En la joven Denominación de Origen de Montsant se sitúa la bodega Portal de Montsant que nos ofrece con este Bruberry la iniciación a su manera de entender el vino. Ante el intento de mostrar auténticos vinos de pago basados en una viticultura sostenible y de mínima intervención, este vino se convierte en una sorpresa tanto para profesionales como aficionados ya que posee la virtud de ser amable, goloso, fácil de beber y a la vez transmite muy bien la complejidad del terruño al que pertenece.
Hablamos de un assemblage de garnacha y cariñena típicas de la zona procedentes de viñedos en ladera a una altura de entre 300 y 700 metros de altitud y con una edad comprendida entre los 20 y 50 años que ha recibido en parte un mínimo paso de 5 meses por barricas de segundo y tercer uso de roble francés.
A la vista presenta un color violáceo con ribete rubí, de capa baja y lágrima de media densidad, gruesa y brillante.
En nariz se muestra muy frutoso, balsámico, entregando notas de frambuesas, grosellas, arándanos, piruleta, regaliz dulce, eucalipto y violetas.
En boca posee una entrada fresca, sedosa, redonda, mostrándose untuoso y con unos taninos maduros. Muy frutal, nos habla de fresas, frambuesas, ciruelas rojas y guindas. La retronasal nos trae recuerdos de mermelada de frutos rojos, regaliz dulce y madera fresca. Final largo y buena persistencia.
Por unos 10€ podemos disfrutar de un vino fresco y muy apetecible que aporta lo mejor de su tierra y que marida bien con aperitivos, arroces, carne de cerdo y pescado azul a la plancha. Mi calificación para este Bruberry en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
miércoles, 12 de agosto de 2015
viernes, 7 de agosto de 2015
Château Lafitte Heritage 2011
A esto hay que añadir la ayuda recibida por el enólogo y actual propietario de la bodega, Philippe Mengin de parte del prestigioso consultor Michel Rolland, culpable de todo tipo de proyectos vinícolas a lo largo y ancho del mundo. Según sus propias palabras para que un vino sea bueno debe estar concebido por Michel Rolland. No voy a poner en jaque a semejante personaje pero tengo que decir que ya he tenido un par de encuentros con algunas de sus "creaciones" y no me han parecido gran cosa. Este Heritage 2011 no es la excepción de la regla, aún mostrándose fino y bien hecho dista mucho de la calidad que se le presume a un vino de su altura económica.
Se trata, así, de un coupage de merlot (90%) y cabernet sauvignon (10%) que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés.
A la vista presenta un color granate oscuro con ribete cereza, de capa media y lágrima gruesa, transparente y de media densidad.
En nariz se muestra intenso y frutoso. Notas de cerezas, moras, arándanos, membrillo, melocotón en almíbar y chocolate completan su perfil aromático.
En boca posee una entrada redonda, honesta, aunque algo vacua y con un nivel de acidez bajo para su juventud. Presenta unos taninos maduros. Suave y delicado entrega notas de confitura de moras, guindas y macedonia de frutas. La retronasal nos habla de cerezas maduras, especias y buena madera. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ se puede disfrutar de este Burdeos algo vacuo y poco trascendente en boca aunque con una excelente fase olfativa y toda la finura de los vinos de la zona. Abstenerse amantes del cabernet ya que este vino rebosa merlot por los cinco costados (para mi disgusto). Marida bien con ensaladas templadas, pasta fresca, y carnes blancas a la plancha. Mi calificación para este Château Lafitte Heritage en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
jueves, 30 de julio de 2015
Château Pontet-Canet 2006
Uno de esos Grand Cru Classé otorgado en 1855 es este Château Pontet-Canet, que ha conocido diversas etapas en todo este tiempo pero que en la última década ha alcanzado puntos de excelencia que le han llevado a añadas como la de 2010 a recibir la mítica cifra de 100 puntos otorgada por el reputado crítico vinícola Robert Parker.
La magia de este gran vino procede de unos suelos extremadamente pobres en los que crecen unos frutos con un altísimo nivel de concentración, lo cual unido a una política de mínima intervención en la viña garantiza la belleza de un producto único.
En la añada de 2006 estamos ante un assamblage de cabernet sauvignon (en un 62%), merlot (en un 33%), cabernet franc (en un 3%) y petit verdot (en un 2%), que ha recibido una crianza de entre 16 y 20 meses en barricas de roble francés que no superan en ningún caso los dos tercios de nuevo uso.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, de capa alta y lágrima de media densidad, gruesa y brillante.
En nariz se muestra complejo, profundo y elegante. Entrega notas de fresas, frambuesas, grosellas, vainilla, chocolate con leche, flores frescas y caramelo.
En boca posee una entrada amplia, equilibrada, mostrando una gran estructura, unos taninos aterciopelados y una acidez impecable que nos advierte que podemos estar en el mejor momento para tomarlo a pesar de que a buen seguro puede aguantar muy bien otra década en botella. Nos trae recuerdos de confitura de frutos rojos, cerezas, cacao, roble cremoso y un ligero punto picante. La retronasal nos habla de brandy, mantequilla fresca y buena madera. Final largo y buena persistencia.
La botella que yo he tomado la conseguí al sorprendente precio de 59€, pero su precio actual de mercado se mueve entre los 150 y los 200€, precio que a buen seguro crecerá en los próximos años. Puede parecer caro pero es el arancel a pagar si se está dispuesto a conocer uno de los vinos franceses más emblemáticos de los últimos años. Marida bien con guisos de legumbres, carnes rojas y blancas a la parrilla, embutidos, quesos curados y foie. Mi calificación para este Château Pontet-Canet en su añada de 2006 es de un 96 sobre 100.
lunes, 27 de julio de 2015
Château Peyredon Lagravette 2008
Hoy os traigo un Listrac-Médoc comprado en la casa de mis amigos Antonio y Clotilde, en Oh Delice! procedente de una pequeña finca de 5 hectáreas en un enclave muy especial que perteneció durante más de dos siglos a la familia Holstein para pasar a manos, en el comienzo del actual siglo, de la familia Dupuch-Mondon famosa por su otro terroir en el château Sainte-Marie.
Se trata de un assemblage de cabernet sauvignon (63%) y merlot (37%) vinificadas por separado procedente de viñas viejas cuyo fruto se vendimia de manera totalmente manual y que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas de roble francés.
A la vista presenta un color granate con ribete ligeramente asalmonado, de media capa y lágrima abundante, brillante y de media densidad.
En nariz se muestra envolvente y sutil, entregándose poco a poco por lo que se recomienda servir en copa una hora antes de su consumo. Notas de fresas, tabaco, caramelo, cuero, moras y cerezas dan muestra de un perfil aromático complejo y muy especial.
En boca posee una entrada fresca y elegante con una excelente acidez que augura una amplia guarda. Presenta unos taninos aterciopelados. Entrega notas de moras, cerezas, sandía y madera fresca que dan paso a una retronasal que nos trae recuerdos de mermelada de ciruelas y guindas. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 25€ podemos disfrutar de un vino serio y con mucha clase, fruto de una parcela muy particular y especial que aporta toda su identidad al mismo. Marida bien con aves de corral, caza y quesos de media curación. Mi calificación para este Château Peyredon Lagravette en su añada de 2008 es de un 92 sobre 100.
jueves, 23 de julio de 2015
Care Finca Bancales 2011
Cariñena es una de las tres denominaciones de origen más antigua de España, sólo más joven que Rioja y Jerez, lo cual indica el compromiso de esta tierra aragonesa por la viticultura. Care es la imagen de Bodegas Añadas, una joven empresa que lleva poco más de 10 años creando vinos a partir de las uvas recogidas en cuatro fincas de viñedos propios.
Finca Bancales, de la cual se extrae el vino que hoy os traigo, está situada a una altitud de 600 metros con orientación norte-sur y una edad de las cepas de entre 10 y 100 años. Se cultivan en esta finca las variedades garnacha, syrah, tempranillo, chardonnay y macabeo, centrándonos hoy exclusivamente en la primera de ellas que procede de cepas con 80 años de edad y una producción mínima que garantiza la máxima calidad de sus frutos.
Hablamos, pues, de un monovarietal de garnacha procedente de cepas viejas que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas de roble americano (en un 60%) y francés (en un 40%) realizándose hasta tres trasiegos en este tiempo para posteriormente descansar otros 17 meses en botella antes de ser comercializado.
A la vista presenta un color granate con ribete cereza, de capa media-alta y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso con un marcado carácter varietal. Emocionante. Entrega notas de cerezas, especias, fruta de hueso y una marcada mineralidad.
En boca posee una entrada amplia, envolvente, frutosa y con unos taninos sedosos. Fresco, goloso, equilibrado y muy redondo, nos habla de fresas, frambuesas, cerezas, piruleta y caramelo. La retronasal nos trae recuerdos de mermelada de ciruelas, madera fresca y regaliz dulce. Es un vino untuoso y con mucho cuerpo. Final de medio recorrido y larga persistencia.
Por unos 13€ podemos disfrutar de una garnacha muy diferente a las de Gredos, con más cuerpo, estructura y presencia, aunque también algo menos fresca. Un vino que sorprende por su calidad aportando una relación calidad-precio poco habitual. Marida bien con carnes blancas, caza y un buen rissotto. Mi calificación para este Care Finca Bancales en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
Finca Bancales, de la cual se extrae el vino que hoy os traigo, está situada a una altitud de 600 metros con orientación norte-sur y una edad de las cepas de entre 10 y 100 años. Se cultivan en esta finca las variedades garnacha, syrah, tempranillo, chardonnay y macabeo, centrándonos hoy exclusivamente en la primera de ellas que procede de cepas con 80 años de edad y una producción mínima que garantiza la máxima calidad de sus frutos.
Hablamos, pues, de un monovarietal de garnacha procedente de cepas viejas que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas de roble americano (en un 60%) y francés (en un 40%) realizándose hasta tres trasiegos en este tiempo para posteriormente descansar otros 17 meses en botella antes de ser comercializado.
A la vista presenta un color granate con ribete cereza, de capa media-alta y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso con un marcado carácter varietal. Emocionante. Entrega notas de cerezas, especias, fruta de hueso y una marcada mineralidad.
En boca posee una entrada amplia, envolvente, frutosa y con unos taninos sedosos. Fresco, goloso, equilibrado y muy redondo, nos habla de fresas, frambuesas, cerezas, piruleta y caramelo. La retronasal nos trae recuerdos de mermelada de ciruelas, madera fresca y regaliz dulce. Es un vino untuoso y con mucho cuerpo. Final de medio recorrido y larga persistencia.
Por unos 13€ podemos disfrutar de una garnacha muy diferente a las de Gredos, con más cuerpo, estructura y presencia, aunque también algo menos fresca. Un vino que sorprende por su calidad aportando una relación calidad-precio poco habitual. Marida bien con carnes blancas, caza y un buen rissotto. Mi calificación para este Care Finca Bancales en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
martes, 21 de julio de 2015
Alión 2011
Para todo español amante del buen vino hablar de Vega Sicilia es hablar de la excelencia en la forma de entender la viticultura. Asentados en la Ribera del Duero con su bodega madre donde se crean joyas como Único o Valbuena 5º, llegó un momento en que se decidió dar un paso más en la manera de entender la fisonomía de esta empresa optando por abrirse a nuevos terroirs. Así nacen Alión, también en la Ribera del Duero, Pintia en Toro y Oremus en Hungría.
Alion es fruto de tres parcelas diferentes ubicadas: una de ellas en la propia finca Vega Sicilia, otra en Padilla de Duero y una tercera en Pesquera de Duero. Todas las cepas plantadas por Vega Sicilia no son utilizadas para hacer vino hasta que poseen una edad mínima de 10 años, en el caso de este Alión poseen todas una edad de entre 25 y 35 años de edad, asentadas sobre suelos con depósitos aluviales procedentes del propio Río Duero y con una capacidad de drenaje que garantiza la equilibrada maduración de sus uvas.
Estamos ante un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas nuevas de roble francés de primeras firmas, descansando posteriormente otros 18 ó 20 meses en botella antes de salir a la venta.
A la vista presenta un color picota con ribete ligeramente violáceo, de capa alta y con lágrima de media densidad, fina y brillante.
