolate y mantequilla fresca.

En boca posee una entrada redonda, muy buena acidez y unos taninos maduros. Entrega notas de fresas y cerezas junto a un marcado matiz a mantequilla. La retronasal nos habla de confitura de fresa, especias y notas lácteas. Final de medio recorrido y buena persistencia.

Por unos 24€ podemos disfrutar de un vino con personalidad, un Rioja con pedigrí, una joya vinícola que merece muy mucho el esfuerzo empleado en el coste de la botella. Marida bien con carnes rojas, guisos de cordero y legumbres y quesos bien curados. Mi calificación para este Muga Selección Especial en su añada de 2009 es de un 93 sobre 100.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Jorge Ordóñez & Co. Victoria nº 2 2013

Con tan solo 10 años de historia, la bodega Jorge Ordoñez se ha convertido en referente internacional, especialmente en lo que concierne a vinos blancos dulces. Situada en la zona montañosa de la Axarquía malagueña, sus viñedos son de los más antiguos de Europa en la recolección de uvas pasas.

Todo nace bajo la unión de las familias Ordoñez de Málaga y Kracher de Austria, de hecho, cabe reseñar la influencia del bodeguero austríaco Alois Kracher que ya era número uno en la producción de vinos dulces en su país.

El vino que hoy os traigo ha regado las copas en eventos tan importantes como el 88º cumpleaños de la Reina de Inglaterra o el banquete de los premios Nobel en 2012. Se trata de un monovarietal de moscatel de Alejandría que ha recibido una fermentación en depósitos de acero inoxidable controlando la temperatura hasta alcanzar el nivel de alcohol deseado (10 grados).

A la vista presenta un color dorado con ribete pajizo, muy poco cubierto y con lágrima brillante de media densidad.

En nariz se muestra embriagador, envolvente, goloso. Entrega notas de melocotón en almíbar, albaricoque, dulce de membrillo y cáscara de naranja.

En boca posee una entrada amplia, sedosa, untuosa, dulce y fresco a la vez. Emocionante. Nos trae recuerdos de melocotón en almíbar, fruta de hueso y matices amielados. La retronasal nos habla de fruta madura, dulce, envuelta en mermelada de melocotón. Final largo y buena persistencia.

Por poco menos de 20€ (la botella de 37,5 cl.) nos podemos dar un capricho de auténticos dioses, un manjar de reyes que no defraudará a cualquier amante de los buenos vinos. Marida bien con postres, chocolates y foie, aunque también es amigo de la soledad, fiel compañero de lectura en una tarde otoñal al abrigo de una buena chimenea o, en su defecto, de un buen radiador. Mi calificación para este Jorge Ordóñez & Co. Victoria nº 2 en su añada de 2013 es de un 95 sobre 100.

martes, 11 de noviembre de 2014

Es lo que hay 2011

Norrel Robertson, escocés de nacimiento, lleva 20 años en nuestro país trabajando en el mundo del vino. En 2004 decidió crear uno que mostrara la esencia de las excelentes garnachas de viñas viejas de Aragón. Así nace este Es lo que hay. Cultivadas en suelos de pizarra y sometidas a extremos cambios climáticos a una altitud de 1000 metros, estas cepas aportan lo mejor de sí mismas dotando a sus vinos de un carácter varietal y una originalidad evidentes.

Nunca me cansaré de bendecir las cualidades de estas viejas garnachas, cultivos casi olvidados que aportan un beneficio mínimo a sus sufridos viticultores, pero que regalan magia a nuestras agradecidas copas.

Es lo que hay 2011 es un monovarietal de garnacha que ha recibido una fermentación y posterior crianza sobre sus lías de 20 meses en barricas de roble. Un cuidado enorme por respetar la esencia de una variedad en una etiqueta que no engaña a nadie: garnacha de cepas viejas, es lo que hay.

A la vista presenta un color granate con ribete rubí muy vivo, media cobertura y lágrima densa y tintada.

En nariz se muestra fresco, intenso y frutal. Entrega notas de ahumados, hierbas de monte, fresas, regaliz y un ligero matiz especiado. Marcado carácter varietal.

En boca posee una entrada potente y cálida fruto de su alto contenido alcohólico (15 grados), mostrando unos taninos ligeramente secos. Buena acidez que aporta frescura, bien equilibrada. Notas de fresas, frambuesas, especias y piruleta unidas a un matiz mineral envuelven nuestro paladar para dar paso a una retronasal que nos habla de fruta madura confitada y cerezas. Final largo y buena persistencia.

Por unos 15€ podéis disfrutar de una excelentísima garnacha aragonesa, original, fresca y cargada de matices, a la que solo se le puede echar en cara un ligero exceso de alcohol. Marida bien con carnes rojas a la plancha, quesos curados y caza. Mi calificación para este Es lo que hay en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Numanthia 2010

La mítica resistencia de la antigua ciudad de Numancia inspiró a Marcos Eguren en su primer viaje vitivinícola a la región de Toro. Y es que ese tipo de resistencia ante cualquier invasor, incluída la filoxera, por parte de estas cepas con más de 50 años de edad, hacen de este cultivo un auténtico superviviente.

El viñedo tocó el cielo con los 100 puntos que le otorgó Robert Parker en 2004 al vino de más alta gama de la bodega, el Termanthia. Poco después la bodega pasa a ser propiedad del elitista Grupo Louis Vuitton y Möet Hennessy y desde entonces las riendas, desde el punto de vista enológico, las ha llevado el portugués Manuel Louzada. El vino sigue siendo un referente del buen hacer en su denominación de origen alcanzando similares cotas de calidad a las de otros vinos de parecido rango de precio en esta región como puedan ser San Román, Matsu El Viejo o Victorino, aunque sin llegar a la majestuosidad de antaño.

Se trata de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas de roble francés. Un vino serio, con carácter y la contundencia alcohólica (15 grados) típica en los vinos de Toro.

A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y tintada.

En nariz se muestra muy envolvente e intenso. Fresas, chocolate, notas lácteas y torrefactos, junto a un ligero matiz especiado, crean una complejidad impactante.

En boca posee una entrada potente, majestuosa, con raza. Se muestra algo licoroso con unos taninos maduros. Notas de cerezas, arándanos y cacao envuelven el paladar dejando una sensación final algo amarga pero bien equlibrada. La retronasal nos habla de fruta madura y chocolate puro que dan paso a un final largo y alta persistencia.

Por unos 35€ podéis disfrutar de un vino potente y bien hecho, original y con un carácter tan especial que lo hace único. Marida bien con guisos potentes de legumbres o cordero, carnes rojas a la plancha y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Numanthia en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

María de la O 2011

Vinos Divertidos es una bodega dedicada al trabajo vitivinícola con variedades de uva en peligro de extinción, dándole además una imagen original y muy divertida al continente de sus productos. El vino que os traigo hoy procede de viñas viejas de garnacha cuyas cepas alcanzan los 80 años de edad. Todo un lujo a un precio muy asequible. Y es que en Aragón hay mucho viñedo de garnacha casi abandonado que está esperando las manos sabias de algún viticultor con la paciencia y dedicación para sacar lo mejor de esta magnífica variedad.

María de la O es un monovarietal de garnacha que ha recibido una crianza de 3 meses en barricas de roble francés. Es un vino fresco, agradable, muy fácil de beber, que invita a la mesa incluso a los menos apasionados del vino.

A la vista presenta un color granate con ribete violáceo, cobertura media y lágrima densa y brillante.

En nariz se muestra muy frutal y fresco aportando notas de fresas, frambuesas, cerezas, golosina de fresa, hierbas de monte y piruleta. Es fresco pero poco intenso.

En boca posee una entrada muy agradable, equilibrada, sin duda un vino para acompañar nuestros mejores platos cada día. Presenta unos taninos maduros y toda la frescura y el carácter varietal de las buenas garnachas. Entrega notas de fresas, regaliz rojo, y mermelada de frutos del bosque. La retronasal nos habla de fruta roja fresca y buena madera. Final algo corto y persistencia media.

Por unos 9€ podéis disfrutar de una nueva muestra de buena garnacha aragonesa, poco ambiciosa pero muy resultona, agradable y que invita a repetir. Marida bien con todo tipo de aperitivos y entrantes, ensaladas frescas y pasta. También puede acompañar bien a un buen pescado a la plancha. Mi calificación para este María de la O en su añada de 2011 es de un 88 sobre 100.