En nariz se muestra muy intenso y envolvente, emocionante. Entrega notas de fresas, frambuesas, chocolate, lácteos, una marcada mineralidad y un ligero matiz de hierbas de monte.
En boca posee una entrada potente, de explosiva frutosidad, muy goloso y con taninos sedosos. Dotado de una excelente acidez se descubre equilibrado, emocionante, riquísimo. Nos aporta notas de mermelada de ciruelas, fresas, vainilla, cacao, lácteos y roble cremoso. La retronasal se envuelve en aromas de queso de bola, especias y torrefactos. Final muy largo y gran persistencia.
Por unos 50€ se puede disfrutar de uno de los vinos más serios y deliciosos de nuestro país, una buena muestra del savoir-faire de la firma a la que pertenece. Marida bien con guisos de legumbres, caza menor y quesos bien curados. Mi calificación para este Alión en su añada de 2011 es de un 96 sobre 100.
Alion es fruto de tres parcelas diferentes ubicadas: una de ellas en la propia finca Vega Sicilia, otra en Padilla de Duero y una tercera en Pesquera de Duero. Todas las cepas plantadas por Vega Sicilia no son utilizadas para hacer vino hasta que poseen una edad mínima de 10 años, en el caso de este Alión poseen todas una edad de entre 25 y 35 años de edad, asentadas sobre suelos con depósitos aluviales procedentes del propio Río Duero y con una capacidad de drenaje que garantiza la equilibrada maduración de sus uvas.
Estamos ante un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas nuevas de roble francés de primeras firmas, descansando posteriormente otros 18 ó 20 meses en botella antes de salir a la venta.
A la vista presenta un color picota con ribete ligeramente violáceo, de capa alta y con lágrima de media densidad, fina y brillante.
En nariz se muestra muy intenso y envolvente, emocionante. Entrega notas de fresas, frambuesas, chocolate, lácteos, una marcada mineralidad y un ligero matiz de hierbas de monte.
En boca posee una entrada potente, de explosiva frutosidad, muy goloso y con taninos sedosos. Dotado de una excelente acidez se descubre equilibrado, emocionante, riquísimo. Nos aporta notas de mermelada de ciruelas, fresas, vainilla, cacao, lácteos y roble cremoso. La retronasal se envuelve en aromas de queso de bola, especias y torrefactos. Final muy largo y gran persistencia.
Por unos 50€ se puede disfrutar de uno de los vinos más serios y deliciosos de nuestro país, una buena muestra del savoir-faire de la firma a la que pertenece. Marida bien con guisos de legumbres, caza menor y quesos bien curados. Mi calificación para este Alión en su añada de 2011 es de un 96 sobre 100.
miércoles, 15 de julio de 2015
Tilenus 2011
El origen de la misma procede de 1999 cuando la familia Frías decidió recuperar una antigua lechería en la pedanía de Dehesas para albergar allí las instalaciones de Bodegas Estefanía. En un entorno ideal para el cultivo de la mencía, con suelos arcillosos y una altitud de entre 600 y 700 metros, maduran unas uvas con alto poder de concentración debido a una bajísima producción de las cepas de entre 40 y 60 años de las que proceden. Apenas 1,2 kilos de fruto por cepa que garantizan toda la expresión y frescura de esta variedad.
Hablamos, por tanto, de un monovarietal de mencía que ha recibido una crianza de entre 8 y 12 meses en barricas de roble francés.
A la vista presenta un color granate con ribete cereza, de media capa y lágrima fina, abundante y densa.
En nariz se muestra intenso, frutoso y mineral. Entrega notas de fresas, frambuesas, arcilla, regaliz dulce, mantequilla fresca y un marcado matiz balsámico.
En boca posee una entrada potente y fresca, muy frutal, mostrando una buena acidez junto a unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, fresas, guindas en licor y un ligero matiz mineral dan paso a una retronasal que nos habla de regaliz, especias y madera fresca. Final de largo recorrido y persistencia media.
Por unos 9€ podemos disfrutar de una mencía bien hecha, con raza, que nos habla de todas las grandes virtudes de la tierra de la que procede. Marida bien con carnes blancas y rojas a la parrilla y embutidos de la zona. Mi calificación para este Tilenus en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
domingo, 12 de julio de 2015
Volnay Saint François 2010
Este Dominio engloba 6 hectáreas de terreno cultivado en Volnay, localidad reconocida internacionalmente por ofrecer los pinot noir más delicados y florales, los más sutiles y embriagadores de toda Borgoña.
Así, el vino que hoy os traigo es un monovarietal de pinot noir que ha recibido una crianza de 24 meses en barricas de roble antes de proceder a su embotellado. Por el exquisito control de los frutos y el excelente grado de acidez de este vino, es fácil esperar de él una notable longevidad mediante una guarda responsable.
A la vista presenta un color rubí con ribete salmón, de capa baja y con lágrima gruesa, transparente y de media densidad.
En nariz se muestra fino y elegante, delicado y sutil. Aporta notas de flores blancas, fresas, ciruelas rojas, regaliz dulce y algodón de azúcar.
En boca posee una entrada amplia y redonda, con buena acidez y unos taninos maduros. Entrega notas de caramelo de fresa, mermelada de frutos rojos, ahumados y una ligera mineralidad. La retronasal nos trae recuerdos de violetas, cerezas y madera fresca. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 45€ podemos disfrutar de un Borgoña elegante, de calidad y bien trabajado, un anticipo de lo que pueden ofrecer los vinos más altos de gama de esta bodega. Marida bien con carnes blancas, pastas frescas y confit de pato. Mi calificación para este Volnay Saint François en su añada de 2010 es de un 93 sobre 100.
miércoles, 8 de julio de 2015
Agnvs Cabernet Sauvignon 2012
Lidio Carraro es uno de los viticultores con mayor prestigio de Brasil. Gracias al regalo por parte de mis compañeros de trabajo de una botella del vino que hoy os traigo, he tenido la oportunidad de disfrutar de una excelente referencia de lo que la cabernet sauvignon puede dar de sí en este país sudamericano.
Con una vocación mínimamente intervencionista con la intención de aportar la máxima expresión de este particular terruño, sus creadores han escogido las mejores uvas de sus parcelas de esta variedad para ofrecer un vino de calidad que puede competir en su escala de precio con cualquier vino similar de regiones vinícolas más reputadas a nivel internacional.
Se trata así de un monovarietal de cabernet sauvignon cuya vinificación me ha sido imposible de certificar. Ni desde la página de la bodega, ni desde la propia tienda que lo importa para España (Lavinia) me han podido dar información al respecto aunque es de esperar que estemos hablando de un vino que haya recibido una crianza en barrica en un periodo no superior al año.
A la vista presenta un color granate oscuro con ribete cereza, de capa alta y lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra intenso y frutal entregando notas de moras, cerezas, cecina, café, guindas y arándanos. Complejo.
En boca posee una entrada amplia, voluptuosa, con taninos maduros. Presenta un excelente equilibrio y buena acidez y nos trae recuerdos de cerezas, mermelada de moras, tomillo y cuero. La retronasal aporta ligeros matices arcillosos y de buena madera. Final de largo recorrido y buena persistencia.
Por algo menos de 20€ podemos disfrutar de un excelente cabernet, serio y fino que afianza nuestro interés por conocer nuevas tierras de producción vitivinícola a lo largo y ancho de nuestro planeta. Marida bien con carnes rojas con salsas, especialmente caldereta de cordero, aunque también acompaña de manera notable platos de caza. Mi calificación para este Agnvs Cabernet Sauvignon en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
Con una vocación mínimamente intervencionista con la intención de aportar la máxima expresión de este particular terruño, sus creadores han escogido las mejores uvas de sus parcelas de esta variedad para ofrecer un vino de calidad que puede competir en su escala de precio con cualquier vino similar de regiones vinícolas más reputadas a nivel internacional.
Se trata así de un monovarietal de cabernet sauvignon cuya vinificación me ha sido imposible de certificar. Ni desde la página de la bodega, ni desde la propia tienda que lo importa para España (Lavinia) me han podido dar información al respecto aunque es de esperar que estemos hablando de un vino que haya recibido una crianza en barrica en un periodo no superior al año.
A la vista presenta un color granate oscuro con ribete cereza, de capa alta y lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra intenso y frutal entregando notas de moras, cerezas, cecina, café, guindas y arándanos. Complejo.
En boca posee una entrada amplia, voluptuosa, con taninos maduros. Presenta un excelente equilibrio y buena acidez y nos trae recuerdos de cerezas, mermelada de moras, tomillo y cuero. La retronasal aporta ligeros matices arcillosos y de buena madera. Final de largo recorrido y buena persistencia.
Por algo menos de 20€ podemos disfrutar de un excelente cabernet, serio y fino que afianza nuestro interés por conocer nuevas tierras de producción vitivinícola a lo largo y ancho de nuestro planeta. Marida bien con carnes rojas con salsas, especialmente caldereta de cordero, aunque también acompaña de manera notable platos de caza. Mi calificación para este Agnvs Cabernet Sauvignon en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
viernes, 3 de julio de 2015
Dehesa de los Canónigos 2011
De las magníficas 600 hectáreas de la finca sólo 70 se dedican al cultivo de la vid, con las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y albillo. Las dos primeras forman el exquisito coupage que hoy os traigo a estas páginas. Con una representación del 88% de uva tempranillo y un 12% de cabernet sauvignon, el vino ha recibido una crianza de 15 meses en barricas de roble americano de tostado medio y grano fino.
Quizás por su relación calidad-precio, se ha convertido en una de las mayores y más gratas sorpresas que me he encontrado en esto del vino en mucho tiempo.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, de capa alta y lágrima fina de media densidad y ligeramente tintada.
En nariz se muestra muy envolvente e intenso, entrega notas de fresas, moras, cacao, mantequilla fresca y cerezas.
En boca posee una entrada amplia, mostrándose equlibrado, serio, delicado, riquísimo. Muestra unos taninos bien maduros y nos habla de fresas, ciruelas rojas, regaliz, cacao, café, dejando una sensación densa, casi se mastica. La retronasal entrega notas de fruta de hueso, licor de guindas y roble cremoso. Final de largo recorrido y gran persistencia.
Por unos 15€ podemos disfrutar de un vino sorprendente, elegante, un Ribera espectacular con la que para mí es la mejor composición de esta zona: la tempranillo y la cabernet de la mano para hacernos tocar el cielo. Marida bien con embutidos ibéricos, carnes rojas a la parrilla, quesos curados y un buen atún rojo a la plancha. Mi calificación para este Dehesa de los Canónigos en su añada de 2011 es de un 95 sobre 100.
martes, 30 de junio de 2015
Navaherreros 2011
Ya he traído a estas páginas otro vino de esta magnífica bodega, el excelente Carril del Rey, y hacía tiempo que quería repetir con estas garnachas de Gredos. El problema de este Navaherreros (y que ya lo percibí hace un tiempo con otra añada del mismo vino) es que está pasado de alcohol. No sólo por los 15 grados que tiene sino porque su nariz y especialmente su boca se muestran especialmente licorosas.
Eso no quita para que estemos ante un vino de altísimo nivel y con muy buena relación calidad-precio pero en este caso recomiendo de forma casi obligatoria una decantación previa de al menos un par de horas para que el vino se oxigene y libere parte de ese marcado contenido alcohólico.
Estamos una vez más ante un monovarietal de garnacha procedente de viñedos entre los 40 y 80 años de edad de diferentes parcelas a gran altura que se han vinificado por separado en depósitos de madera, hormigón o acero inoxidable en función de las características propias de cada una de ellas.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, de capa baja y lágrima densa, gruesa y transparente.
En nariz se muestra intenso, envolvente, complejo y emocionante. Entrega notas de fresas, cerezas, sandía, tostados y torrefactos.
En boca posee una entrada potente, ligeramente seca y licorosa con unos taninos casi maduros. A medida que se oxigena aparece poco a poco la fruta roja y una marcada mineralidad. La retronasal nos habla de licor de guindas y vieja madera. Presenta un final de medio recorrido y gran persistencia.
Por unos 13€ podéis disfrutar de una garnacha de Gredos con carácter y personalidad. Huíd de los que os digan que es aborgoñado, que recuerda a los pinot noir de Beaujolais. Olvidadlo. Esto es otra cosa, ni mejor ni peor, y en cualquier caso un vino muy recomendable. Marida bien con carnes estofadas, callos a la madrileña y ensaladas templadas con quesos untuosos. Mi calificación para este Navaherreros en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
Eso no quita para que estemos ante un vino de altísimo nivel y con muy buena relación calidad-precio pero en este caso recomiendo de forma casi obligatoria una decantación previa de al menos un par de horas para que el vino se oxigene y libere parte de ese marcado contenido alcohólico.
Estamos una vez más ante un monovarietal de garnacha procedente de viñedos entre los 40 y 80 años de edad de diferentes parcelas a gran altura que se han vinificado por separado en depósitos de madera, hormigón o acero inoxidable en función de las características propias de cada una de ellas.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, de capa baja y lágrima densa, gruesa y transparente.
En nariz se muestra intenso, envolvente, complejo y emocionante. Entrega notas de fresas, cerezas, sandía, tostados y torrefactos.
En boca posee una entrada potente, ligeramente seca y licorosa con unos taninos casi maduros. A medida que se oxigena aparece poco a poco la fruta roja y una marcada mineralidad. La retronasal nos habla de licor de guindas y vieja madera. Presenta un final de medio recorrido y gran persistencia.
Por unos 13€ podéis disfrutar de una garnacha de Gredos con carácter y personalidad. Huíd de los que os digan que es aborgoñado, que recuerda a los pinot noir de Beaujolais. Olvidadlo. Esto es otra cosa, ni mejor ni peor, y en cualquier caso un vino muy recomendable. Marida bien con carnes estofadas, callos a la madrileña y ensaladas templadas con quesos untuosos. Mi calificación para este Navaherreros en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
lunes, 29 de junio de 2015
Mirabel 2009
La filosofía de su bodega Pagos de Mirabel es fundamentalmente no intervencionista, con un respeto absoluto por ofrecer la esencia, la verdad de cada suelo y clima, de cada planta, y este Mirabel 2009 es buena prueba de ello. Se trata de un coupage de tempranillo (75%) y cabernet sauvignon (25%) que ha recibido una crianza de 11 meses en barricas de segundo uso de roble francés.
Un vino serio, elegante y bien hecho, que genera la esperanza de que podamos seguir disfrutando de vinos de calidad en una tierra tan especial y ligada a la viticultura como la extremeña.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, de capa alta y lágrima fina, densa y tintada.
En nariz se muestra intenso y algo herbáceo. Entrega notas de hierbas de monte, cerezas, moras, regaliz y menta.
En boca posee una entrada envolvente, potente y amplia con unos taninos maduros. Es un vino con carácter, bien estructurado y muestra una excelente acidez. Notas de cerezas, frambuesas, sirope de arándanos y buena madera dan paso a una retronasal que nos habla de mermelada de ciruelas, moras maduras y roble cremoso. Final largo y buena persistencia.
Por unos 19€ podéis disfrutar de un excelente vino extremeño que aún guarda potencial para los próximos años. Se nota la mano experta que hay detrás de él. Marida bien con secreto ibérico de la zona, embutidos ibéricos y quesos curados. Mi calificación para este Mirabel en su añada de 2009 es de un 92 sobre 100.
domingo, 14 de junio de 2015
Paul Mas Estate Malbec 2013
Para hablar de este magnífico vino no puedo por menos dejar de agradecer a mi buen amigo Antonio de Oh Delice!, la tienda de productos gastronómicos franceses de referencia en Madrid, por su generosidad al hacernos obsequio del mismo. No es el primer vino que traigo a estás páginas de la bodega Paul Mas, con el famoso Jean-Claude Mas al frente de la misma. Un vinificador del sur de Francia, de la zona del Languedoc, que es famoso por poseer vinos de calidad bajo una elaboración que apuesta por el cuidado de cada variedad como referencia de su propio terroir.
El vino que os traigo hoy tiene vocación de monovarietal de malbec, la uva estrella de la zona de Cahors y al otro lado del charco del estado de Mendoza en Argentina. En este caso no es un monovarietal puro sino que nos ofrece un assemblage de malbec (en un 90%) procedente de viñedos de 19 años de edad y cabernet franc (en un 10%) procedente de viñas de 26 años de edad vinificadas por separado para posteriormente proceder a la mezcla. De esa mezcla sólo el 30% de la misma recibe una crianza de 4 meses en barricas nuevas de roble francés antes de ser unida con el resto y proceder al embotellado.
Un vino joven pero serio, muy bien hecho y equilibrado, una muestra más de que estamos ante un viticultor francés que aporta una relación calidad-precio fuera de lo común en su país de origen.
A la vista presenta un color picota con ribete cereza, de capa media-alta y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra frutal y goloso, entregando notas de frambuesas, cerezas, golosina de fresa, grosellas y arándanos. Una auténtica delicia.
En boca posee una entrada amplia, potente, muy frutosa, presentando unos taninos maduros. Entrega notas de cerezas, regaliz dulce, y un ligero tono a pimienta unidos a una acidez excelente que invita a beber. La retronasal nos habla de hierbas de monte, guindas en licor y un matiz ligeramente balsámico. Final de largo recorrido y buena persistencia.
Por poco más de 10€ podemos disfrutar de un vino fresco, joven pero bien hecho, un malbec sorprendente en su zona que nada tiene que envidiar a otros más consagrados. Si buscan algo de este tipo en nuestro país sencillamente no lo van a encontrar. Marida muy bien con guisos de cordero y quesos bien curados. Mi calificación para este Paul Mas Estate Malbec en su añada de 2013 es de un 91 sobre 100.
El vino que os traigo hoy tiene vocación de monovarietal de malbec, la uva estrella de la zona de Cahors y al otro lado del charco del estado de Mendoza en Argentina. En este caso no es un monovarietal puro sino que nos ofrece un assemblage de malbec (en un 90%) procedente de viñedos de 19 años de edad y cabernet franc (en un 10%) procedente de viñas de 26 años de edad vinificadas por separado para posteriormente proceder a la mezcla. De esa mezcla sólo el 30% de la misma recibe una crianza de 4 meses en barricas nuevas de roble francés antes de ser unida con el resto y proceder al embotellado.
Un vino joven pero serio, muy bien hecho y equilibrado, una muestra más de que estamos ante un viticultor francés que aporta una relación calidad-precio fuera de lo común en su país de origen.
A la vista presenta un color picota con ribete cereza, de capa media-alta y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra frutal y goloso, entregando notas de frambuesas, cerezas, golosina de fresa, grosellas y arándanos. Una auténtica delicia.
En boca posee una entrada amplia, potente, muy frutosa, presentando unos taninos maduros. Entrega notas de cerezas, regaliz dulce, y un ligero tono a pimienta unidos a una acidez excelente que invita a beber. La retronasal nos habla de hierbas de monte, guindas en licor y un matiz ligeramente balsámico. Final de largo recorrido y buena persistencia.
Por poco más de 10€ podemos disfrutar de un vino fresco, joven pero bien hecho, un malbec sorprendente en su zona que nada tiene que envidiar a otros más consagrados. Si buscan algo de este tipo en nuestro país sencillamente no lo van a encontrar. Marida muy bien con guisos de cordero y quesos bien curados. Mi calificación para este Paul Mas Estate Malbec en su añada de 2013 es de un 91 sobre 100.
miércoles, 10 de junio de 2015
Cata vertical La Rioja Alta Gran Reserva 904
Con motivo del 125 aniversario de la bodega La Rioja Alta S.A. me propuse organizar una cata vertical del que, para un servidor, es el mejor vino de la bodega, su Gran Reserva 904. Para ello me hice con tres botellas de tan magnífico elixir, las correspondientes a las añadas de 1998, 2001 y 2004 calificadas en su denominación de origen como muy buena, excelente y excelente respectivamente. El famoso crítico Robert Parker ha otorgado a estos vinos puntuaciones de 95, 96 y 96, notas altísimas al que sin duda alguna es uno de los mejores productos salido de la viña a nivel mundial.
El listón al que uno se expone ante semejantes vinos hace muy difícil la decisión a la hora de decidirse por uno u otro. Antes de nada quiero advertir a los que estáis leyendo este artículo que el resultado de una cata de este tipo no sólo está sujeto a la calidad intrínseca de cada vino sino también a las particularidades propias de cada botella y al cuidado al que haya sido sometida en su periodo de guarda. Tengo que decir que las tres botellas han sido adquiridas en vinotecas de reconocido prestigio por lo que la guarda en los tres casos se debe presumir, como mínimo, responsable. Así, antes de ser servidas han permanecido en mi casa, en mi vinoteca particular, a una temperatura controlada de 14 grados siendo abiertas las tres botellas a la vez aproximadamente media hora antes del consumo.
No deja de ser aconsejable aproximarse a estos vinos tras una decantación previa pero no lo estimé oportuno ya que, conociendo bien los vinos de esta casa, rara vez presentan sedimentos y además se trata de tres vinos muy bien hechos, finos y que han sido suficientemente reposados antes de salir a la venta. Hay que tener en cuenta también a la hora de estimar los resultados finales de esta cata que nos enfrentamos a tres vinos en tres estadios diferentes de su evolución en botella: el de 1998 con casi 17 años desde la vendimia, el del 2001 con casi 14 y el del 2004 con algo más de 10. En vinos de este tipo es un factor muy importante a tener en cuenta ya que mientras el primero de ellos casi se encuentra en una etapa en la que el vino comienza su declive, los otros dos estan aún en su punto álgido, incluso el tercero me atrevería a decir que resulta incluso algo pronto para tomarlo.
Son vinos todos ellos nacidos a partir de una exquisita selección de la uva formando un coupage de tempranillo (90%) y graciano (10%) que han recibido una crianza de 4 años en barricas de roble americano y otros cuatro años de reposo en botella antes de salir al mercado.
Siendo en los tres casos un vino de primerísimo nivel, recomendado para las mesas más exigentes, mis sensaciones al realizar la cata han sido las siguientes:
A la vista los tres lucen como vinos sabios, con recorrido, con tonos anaranjados o teja en sus ribetes, más acentuados en el vino de más edad (el de 1998), de capa baja, casi transparentes y con una lágrima siempre densa que se muestra fina en el de 1998 y más gruesa en los otros dos.
En nariz estamos ante tres vinos conmovedores, complejos, espectaculares. En esta fase destaca la amplitud e inmediata entrega de el de 1998 y la rotundidad y complejidad de el de 2004. El de 2001, en cambio, tardó en abrirse, necesitó un amplio periodo de oxigenación para entregarse plenamente, aunque cuando lo hizo se mostró casi a la altura de sus "hermanos".
En boca el derroche de calidad que ya se presumía en las fases anteriores acaba despuntando de forma rotunda. Son vinos complejos, amplios, con una buena base de fruta y tonos ahumados, trufados y una acidez bien presente, especialmente en los de 2001 y 2004 que les augura aún un buen periodo de guarda por delante. Taninos maduros, finos, sutiles, elegantes, evocadores, un placer para los sentidos. El de 1998, siendo una vez más ejemplo de complejidad y calidad, cede algo en carácter y estructura, ligeramente vacuo en boca me dejó la sensación de que es un vino que poco puede aportar ya en años venideros, si aún queda alguna botella por casa recomiendo su disfrute ya. Hoy mejor que mañana. En cambio los de 2001 y 2004 aún se muestran muy serios, con buena acidez y estructura, vinos a los que aún les queda recorrido en botella, especialmente al de 2004 que a su vez se muestra como el más complejo y completo en esta fase de la cata. Fue unánime para los tres asistentes a la misma, el de 2004 es un aventajado entre tres vinos excelsos, un producto que se puede convertir en referente vinícola de nuestro país en los próximos años debido a una profundidad, complejidad y carácter al alcance de muy pocos en el mundo.
Así pues, aunque el ganador por unanimidad de la cata sea el de 2004, tengo que decir que cualquiera de las añadas de este vino es garantía de un auténtico placer, un reeencuentro con lo mejor de nuestros viñedos para el disfrute de todos los paladares, un auténtico homenaje por tan sólo 30€ que engrandece a una bodega que espero dure, al menos, otros 125 años más.
miércoles, 3 de junio de 2015
Baron de Brane 2009
El actual propietario de la bodega, desde que en 1992 se hiciera con el timón de la misma, es Henri Lurton, y su filosofía intenta aunar la tradición de sus antepasados con las más novedosas tecnologías al servicio de la viticultura en consonancia con una agricultura sostenible y un tratamiento ecológico para preservar un terroir único.
La añada de 2009 fue sin duda una de las mejores de esta bodega en muchos años debido a una climatología muy favorable para el desarrollo de sus vides, con una baja producción que extrae lo mejor de cada planta y de cada fruto. Se trata de un coupage de merlot (58%) y cabernet sauvignon (42%) que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés, siendo nuevas un 30% de las mismas. Un vino cuya marcada acidez y su noble procedencia garantizan varios lustros de buena guarda en botella.
A la vista presenta un color picota con ribete granate de capa media-alta y con lágrima de media densidad, gruesa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, envolvente y elegante. Entrega notas de cerezas, ciruelas rojas, regaliz dulce, chocolate, vainilla y ligerísimos tostados de la madera. Complejo y exquisito.
En boca posee una entrada potente y con una acidez muy marcada que garantiza la longevidad del vino. Es recomendable una decantación previa del mismo de al menos 3 horas, para evitar los sedimentos del vino y también para que el oxígeno haga abrirse a este Baron de Brane y entregarnos toda su calidad. Muestra unos taninos maduros y ofrece una explosión de fruta roja con notas de grosellas, arándanos, frambuesas y tabaco que dan paso a una retronasal que nos habla de incienso, roble cremoso y un matiz ligeramente especiado. Final largo y buena persistencia.
Por algo más de 35€ podemos disfrutar de un clásico Medoc, un auténtico vinazo francés que nos dará lo mejor de sí mismo en los próximos 4 ó 5 años. Marida bien con carnes rojas a la parrilla o plancha, quesos bien curados, embutidos ibéricos y un buen filete de atún rojo. Mi calificación para este Baron de Brane en su añada de 2009 es de un 94 sobre 100.
domingo, 31 de mayo de 2015
El Rincón 2008
El coupage de syrah (95%) y garnacha tintorera (5%), con claro dominio de la primera, procede de suelos de arenas de descomposición granítica y viñedos en espaldera alta tipo "Smart-Dyson" que unidos a unas condiciones meteorológicas muy particulares confeccionan este vino tan elegante y especial. El vino ha recibido una crianza de 10 meses en barricas de roble francés Allier para afinar aún más sus propiedades antes de ser embotellado.
Una apuesta segura para los amantes de los buenos syrah que de manera tan poco frecuente se encuentran en nuestro país. Para que luego digan que en Madrid no tenemos calidad y variedad en nuestros vinos...
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, de capa alta y con lágrima densa, gruesa y abundante.
En nariz se muestra envolvente, atractivo, cremoso. Notas de fresas, frambuesas, violetas, chocolate blanco, regaliz rojo y especias dulces completan una fase olfativa impecable.
En boca posee una entrada potente y frutal, con una acidez muy marcada y taninos maduros. Percibimos notas de fresas, moras maduras, golosina de fresa y buen roble antes de pasar a una retronasal que nos habla de los tostados de la madera, hierbas frescas y un marcado matiz balsámico. Final largo y buena persistencia.
Por unos 14€ podemos disfrutar de un vino diferente, de un syrah madrileño serio y muy atractivo, una alternativa al dominio de la garnacha de Gredos. Marida bien con foie, quesos curados, caza, jamón ibérico y carne de buey o ternera a la parrilla. Mi calificación para este El Rincón en su añada de 2008 es de un 92 sobre 100.
viernes, 29 de mayo de 2015
Roque Colombe 2011
Se trata de un vino del sur del valle del Ródano, de la mítica región de Châteauneuf-du-Pape, conocida por estar cultivada con viñedos desde la llegada del Papa Juan XXII en el siglo XIV, que se hizo construir un castillo e impulsó de manera definitiva el cultivo de la vid.
La uva estrella de esta apelación es la garnacha que se suele combinar con hasta doce tipos de uva diferentes. En el caso de este Roque Colombe se trata de un assemblage de garnacha, syrah y mourvèdre (la monastrell de la zona) que ha recibido una crianza en barricas de roble de entre 12 y 18 meses antes de ser embotellado. La calidad de la uva, especialmente de la garnacha procedente de viñas viejas de bajísimo rendimiento, hacen de este vino un regalo para el paladar.
A la vista presenta un color granate con ribete guinda, de capa baja y con lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra elegante y fresco, sutil. Entrega notas de cerezas, guindas, hierbas de monte, café, caramelo y tostados de la madera.
En boca posee una entrada envolvente, redonda, con unos taninos sedosos. Equilibrado y muy fino. Notas de fresones y cerezas maduras, mostrándose algo licoroso y muy mineral. La retronasal nos habla de regaliz dulce, especias y roble cremoso. Final de recorrido algo corto y buena persistencia.
Por unos 25€ podéis haceros en la casa de nuestros amigos de Oh délice! con una botella de este gran vino del Ródano, con toda la potencia varietal de la mejor garnacha a la que hay que darle unas horas de reposo en decantador para que nos entregue toda su magia. Marida muy bien con guisos de conejo, estofados y un buen confit de pato. Mi calificación para este Roque Colombe en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
miércoles, 27 de mayo de 2015
Victorino 2012
Segundo caso en el blog en el que un vino repite asistencia, obviamente en diferente añada. Si en Teso la Monja y bajo la casi catedrática dirección de Marcos Eguren habían demostrado haber hecho muy bien los deberes en 2011, no se ha producido una excepción en el año siguiente.
En la D.O. Toro la añada de 2012 fue calificada como muy buena y este Victorino es prueba de ello. Aunque un vino tan robusto y potente debería ser guardado unos años para su completo disfrute, el maestro Marcos nos demuestra una vez más que si un vino está bien hecho debe ser brillante desde su nacimiento hasta antes de comenzar su declive varios lustros después. Aún con todo, estoy convencido de que la longevidad de esta añada de 2012 será más amplia de lo común y a buen seguro alcanzará en próximos años cotas de auténtico deleite, sensaciones éstas marcadas por su extraordinaria acidez, de un equilibrio y agudeza poco habituales.
Volvemos a estar delante de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) basado en una agricultura sostenible y una vendimia manual procedente de viñas viejas con más de 45 años de edad y que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés con trasiegos cada cuatro meses.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete morado, de capa alta muy cubierto y con lágrima muy densa, gruesa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, envolvente, seductor. Notas de moras, frambuesas, grosellas, tinta china, regaliz, cacao y un marcado matiz balsámico completan un bouquet de ensueño.
En boca posee una entrada rotunda y amplia, mostrándose con una excelente estructura, una sorprendente acidez y un equilibrio demoledor junto a unos taninos maduros. Notas de confitura de moras, sirope de arándanos, roble cremoso y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que nos trae recuerdos de los tostados de la madera, incienso y una marcada mineralidad. Final largo y gran persistencia.
Por unos 35€ podemos disfrutar de otro gran vino de la familia Eguren, otra joya vinícola de nuestro país que engrandece el valor de nuestras viñas a lo largo y ancho de nuestro querido planeta. Marida muy bien con cocidos, estofados, quesos bien curados y caza. Mi calificación para este Victorino en su añada de 2012 es de un 96 sobre 100.
En la D.O. Toro la añada de 2012 fue calificada como muy buena y este Victorino es prueba de ello. Aunque un vino tan robusto y potente debería ser guardado unos años para su completo disfrute, el maestro Marcos nos demuestra una vez más que si un vino está bien hecho debe ser brillante desde su nacimiento hasta antes de comenzar su declive varios lustros después. Aún con todo, estoy convencido de que la longevidad de esta añada de 2012 será más amplia de lo común y a buen seguro alcanzará en próximos años cotas de auténtico deleite, sensaciones éstas marcadas por su extraordinaria acidez, de un equilibrio y agudeza poco habituales.
Volvemos a estar delante de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) basado en una agricultura sostenible y una vendimia manual procedente de viñas viejas con más de 45 años de edad y que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés con trasiegos cada cuatro meses.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete morado, de capa alta muy cubierto y con lágrima muy densa, gruesa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, envolvente, seductor. Notas de moras, frambuesas, grosellas, tinta china, regaliz, cacao y un marcado matiz balsámico completan un bouquet de ensueño.
En boca posee una entrada rotunda y amplia, mostrándose con una excelente estructura, una sorprendente acidez y un equilibrio demoledor junto a unos taninos maduros. Notas de confitura de moras, sirope de arándanos, roble cremoso y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que nos trae recuerdos de los tostados de la madera, incienso y una marcada mineralidad. Final largo y gran persistencia.
Por unos 35€ podemos disfrutar de otro gran vino de la familia Eguren, otra joya vinícola de nuestro país que engrandece el valor de nuestras viñas a lo largo y ancho de nuestro querido planeta. Marida muy bien con cocidos, estofados, quesos bien curados y caza. Mi calificación para este Victorino en su añada de 2012 es de un 96 sobre 100.
jueves, 21 de mayo de 2015
Torre de Oña 2008
La Rioja Alta S.A. adquirió en 1995 unos viñedos en La Rioja Alavesa, cerca del término municipal de Laguardia, para crear unos vinos especiales y muy ligados a esta tierra, enclavada en un paraje casi idílico. Un mar de viñas custodiadas por la Sierra Cantabria que garantizan todo el sabor y volúmen de los vinos de esta zona.
El vino que os traigo hoy tiene alma de reserva, producto de las mejores uvas seleccionadas de la finca, un coupage de tempranillo (95%) y mazuelo (5%) que ha recibido una crianza de 20 meses en barricas de roble francés (70%), caucásico (20%) y americano (10%) siendo trasegado tres veces por el método tradicional de barrica a barrica.
Es un vino fino, elegante, como todos los procedentes de esta bodega, demostración de que son líderes y referentes en el buen hacer vitivinícola a lo largo y ancho de la D.O.Ca. Rioja.
A la vista presenta un color granate oscuro con ribete ligeramente teja, de capa media alta y lágrima de media densidad bastante gruesa.
En nariz se muestra intenso y elegante. Notas de moras, fresas, chocolate, yogur natural, hierbas frescas y un matiz ligeramente especiado dan buena muestra de su complejidad.
En boca posee una entrada sedosa, amable, con unos taninos maduros. Notas de ciruelas rojas, cerezas, vainilla y roble cremoso dan paso a una retronasal que nos habla de mermelada de moras, cacaos y tostados. Final de medio recorrido y persistencia media.
Por unos 15€ podemos disfrutar de otra joya de la que para un servidor es la mejor bodega de nuestro país. Deleite en cada aroma, en cada trago, delicioso sólo o acompañado, aunque si se elige la segunda opción no están de más una buenas carrilleras, guisos y estofados y quesos semicurados. Mi calificación para este Torre de Oña en su añada de 2008 es de un 93 sobre 100.
El vino que os traigo hoy tiene alma de reserva, producto de las mejores uvas seleccionadas de la finca, un coupage de tempranillo (95%) y mazuelo (5%) que ha recibido una crianza de 20 meses en barricas de roble francés (70%), caucásico (20%) y americano (10%) siendo trasegado tres veces por el método tradicional de barrica a barrica.
Es un vino fino, elegante, como todos los procedentes de esta bodega, demostración de que son líderes y referentes en el buen hacer vitivinícola a lo largo y ancho de la D.O.Ca. Rioja.
A la vista presenta un color granate oscuro con ribete ligeramente teja, de capa media alta y lágrima de media densidad bastante gruesa.
En nariz se muestra intenso y elegante. Notas de moras, fresas, chocolate, yogur natural, hierbas frescas y un matiz ligeramente especiado dan buena muestra de su complejidad.
En boca posee una entrada sedosa, amable, con unos taninos maduros. Notas de ciruelas rojas, cerezas, vainilla y roble cremoso dan paso a una retronasal que nos habla de mermelada de moras, cacaos y tostados. Final de medio recorrido y persistencia media.
Por unos 15€ podemos disfrutar de otra joya de la que para un servidor es la mejor bodega de nuestro país. Deleite en cada aroma, en cada trago, delicioso sólo o acompañado, aunque si se elige la segunda opción no están de más una buenas carrilleras, guisos y estofados y quesos semicurados. Mi calificación para este Torre de Oña en su añada de 2008 es de un 93 sobre 100.
domingo, 17 de mayo de 2015
El Cadastro 2011
Olivier Rivière ya había trabajado en bodegas francesas de gran renombre antes de que el brillante Telmo Rodríguez le contratara para sus bodegas en La Rioja hace poco más de 10 años. Es ya en 2006 cuando el propio Olivier decide crear su propia bodega, en principio con uva comprada de viñedos no controlados por él mismo. Pero Olivier no vende humo sino verdad y las etiquetas de sus botellas indican si el vino procede de uvas propias o no. Si la etiqueta está diseñada con letras blancas sobre fondo negro significa que la uva es comprada y que sólo el trabajo en bodega está bajo su control. En cambio si la etiqueta está diseñada con letras negras sobre fondo blanco quiere decir que todo el proceso de elaboración del vino, desde la viña a la botella es completamente producto de su estudio y control para lograr vinos únicos.
Ese caso es el del vino que os traigo hoy, fruto de unos viñedos comprados en 2009 en la D.O. de Arlanza, en el centro de la provincia de Burgos donde el señor Rivière está creando unos vinos que en poco tiempo se han ganado el respeto de crítica y público. Este El Cadastro es un assemblage de tempranillo (en un 95%) y garnacha (en un 5%) procedente de viñas viejas en altura entre 950 y 1000 metros de altitud en los alrededores de Covarrubias plantadas entre 1930 y 1950, que ha recibido una vinificación por separado en cada uno de sus pagos (La Tisona, La Mula, Amesado, Los Lirios y El Quemado) durante 24 meses en barricas de roble antes de la mezcla final.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete guinda, bien cubierto y lágrima muy densa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, fresco y frutal aportando notas de fresas, frambuesas, melocotón, caramelo y un marcado matiz mineral. Complejo.
En boca posee una entrada potente, vibrante y algo licorosa debido a sus muy presentes 15 grados alcohólicos. Denso, rotundo, casi se mastica, con unos taninos aterciopelados. Notas de confitura de moras, cerezas, hierbas de monte y membrillo dan paso a una retronasal que nos habla de cuero y madera mojada junto a un ligero amargor de fondo. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 25€ podemos disfrutar de un vino diferente, muy arraigado a su tierra en el que sólo un excesivo contenido alcohólico le separa de las más altas calificaciones. Marida bien con carnes rojas a la parrilla, guisos de cordero y pasta con carne. Mi calificación para este El Cadastro en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
Ese caso es el del vino que os traigo hoy, fruto de unos viñedos comprados en 2009 en la D.O. de Arlanza, en el centro de la provincia de Burgos donde el señor Rivière está creando unos vinos que en poco tiempo se han ganado el respeto de crítica y público. Este El Cadastro es un assemblage de tempranillo (en un 95%) y garnacha (en un 5%) procedente de viñas viejas en altura entre 950 y 1000 metros de altitud en los alrededores de Covarrubias plantadas entre 1930 y 1950, que ha recibido una vinificación por separado en cada uno de sus pagos (La Tisona, La Mula, Amesado, Los Lirios y El Quemado) durante 24 meses en barricas de roble antes de la mezcla final.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete guinda, bien cubierto y lágrima muy densa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, fresco y frutal aportando notas de fresas, frambuesas, melocotón, caramelo y un marcado matiz mineral. Complejo.
En boca posee una entrada potente, vibrante y algo licorosa debido a sus muy presentes 15 grados alcohólicos. Denso, rotundo, casi se mastica, con unos taninos aterciopelados. Notas de confitura de moras, cerezas, hierbas de monte y membrillo dan paso a una retronasal que nos habla de cuero y madera mojada junto a un ligero amargor de fondo. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 25€ podemos disfrutar de un vino diferente, muy arraigado a su tierra en el que sólo un excesivo contenido alcohólico le separa de las más altas calificaciones. Marida bien con carnes rojas a la parrilla, guisos de cordero y pasta con carne. Mi calificación para este El Cadastro en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
jueves, 14 de mayo de 2015
7 Navas Roble 2009
Once amigos de la población abulense de Navaluenga se unieron en 2005 para crear la Bodega Garnacha Alto Alberche con la intención de recuperar las viejas viñas de garnacha sembradas por sus antepasados y que prácticamente habían caído en el olvido. Como tal, sus vinos se convierten en objeto de tributo a las raíces de una tierra entregada a la viña y dueña de un espacio único para la creación de los mismos.
La altura, el suelo principalmente granítico y el viñedo viejo de baja producción aportan unas cualidades organolépticas muy especiales a estas garnachas de Gredos que se alejan por muy poco del dominio madrileño.
El vino que os traigo hoy es el primero de dos que analizaré en breve en estas páginas, fruto de un viaje a Navaluega invitado por unos buenos amigos. Se trata de un monovarietal de garnacha procedente de viñas viejas en altura que ha recibido una crianza de 6 meses en barricas nuevas y de segundo uso de roble francés. A pesar de ser un vino joven ha aguantado magnificamente los 6 años desde su elaboración, siendo absolutamente recomendable su consumo a día de hoy.
A la vista presenta un color burdeos con ribete cereza, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra fresco, frutoso y muy mineral. Notas de cerezas, ciruelas rojas, regaliz, hierbas frescas y un marcado carácter varietal dotan a este vino de una complejidad poco habitual en su gama de precio.
En boca posee una entrada potente, fresca y sincera, con una marcada astringencia debida a unos taninos secos. Notas de cerezas, regaliz rojo, y fruta de hueso adornan el paladar antes de recibir los matices de la retronasal ocupados por sensaciones de madera fresca y cuero. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por sólo 4,5€ podemos disfrutar de un auténtico vinazo, una sorpresa rotunda en su rango de precio, una creación rebosante de verdad y pureza en cada una de sus gotas. Marida bien con pastas, ensaladas, aperitivos, carnes blancas y rojas a la parrilla y unas buenas "patatas chulas" de la zona. Mi calificación para este 7 Navas Roble en su añada de 2009 es de un 90 sobre 100.
La altura, el suelo principalmente granítico y el viñedo viejo de baja producción aportan unas cualidades organolépticas muy especiales a estas garnachas de Gredos que se alejan por muy poco del dominio madrileño.
El vino que os traigo hoy es el primero de dos que analizaré en breve en estas páginas, fruto de un viaje a Navaluega invitado por unos buenos amigos. Se trata de un monovarietal de garnacha procedente de viñas viejas en altura que ha recibido una crianza de 6 meses en barricas nuevas y de segundo uso de roble francés. A pesar de ser un vino joven ha aguantado magnificamente los 6 años desde su elaboración, siendo absolutamente recomendable su consumo a día de hoy.
A la vista presenta un color burdeos con ribete cereza, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra fresco, frutoso y muy mineral. Notas de cerezas, ciruelas rojas, regaliz, hierbas frescas y un marcado carácter varietal dotan a este vino de una complejidad poco habitual en su gama de precio.
En boca posee una entrada potente, fresca y sincera, con una marcada astringencia debida a unos taninos secos. Notas de cerezas, regaliz rojo, y fruta de hueso adornan el paladar antes de recibir los matices de la retronasal ocupados por sensaciones de madera fresca y cuero. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por sólo 4,5€ podemos disfrutar de un auténtico vinazo, una sorpresa rotunda en su rango de precio, una creación rebosante de verdad y pureza en cada una de sus gotas. Marida bien con pastas, ensaladas, aperitivos, carnes blancas y rojas a la parrilla y unas buenas "patatas chulas" de la zona. Mi calificación para este 7 Navas Roble en su añada de 2009 es de un 90 sobre 100.
martes, 12 de mayo de 2015
Otazu Premium Cuvée 2011
Estreno en mi blog la D.O. de Navarra con un vino de la bodega más antigua de la región fundada fuera del casco urbano allá por 1840. Un antiguo señorío dedicado a la viticultura desde el siglo XII y que conserva funcional el Palacio Renacentista del siglo XVI junto al cual se creó la bodega al modo de los viejos chateau franceses, ofreciendo vino de una sola finca en torno a la bodega.
Tras la terrible plaga de la filoxera de 1892 que arrasó el 95% del viñedo de la zona el proyecto se perdió hasta que entre 1992 y 1994 se retomó siendo en este último año en el que crean su nuevo primer vino (un monovarietal de merlot) para 4 años después construir la llamada "Catedral del Vino", una modernísima y espectacular bodega adyacente a la original que garantiza el futuro de los vinos de este entorno privilegiado. Tan privilegiado que a día de hoy un par de vinos del Señorío de Otazu han obtenido la calificación de Vinos de Pago, exclusivísima apelación que tan solo disfrutan 14 enclaves de nuestro país.
El caso del vino que os traigo hoy es un coupage de las tres variedades tintas que se cultivan en el Señorío de Otazu, a saber, cabernet sauvignon, tempranillo y merlot que han recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés Allier.
A la vista presenta un color picota con ribete cereza, bien cubierto y con lágrima de media densidad, fina y brillante.
En nariz se muestra frutoso, profundo y serio. Nos trae recuerdos de cerezas, moras, golosina de fresa, chocolate e incienso.
En boca posee una entrada fresca presentando una buena acidez y unos taninos algo secos. Notas de fresas, frambuesas e incluso hierbas de monte dan paso a una retronasal que nos habla de fruta de hueso, madera mojada y un ligero amargor. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 8 ó 9€ podemos disfrutar de un vino navarro serio y fácil de beber, procedente de uno de los entornos más idílicos de la geografía vitivinícola patria. Marida bien con asados, carnes rojas a la parrilla, embutidos ibéricos, estofados y verduras. Mi calificación para este Otazu Premium Cuvée en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
Tras la terrible plaga de la filoxera de 1892 que arrasó el 95% del viñedo de la zona el proyecto se perdió hasta que entre 1992 y 1994 se retomó siendo en este último año en el que crean su nuevo primer vino (un monovarietal de merlot) para 4 años después construir la llamada "Catedral del Vino", una modernísima y espectacular bodega adyacente a la original que garantiza el futuro de los vinos de este entorno privilegiado. Tan privilegiado que a día de hoy un par de vinos del Señorío de Otazu han obtenido la calificación de Vinos de Pago, exclusivísima apelación que tan solo disfrutan 14 enclaves de nuestro país.
El caso del vino que os traigo hoy es un coupage de las tres variedades tintas que se cultivan en el Señorío de Otazu, a saber, cabernet sauvignon, tempranillo y merlot que han recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés Allier.
A la vista presenta un color picota con ribete cereza, bien cubierto y con lágrima de media densidad, fina y brillante.
En nariz se muestra frutoso, profundo y serio. Nos trae recuerdos de cerezas, moras, golosina de fresa, chocolate e incienso.
En boca posee una entrada fresca presentando una buena acidez y unos taninos algo secos. Notas de fresas, frambuesas e incluso hierbas de monte dan paso a una retronasal que nos habla de fruta de hueso, madera mojada y un ligero amargor. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 8 ó 9€ podemos disfrutar de un vino navarro serio y fácil de beber, procedente de uno de los entornos más idílicos de la geografía vitivinícola patria. Marida bien con asados, carnes rojas a la parrilla, embutidos ibéricos, estofados y verduras. Mi calificación para este Otazu Premium Cuvée en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
domingo, 10 de mayo de 2015
Borsao Berola 2011
Me encantan las garnachas aragonesas y ya he hecho referencia en estas páginas alguna vez del buen hacer de las bodegas Borsao, especialmente en cuanto a calidad-precio se refiere. Hoy, en cambio, os traigo uno de sus vinos top de gama, que aún teniendo un precio más que ajustado para su calidad, ofrece un compromiso mayor con los buenos amantes del vino.
Berola es el vino más sorprendente y serio de la bodega, apoyado en una suerte de coupage poco común en la zona. Esta mezcla se compone de un 80% de garnacha procedente de viñas de entre 35 y 60 años y un 20% de syrah con solo 10 años de antigüedad, cultivadas ambas entre 600 y 700 metros de altitud sobre suelos arcillo-calizos, pedregosos y limosos, que componen una sinfonía casi perfecta de aromas y sabores. Para acabar de redondear este magnífico vino se le ha sometido a una crianza de 14 meses en barricas bordelesas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color picota con ribete ligeramente malva, bien cubierto y con lágrima muy densa y tintada.
En nariz se muestra elegante y atractivo, casi coqueto. Notas de fresas, frambuesas, hierbas de monte y ahumados nos envuelven en sensaciones que invitan a beber.
En boca posee una entrada rotunda, seria, casi se mastica, es potente, moderno y ofrece unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, moras y regaliz dan paso a una retronasal que nos habla de golosina de fresa envuelta en un matiz balsámico. Final largo y buena persistencia.
Por unos 12€ se puede disfrutar de un vino de la excelente D.O. Campo de Borja algo diferente, donde la syrah y la madera le igualan protagonismo a la eterna garnacha de la zona. Marida bien con carne de buey, estofados de cordero, caza de pelo y queso de oveja. Mi calificación para este Borsao Berola en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
Berola es el vino más sorprendente y serio de la bodega, apoyado en una suerte de coupage poco común en la zona. Esta mezcla se compone de un 80% de garnacha procedente de viñas de entre 35 y 60 años y un 20% de syrah con solo 10 años de antigüedad, cultivadas ambas entre 600 y 700 metros de altitud sobre suelos arcillo-calizos, pedregosos y limosos, que componen una sinfonía casi perfecta de aromas y sabores. Para acabar de redondear este magnífico vino se le ha sometido a una crianza de 14 meses en barricas bordelesas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color picota con ribete ligeramente malva, bien cubierto y con lágrima muy densa y tintada.
En nariz se muestra elegante y atractivo, casi coqueto. Notas de fresas, frambuesas, hierbas de monte y ahumados nos envuelven en sensaciones que invitan a beber.
En boca posee una entrada rotunda, seria, casi se mastica, es potente, moderno y ofrece unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, moras y regaliz dan paso a una retronasal que nos habla de golosina de fresa envuelta en un matiz balsámico. Final largo y buena persistencia.
Por unos 12€ se puede disfrutar de un vino de la excelente D.O. Campo de Borja algo diferente, donde la syrah y la madera le igualan protagonismo a la eterna garnacha de la zona. Marida bien con carne de buey, estofados de cordero, caza de pelo y queso de oveja. Mi calificación para este Borsao Berola en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
martes, 28 de abril de 2015
Viña Ardanza 2005
Este año mi bodega española más admirada cumple 125 años y con motivo de tan magna efeméride iré desgranando por estas páginas las bondades (que nos son pocas) de muchos de sus vinos. Para empezar y por primera vez en la vida de este joven blog repetiré vino, aunque de una añada diferente. Ya pasó por aquí hace unos meses el Viña Ardanza de 2004 y ahora os traigo su hermano de la siguiente añada.
Este reserva riojano sólo sale a la luz en las mejores añadas de sus viñedos, y tanto la de 2004 como la de 2005 alcanzaron la máxima categoría (excelente) en su denominación de origen. Poco ha cambiado este 2005 respecto a su predecesor aunque afinando muchísimo, se muestra hoy día algo más indomable que su hermano mayor. Eso no quiere decir que sea menos bueno, sino que habrá que otorgarle un poquito más de guarda en botella para que termine de redondear todas sus propiedades organolépticas.
Sigue siendo un assemblage espectacular de uvas tempranillo en un 80% procedente de plantaciones con más de 30 años de edad ubicadas en Fuenmayor y Cenicero, y garnacha en un 20% procedente de viñas viejas plantadas en vaso a 600 metros de altitud en la población de Tudelilla (Rioja Baja). La tempranillo pasó una crianza de 36 meses en roble americano de cuarto año y la garnacha redujo su crianza a 30 meses en barricas de dos y tres vinos de roble americano, llegándose a realizar un total de seis trasiegos a mano.
A la vista presenta un color guinda con ribete teja, media cobertura y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra complejo y emocionante. Notas de guindas en licor, ahumados, tarta de zanahoria, caramelo, chocolate y tabaco conforman un bouquet sencillamente brillante.
En boca posee una entrada sedosa, amplia y brillante, con un gran carácter y poderosa acidez que garantizan una amplia guarda. Los taninos son más que maduros, elegantes. Acarician el paladar de una manera que sólo los vinos de esta bodega saben hacer. Notas de fruta en compota, guindas y noble madera unidas a un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal en la que dominan los matices de fruta fresca, regaliz y pimienta. Final largo y gran persistencia.
Por unos 18€ podemos disfrutar de un vino diferente, muy elegante, con tradición y claramante alejado de los vinos recios y casi opacos que tanto se dan en la actualidad. Es un vino que más que mostrar, insinúa. Delicado, complejo y con una alta longevidad, nos regalará exquisitos momentos tanto hoy como dentro de 30 años. Marida bien con una buena caldereta de cordero, parrilladas, carnes rojas y caza. Mi calificación para este Viña Ardanza en su añada de 2005 es de un 94 sobre 100.
Este reserva riojano sólo sale a la luz en las mejores añadas de sus viñedos, y tanto la de 2004 como la de 2005 alcanzaron la máxima categoría (excelente) en su denominación de origen. Poco ha cambiado este 2005 respecto a su predecesor aunque afinando muchísimo, se muestra hoy día algo más indomable que su hermano mayor. Eso no quiere decir que sea menos bueno, sino que habrá que otorgarle un poquito más de guarda en botella para que termine de redondear todas sus propiedades organolépticas.
Sigue siendo un assemblage espectacular de uvas tempranillo en un 80% procedente de plantaciones con más de 30 años de edad ubicadas en Fuenmayor y Cenicero, y garnacha en un 20% procedente de viñas viejas plantadas en vaso a 600 metros de altitud en la población de Tudelilla (Rioja Baja). La tempranillo pasó una crianza de 36 meses en roble americano de cuarto año y la garnacha redujo su crianza a 30 meses en barricas de dos y tres vinos de roble americano, llegándose a realizar un total de seis trasiegos a mano.
A la vista presenta un color guinda con ribete teja, media cobertura y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra complejo y emocionante. Notas de guindas en licor, ahumados, tarta de zanahoria, caramelo, chocolate y tabaco conforman un bouquet sencillamente brillante.
En boca posee una entrada sedosa, amplia y brillante, con un gran carácter y poderosa acidez que garantizan una amplia guarda. Los taninos son más que maduros, elegantes. Acarician el paladar de una manera que sólo los vinos de esta bodega saben hacer. Notas de fruta en compota, guindas y noble madera unidas a un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal en la que dominan los matices de fruta fresca, regaliz y pimienta. Final largo y gran persistencia.
Por unos 18€ podemos disfrutar de un vino diferente, muy elegante, con tradición y claramante alejado de los vinos recios y casi opacos que tanto se dan en la actualidad. Es un vino que más que mostrar, insinúa. Delicado, complejo y con una alta longevidad, nos regalará exquisitos momentos tanto hoy como dentro de 30 años. Marida bien con una buena caldereta de cordero, parrilladas, carnes rojas y caza. Mi calificación para este Viña Ardanza en su añada de 2005 es de un 94 sobre 100.
lunes, 27 de abril de 2015
Asido Tinto 2008
Ya he demostrado sobradamente en estas páginas que en la Comunidad de Madrid se hacen buenos vinos, muy buenos. De todas las grandes propuestas vinícolas que he podido probar hasta el momento, el vino de hoy es sin duda una de las mejores.
En las Bodegas Ricardo Benito de Navalcarnero se hace este Asido, hermano menor del carísimo Divo pero no por ello de menor calidad que este. Se trata de un assemblage de vinos de diferentes parcelas y variedades que se han criado por separado en barricas nuevas de roble francés Allier durante 16 meses. La tempranillo procedente de viñedos en vaso con más de 50 años a sus espaldas se une a la merlot y la cabernet sauvignon procedentes de viñedos en espaldera con 20 años de edad para crear una composición única y de una calidad más que notable.
Un vino serio y complejo que se convierte en buena muestra del legado enológico de mi tierra, cada vez más presente en las mejores vinotecas de nuestro país.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y lágrima poco densa y muy brillante.
En nariz se muestra serio, complejo, evocador. Notas de moras, frambuesas y regaliz con un fondo lácteo, mantequilla fresca y chocolate blanco.
En boca posee una entrada redonda, amplia, con muy buena estructura y unos taninos maduros. Notas de cerezas, ciruelas rojas, regaliz y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que aporta el recuerdo de una mermelada de ciruelas unido a notas de buen roble. Final largo y buena persistencia.
Por unos 15€ se puede disfrutar un vino madrileño notable, de estos que gusta llevar a una buena cena con la garantía de quedar más que bien. Debido a su carácter y estructura casa perfectamente con los típicos guisos de la tierra como pueden ser unos buenos callos o un cocido a la madrileña. Mi calificación para este Asido Tinto en su añada de 2008 es de un 92 sobre 100.
En las Bodegas Ricardo Benito de Navalcarnero se hace este Asido, hermano menor del carísimo Divo pero no por ello de menor calidad que este. Se trata de un assemblage de vinos de diferentes parcelas y variedades que se han criado por separado en barricas nuevas de roble francés Allier durante 16 meses. La tempranillo procedente de viñedos en vaso con más de 50 años a sus espaldas se une a la merlot y la cabernet sauvignon procedentes de viñedos en espaldera con 20 años de edad para crear una composición única y de una calidad más que notable.
Un vino serio y complejo que se convierte en buena muestra del legado enológico de mi tierra, cada vez más presente en las mejores vinotecas de nuestro país.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y lágrima poco densa y muy brillante.
En nariz se muestra serio, complejo, evocador. Notas de moras, frambuesas y regaliz con un fondo lácteo, mantequilla fresca y chocolate blanco.
En boca posee una entrada redonda, amplia, con muy buena estructura y unos taninos maduros. Notas de cerezas, ciruelas rojas, regaliz y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que aporta el recuerdo de una mermelada de ciruelas unido a notas de buen roble. Final largo y buena persistencia.
Por unos 15€ se puede disfrutar un vino madrileño notable, de estos que gusta llevar a una buena cena con la garantía de quedar más que bien. Debido a su carácter y estructura casa perfectamente con los típicos guisos de la tierra como pueden ser unos buenos callos o un cocido a la madrileña. Mi calificación para este Asido Tinto en su añada de 2008 es de un 92 sobre 100.
domingo, 26 de abril de 2015
Fragantia nº 6 Moscato 2014
Aprovechando que el verano cada vez queda más cerca hoy os traigo un vino manchego muy fresco y agradable de tomar para cuando el sol aprieta. Una baja graduación alcohólica (sólo 5,5 grados) y el punto justo de dulzor hacen de este Fragantia nº 6 un acompañamiento ideal para los que dicen que en verano prefieren tomar cerveza.
El vino ha sido vendimiado por la noche en una finca a sólo 15 km de la bodega Finca Constancia perteneciente al grupo González Byass. Una vez recogido el fruto se mantiene conservado en frío con nieve carbónica hasta el momento del suave prensado en el que sólo se recoge el mosto flor. El proceso se finaliza de manera natural cuando se halla el equilibrio perfecto entre acidez, azúcar y grado alcohólico.
Se trata de un monovarietal de moscatel que conserva su carbónico natural procedente de la fermentación, manteniendo su temperatura a 0ºC hasta el momento del embotellado.
A la vista presenta un color pajizo con ribete casi transparente, pocas y muy finas burbujas y lágrima de baja densidad muy brillante.
En nariz se muestra fresco y frutoso entregando notas de melocotón, albaricoque, almíbar, cáscara de naranja y miel.
En boca posee una entrada fresca y dulce, frutosa y ligeramente vacua. De nuevo nos habla de melocotón y macedonia de frutas, mostrándose muy fácil de beber pero poco complejo. La retronasal nos trae recuerdos de incienso, flores blancas y fruta de hueso. Final de corto recorrido y persistencia algo justita.
Por unos 6 ó 7€ podemos disfrutar de un vino blanco muy rico, con una entrada amabilísima y que hará las delicias incluso de los menos amantes del vino, me atrevería a decir que especialmente de estos. Marida bien con aperitivos, ensaladas y pasta fresca. Mi calificación para este Frangantia nº 6 Moscato en su añada de 2014 es de un 86 sobre 100.
El vino ha sido vendimiado por la noche en una finca a sólo 15 km de la bodega Finca Constancia perteneciente al grupo González Byass. Una vez recogido el fruto se mantiene conservado en frío con nieve carbónica hasta el momento del suave prensado en el que sólo se recoge el mosto flor. El proceso se finaliza de manera natural cuando se halla el equilibrio perfecto entre acidez, azúcar y grado alcohólico.
Se trata de un monovarietal de moscatel que conserva su carbónico natural procedente de la fermentación, manteniendo su temperatura a 0ºC hasta el momento del embotellado.
A la vista presenta un color pajizo con ribete casi transparente, pocas y muy finas burbujas y lágrima de baja densidad muy brillante.
En nariz se muestra fresco y frutoso entregando notas de melocotón, albaricoque, almíbar, cáscara de naranja y miel.
En boca posee una entrada fresca y dulce, frutosa y ligeramente vacua. De nuevo nos habla de melocotón y macedonia de frutas, mostrándose muy fácil de beber pero poco complejo. La retronasal nos trae recuerdos de incienso, flores blancas y fruta de hueso. Final de corto recorrido y persistencia algo justita.
Por unos 6 ó 7€ podemos disfrutar de un vino blanco muy rico, con una entrada amabilísima y que hará las delicias incluso de los menos amantes del vino, me atrevería a decir que especialmente de estos. Marida bien con aperitivos, ensaladas y pasta fresca. Mi calificación para este Frangantia nº 6 Moscato en su añada de 2014 es de un 86 sobre 100.
jueves, 23 de abril de 2015
Cepa 21 Crianza 2009
Si en la anterior entrada os ofrecía una buena interpretación de la tempranillo riojana, hoy os traigo otra no menos buena, en este caso procedente de la otra gran región vinícola española: la Ribera del Duero. Y de casta le viene al galgo ya que este Cepa 21 procede de un nuevo proyecto liderado por la familia Moro, famosa por su otra emblemática Bodegas Emilio Moro, también afincada en la Ribera del Duero.
Sobre suelos con alternancia de capas calizas y arcillosas con ligeros afloramientos de canto aluvial y sedimentario crecen entre 800 y 900 metros de altitud los viñedos a partir de los cuales se hacen unos vinos modernos, a través de una bodega minimalista y funcional.
Se trata de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas nuevas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, muy cubierto y con lágrima tintada de media densidad.
En nariz se muestra intenso y algo floral. Notas de cerezas, fresas, flores blancas y un marcado matiz varietal se unen otros aromas procedentes de la madera como la cera, la trufa y el cacao.
En boca posee una entrada potente y fresca, muy frutal, aportando unos taninos maduros. Notas de fresas, cerezas, regaliz rojo y especias envuelven el paladar antes de dar paso a una retronasal que nos aporta recuerdos de confitura de moras y arándanos con un matiz balsámico. Final de recorrido amplio y buena persistencia.
Por unos 17€ podemos disfrutar de otra gran joya de la familia Moro, un vino potente y moderno dispuesto a ofrecer una gran alternativa a los vinos más clásicos de la zona sin dar la espalda a la tradición de la que procede. Marida bien con lechazo de la tierra o con un buen redondo de ternera con salsa de pimientos como el que nos obsequió en su casa mi buen amigo Carlos Lozano junto a este magnífico vino. Mi calificación para este Cepa 21 Crianza en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
Sobre suelos con alternancia de capas calizas y arcillosas con ligeros afloramientos de canto aluvial y sedimentario crecen entre 800 y 900 metros de altitud los viñedos a partir de los cuales se hacen unos vinos modernos, a través de una bodega minimalista y funcional.
Se trata de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas nuevas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, muy cubierto y con lágrima tintada de media densidad.
En nariz se muestra intenso y algo floral. Notas de cerezas, fresas, flores blancas y un marcado matiz varietal se unen otros aromas procedentes de la madera como la cera, la trufa y el cacao.
En boca posee una entrada potente y fresca, muy frutal, aportando unos taninos maduros. Notas de fresas, cerezas, regaliz rojo y especias envuelven el paladar antes de dar paso a una retronasal que nos aporta recuerdos de confitura de moras y arándanos con un matiz balsámico. Final de recorrido amplio y buena persistencia.
Por unos 17€ podemos disfrutar de otra gran joya de la familia Moro, un vino potente y moderno dispuesto a ofrecer una gran alternativa a los vinos más clásicos de la zona sin dar la espalda a la tradición de la que procede. Marida bien con lechazo de la tierra o con un buen redondo de ternera con salsa de pimientos como el que nos obsequió en su casa mi buen amigo Carlos Lozano junto a este magnífico vino. Mi calificación para este Cepa 21 Crianza en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
martes, 21 de abril de 2015
Finca Valdepoleo Pujanza 2011
La grandeza de la Denominación de Origen Calificada de La Rioja no se circunscribe únicamente a la propia provincia riojana, con lugares tan emblemáticos para el vino español como la localidad de Haro, sino que, metidos ya en el País Vasco, y más concretamente en la provincia de Álava, encontramos un buen puñado de pueblos emblemáticos de la orografía vinícola española. De entre todos ellos destaca el municipio de Laguardia. Un pequeño y bellísimo pueblo amurallado en el que se prohíbe el acceso a vehículos por peligro de derrumbamiento ya que bajo el propio pueblo descansan miles de botellas de buen vino pertenecientes a decenas de bodegas afincadas en esta localidad.
Pujanza es una de esas emblemáticas bodegas y este Finca Valdepoleo es uno de sus vinos más cuidados, procedente de los viñedos enclavados en algo más de 17 hectáreas que dan nombre al susodicho. A unos 630 metros de altitud y sobre suelos arcillo-calcáreos se asientan unas viñas que son cuidadas con esmero antes de pasar a bodega.
Hablamos de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas de roble francés tras pasar por una fermentación en pequeños depósitos de acero inoxidable.
A la vista presenta un color granate con poca gradación hasta el borde, ribete granate intenso, bien cubierto y con lágrima de media densidad, fina y tintada.
En nariz se muestra amplio y complejo. Notas de cerezas, regaliz, hierbas de monte, chocolate y matices tostados dan buena muestra de la citada complejidad.
En boca posee una entrada amplia, equilibrada, con unos taninos aterciopelados. Notas de confitura de ciruelas, cerezas, cuero y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que nos habla de buen roble y fruta de hueso. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 17 o 18€ se puede disfrutar de un Rioja excelente, muy equilibrado y que acompañará con maestría platos de carnes rojas, quesos curados y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Finca Valdepoleo Pujanza en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
Pujanza es una de esas emblemáticas bodegas y este Finca Valdepoleo es uno de sus vinos más cuidados, procedente de los viñedos enclavados en algo más de 17 hectáreas que dan nombre al susodicho. A unos 630 metros de altitud y sobre suelos arcillo-calcáreos se asientan unas viñas que son cuidadas con esmero antes de pasar a bodega.
Hablamos de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 14 meses en barricas de roble francés tras pasar por una fermentación en pequeños depósitos de acero inoxidable.
A la vista presenta un color granate con poca gradación hasta el borde, ribete granate intenso, bien cubierto y con lágrima de media densidad, fina y tintada.
En nariz se muestra amplio y complejo. Notas de cerezas, regaliz, hierbas de monte, chocolate y matices tostados dan buena muestra de la citada complejidad.
En boca posee una entrada amplia, equilibrada, con unos taninos aterciopelados. Notas de confitura de ciruelas, cerezas, cuero y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que nos habla de buen roble y fruta de hueso. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 17 o 18€ se puede disfrutar de un Rioja excelente, muy equilibrado y que acompañará con maestría platos de carnes rojas, quesos curados y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Finca Valdepoleo Pujanza en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
martes, 31 de marzo de 2015
Enate Tapas 2013
A pesar de que Bodegas Enate tenga más que demostrada la calidad en sus vinos, con especial mención a su tinto monovarietal de merlot y a su rosado, la primera vez que vi este Enate Tapas en la estantería de una vinoteca temí estar delante del típico caso de vino sencillote de firma de calidad, algo así como un vino "de iniciación". Pero nada más lejos de ello, bendita iniciación, parece mentira que en un precio tan ajustado se contenga un vino joven tan brillante.
Os hablo de un coupage fundamentalmente de tempranillo pero que completa su expresión con algo de cabernet sauvignon y merlot que terminan de redondear este Somontano, denominación de origen con excelentes referencias y un precio siempre muy ajustado. La vinificación y fermentación del vino se ha realizado en depósitos de acero inoxidable.
A la vista presenta un color cereza con ribete rosado, poco cubierto y con lágrima densa, gruesa y muy transparente.
En nariz se muestra fresco y de notable intensidad. Notas de ciruelas rojas, cerezas, golosina de fresa y hierbas de monte se unen formando un tapiz de sensaciones más que agradables.
En boca posee una entrada golosa, muy amable y con unos taninos maduros. Recuerdos de cerezas, confitura de fresas, regaliz rojo y piruleta redondean un paladar que se viste de hierba mojada, cuero y especias en su retronasal. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por poco más de 4€ podéis disfrutar de un auténtico zumo de frutas, un vino fresco y redondo que invita a beber con sumo gusto y que se convierte en fiel compañero de tapeo, como su propio nombre indica, aunque también es disfrutable junto a ensaladas, aperitivos, carnes blancas a la plancha y pescados o pastas con salsas. Mi calificación para este Enate Tapas en su añada de 2013 es de un 90 sobre 100.
Os hablo de un coupage fundamentalmente de tempranillo pero que completa su expresión con algo de cabernet sauvignon y merlot que terminan de redondear este Somontano, denominación de origen con excelentes referencias y un precio siempre muy ajustado. La vinificación y fermentación del vino se ha realizado en depósitos de acero inoxidable.
A la vista presenta un color cereza con ribete rosado, poco cubierto y con lágrima densa, gruesa y muy transparente.
En nariz se muestra fresco y de notable intensidad. Notas de ciruelas rojas, cerezas, golosina de fresa y hierbas de monte se unen formando un tapiz de sensaciones más que agradables.
En boca posee una entrada golosa, muy amable y con unos taninos maduros. Recuerdos de cerezas, confitura de fresas, regaliz rojo y piruleta redondean un paladar que se viste de hierba mojada, cuero y especias en su retronasal. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por poco más de 4€ podéis disfrutar de un auténtico zumo de frutas, un vino fresco y redondo que invita a beber con sumo gusto y que se convierte en fiel compañero de tapeo, como su propio nombre indica, aunque también es disfrutable junto a ensaladas, aperitivos, carnes blancas a la plancha y pescados o pastas con salsas. Mi calificación para este Enate Tapas en su añada de 2013 es de un 90 sobre 100.
domingo, 22 de marzo de 2015
Mauro 2011
Mauro García fue durante muchos años encargado de la Finca de Vega Sicilia. Su hijo Mariano nació y se crió en la bodega, como aquel que dice, y durante muchos años fue el enólogo de la misma, la más prestigiosa de nuestro país. En 1998 decide crear su propio proyecto y crea sus propios vinos, procedentes de diferentes fincas situadas en Tudela de Duero, una zona a unos 700 metros de altitud que ya en 1562 fue eximida de impuestos por el mismísimo Felipe II debido a la calidad de sus viñas.
Mauro fue el nombre que decidió para su bodega desde el primer momento el gran Mariano García en honor a su padre y hoy es símbolo de calidad, una de las mejores bodegas españolas fruto del trabajo de uno de los enólogos de mayor prestigio internacional.
El vino que os traigo hoy es un coupage de tempranillo (90%) y syrah (10%) que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano de diferentes añadas.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete cereza, bien cubierto y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra envolvente, amplio y frutal, casi emocionante. Entrega notas de cerezas, fresas, frambuesas, moras, mantequilla fresca y chocolate con un ligero matiz floral.
En boca posee una entrada potente y golosa, sorprendente, una auténtica explosión frutal que envuelve el paladar de un frescor equilibrado por un grado de acidez óptimo. Muestra unos taninos maduros, entregando notas de regaliz rojo, piruleta, cerezas, moras, café y vainilla que dan paso a una retronasal que nos inunda en recuerdos de confitura de moras, tabaco y ciruela roja madura. Final de amplio recorrido y buena persistencia.
Por unos 24€ podemos disfrutar de una de las joyas vinícolas de nuestro país. Con la garantía que ofrece su creador, solo podemos entregarnos a este Mauro como un auténtico regalo de nuestra tierra. Marida bien con carnes rojas y guisos potentes, embutidos ibéricos y quesos curados. Mi calificación para este Mauro en su añada de 2011 es de un 94 sobre 100.
Mauro fue el nombre que decidió para su bodega desde el primer momento el gran Mariano García en honor a su padre y hoy es símbolo de calidad, una de las mejores bodegas españolas fruto del trabajo de uno de los enólogos de mayor prestigio internacional.
El vino que os traigo hoy es un coupage de tempranillo (90%) y syrah (10%) que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano de diferentes añadas.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete cereza, bien cubierto y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra envolvente, amplio y frutal, casi emocionante. Entrega notas de cerezas, fresas, frambuesas, moras, mantequilla fresca y chocolate con un ligero matiz floral.
En boca posee una entrada potente y golosa, sorprendente, una auténtica explosión frutal que envuelve el paladar de un frescor equilibrado por un grado de acidez óptimo. Muestra unos taninos maduros, entregando notas de regaliz rojo, piruleta, cerezas, moras, café y vainilla que dan paso a una retronasal que nos inunda en recuerdos de confitura de moras, tabaco y ciruela roja madura. Final de amplio recorrido y buena persistencia.
Por unos 24€ podemos disfrutar de una de las joyas vinícolas de nuestro país. Con la garantía que ofrece su creador, solo podemos entregarnos a este Mauro como un auténtico regalo de nuestra tierra. Marida bien con carnes rojas y guisos potentes, embutidos ibéricos y quesos curados. Mi calificación para este Mauro en su añada de 2011 es de un 94 sobre 100.
jueves, 12 de marzo de 2015
Monólogo Crianza 2011
De esta manera nos enfrentamos a un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano. Este Monólogo nos habla de La Rioja Alavesa con su plaza en Laguardia, cuna de enorme cantidad de bodegas que hacen de sus vinos virtud, y a la vez procede de viñedos asentados en suelos arcillo-calcáreos con un bajo rendimiento que garantizan una calidad óptima en un vino que se viste de seriedad, experiencia y modernidad.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, media cobertura y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra muy frutal y fresco, entregando notas de fresas, frambuesas, regaliz rojo, un tono lácteo y un fondo de melocotón en almíbar.
En boca posee una entrada amable y golosa mostrando unos taninos maduros. Notas de fresas, ciruelas rojas, algo vacuo y con un matiz amargo al final dan paso a una retronasal que nos habla de fruta madura, buena madera y especias. Final de medio recorrido y persistencia algo justita.
Por unos sorprendentes 5€ podemos disfrutar de un crianza riojano serio y bien hecho, sin errores e ideal para tomar con aperitivos, ensaladas, pescados a la plancha y carnes blancas. Mi calificación para este Monólogo Crianza en su añada de 2011 es de un 88 sobre 100.
martes, 10 de marzo de 2015
Arzuaga Crianza 2012
Ya he tardado en traeros un vino de esta magnífica bodega de la Ribera del Duero asentada en la localidad de Quintanilla de Onésimo, Valladolid. Se trata de una de las grandes bodegas de una zona privilegiada para el cultivo de la vitis vinifera que, en el caso que hoy nos ocupa, da muestra del buen hacer de unas manos expertas en la elaboración de grandes vinos.
El Arzuaga Crianza es un coupage de tempranillo, cabernet sauvignon y merlot procedentes de las cepas más antiguas de los viñedos de esta bodega asentados en la finca La Planta, plantadas a 911 metros de altura sobre suelos arcillo-calcáreos. El vino ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés (50%) y americano (50%).
Es un crianza con cuerpo, sabiduría y elegancia, fruto del mimo empleado por sus creadores.
A la vista presenta un color burdeos con ribete cereza, muy cubierto y con lágrima densa.
En nariz se muestra intenso y emocionante. Notas de chocolate puro, café, fresas frescas, ciruelas rojas y roble cremoso unidas a un matiz balsámico nos regalan belleza y complejidad en una fase olfativa memorable.
En boca posee una entrada potente y fresca mostrando unos taninos ligeramente secos que avisan de la juventud de este crianza. Sin duda este vino merecerá un seguimiento por nuestra parte en los próximos años ya que si alcanza en boca, con un poco más de reposo en botella, la calidad que muestra en nariz, se puede convertir en uno de los mejores crianza de nuestro país. Por el momento se muestra algo indomable, aunque siempre lo podemos decantar o simplemente dejarlo un tiempo servido en copa antes de consumirlo para que se oxigene. Entrega notas de cerezas, hierbas de monte y buena madera. En la retronasal nos trae recuerdos de incienso, cuero y fruta madura dando paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 16€ podemos disfrutar de un gran Ribera que, a buen seguro, será mucho más grande tras unos años de guarda responsable. Marida bien con carnes rojas, guisos de cordero, embutidos ibéricos y quesos bien curados. Mi calificación para este Arzuaga Crianza en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
El Arzuaga Crianza es un coupage de tempranillo, cabernet sauvignon y merlot procedentes de las cepas más antiguas de los viñedos de esta bodega asentados en la finca La Planta, plantadas a 911 metros de altura sobre suelos arcillo-calcáreos. El vino ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés (50%) y americano (50%).
Es un crianza con cuerpo, sabiduría y elegancia, fruto del mimo empleado por sus creadores.
A la vista presenta un color burdeos con ribete cereza, muy cubierto y con lágrima densa.
En nariz se muestra intenso y emocionante. Notas de chocolate puro, café, fresas frescas, ciruelas rojas y roble cremoso unidas a un matiz balsámico nos regalan belleza y complejidad en una fase olfativa memorable.
En boca posee una entrada potente y fresca mostrando unos taninos ligeramente secos que avisan de la juventud de este crianza. Sin duda este vino merecerá un seguimiento por nuestra parte en los próximos años ya que si alcanza en boca, con un poco más de reposo en botella, la calidad que muestra en nariz, se puede convertir en uno de los mejores crianza de nuestro país. Por el momento se muestra algo indomable, aunque siempre lo podemos decantar o simplemente dejarlo un tiempo servido en copa antes de consumirlo para que se oxigene. Entrega notas de cerezas, hierbas de monte y buena madera. En la retronasal nos trae recuerdos de incienso, cuero y fruta madura dando paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 16€ podemos disfrutar de un gran Ribera que, a buen seguro, será mucho más grande tras unos años de guarda responsable. Marida bien con carnes rojas, guisos de cordero, embutidos ibéricos y quesos bien curados. Mi calificación para este Arzuaga Crianza en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
sábado, 7 de marzo de 2015
Marqués de Riscal Rueda Verdejo 2013
No voy a descubrir a estas alturas la bodega Marqués de Riscal, una de las que más historia vitivinícola tienen en nuestro país. Hace un par de años tuve la suerte de visitar sus espectaculares instalaciones, la llamada ciudad del vino en Elciego, en plena Rioja Alavesa. En una cata tuve la oportunidad de probar su verdejo con D.O. Rueda y me gustó mucho. Sencillo, amable y con buen paso por boca.
Con la excusa de una cena con marisco decidí ayer acompañar la mesa con este vino, en su versión de 2013 y volvió a resultarme un gran acierto. Se trata de un casi monovarietal de verdejo, y digo casi, porque tiene una pequeña presencia de viura en su conjunto. Un vino fresco, de fácil beber y buen compañero ante los pequeños regalos que nos da el mar.
A la vista presenta un color pajizo con ribete casi transparente, limpio y brillante, con lágrima fina y densa.
En nariz se muestra fresco y frutal. Entrega notas de melocotón, manzana verde, maracuyá y un ligero tono herbáceo.
En boca posee una entrada fresca y untuosa, elegante. Notas de albaricoque, ciruela blanca y un matiz especiado dan paso a una retronasal que nos habla de melocotón en almíbar. Final de corto recorrido y persistencia media.
Por unos 6 ó 7€ podemos disfrutar de un buen Rueda con alma riojana que acompañará nuestros mejores platos de marisco, pescado e incluso aperitivos, invitándonos a beber con gusto una copita más. Mi calificación para este Marqués de Riscal Rueda Verdejo en su añada de 2013 es de un 89 sobre 100.
Con la excusa de una cena con marisco decidí ayer acompañar la mesa con este vino, en su versión de 2013 y volvió a resultarme un gran acierto. Se trata de un casi monovarietal de verdejo, y digo casi, porque tiene una pequeña presencia de viura en su conjunto. Un vino fresco, de fácil beber y buen compañero ante los pequeños regalos que nos da el mar.
A la vista presenta un color pajizo con ribete casi transparente, limpio y brillante, con lágrima fina y densa.
En nariz se muestra fresco y frutal. Entrega notas de melocotón, manzana verde, maracuyá y un ligero tono herbáceo.
En boca posee una entrada fresca y untuosa, elegante. Notas de albaricoque, ciruela blanca y un matiz especiado dan paso a una retronasal que nos habla de melocotón en almíbar. Final de corto recorrido y persistencia media.
Por unos 6 ó 7€ podemos disfrutar de un buen Rueda con alma riojana que acompañará nuestros mejores platos de marisco, pescado e incluso aperitivos, invitándonos a beber con gusto una copita más. Mi calificación para este Marqués de Riscal Rueda Verdejo en su añada de 2013 es de un 89 sobre 100.
sábado, 28 de febrero de 2015
dÓrio Colección Privada 2011
De nuevo nuestros amigos de Maltea2 nos hacen una recomendación de quitarse el sombrero. Aunque todos conocéis mi pasión por los vinos madrileños, nunca esperé gran cosa de este dÓrio, procedente de una, para mí, desconocida bodega Andrés Díaz de la sureña localidad de Navalcarnero.
Nada más lejos de la realidad. En la Comunidad de Madrid es bien conocida la gran calidad de las garnachas de Gredos pero nunca imaginé probar un coupage de tempranillo y cabernet sauvignon tan bueno por menos de 10€. Una exquisita selección de estas uvas unida al cuidado propio de un vino que es la estrella de la bodega, lo convierten en una propuesta exquisita e incluso espectacular atendiendo a su rango de precio.
El coupage mencionado ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano que le han proporcionado carácter y han terminado por redondear todas sus virtudes. Sin duda un gran descubrimiento que cuenta con mi recomendación más sincera.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y envolvente. Entrega notas de vainilla, mantequilla fresca, fresas, regaliz rojo y roble cremoso.
En boca posee una entrada amplia y sabrosa, con unos taninos aterciopelados. Nos trae recuerdos de confitura de frutos rojos, vainilla y chocolate. La retronasal nos habla de cerezas, moras y entrega un matiz ligeramente especiado. Final largo y buena persistencia.
Por unos 8€ podemos disfrutar de un vino elegante y muy equilibrado en todas las fases de la cata, con un cuerpo y una presencia muy por encima de su rango de precio. Marida bien con carnes rojas a la parrilla, guisos y estofados, además de embutidos ibéricos y pescado azul. Mi calificación para este dÓrio Colección Privada en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
Nada más lejos de la realidad. En la Comunidad de Madrid es bien conocida la gran calidad de las garnachas de Gredos pero nunca imaginé probar un coupage de tempranillo y cabernet sauvignon tan bueno por menos de 10€. Una exquisita selección de estas uvas unida al cuidado propio de un vino que es la estrella de la bodega, lo convierten en una propuesta exquisita e incluso espectacular atendiendo a su rango de precio.
El coupage mencionado ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano que le han proporcionado carácter y han terminado por redondear todas sus virtudes. Sin duda un gran descubrimiento que cuenta con mi recomendación más sincera.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y envolvente. Entrega notas de vainilla, mantequilla fresca, fresas, regaliz rojo y roble cremoso.
En boca posee una entrada amplia y sabrosa, con unos taninos aterciopelados. Nos trae recuerdos de confitura de frutos rojos, vainilla y chocolate. La retronasal nos habla de cerezas, moras y entrega un matiz ligeramente especiado. Final largo y buena persistencia.
Por unos 8€ podemos disfrutar de un vino elegante y muy equilibrado en todas las fases de la cata, con un cuerpo y una presencia muy por encima de su rango de precio. Marida bien con carnes rojas a la parrilla, guisos y estofados, además de embutidos ibéricos y pescado azul. Mi calificación para este dÓrio Colección Privada en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
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