Segundo caso en el blog en el que un vino repite asistencia, obviamente en diferente añada. Si en Teso la Monja y bajo la casi catedrática dirección de Marcos Eguren habían demostrado haber hecho muy bien los deberes en 2011, no se ha producido una excepción en el año siguiente.
En la D.O. Toro la añada de 2012 fue calificada como muy buena y este Victorino es prueba de ello. Aunque un vino tan robusto y potente debería ser guardado unos años para su completo disfrute, el maestro Marcos nos demuestra una vez más que si un vino está bien hecho debe ser brillante desde su nacimiento hasta antes de comenzar su declive varios lustros después. Aún con todo, estoy convencido de que la longevidad de esta añada de 2012 será más amplia de lo común y a buen seguro alcanzará en próximos años cotas de auténtico deleite, sensaciones éstas marcadas por su extraordinaria acidez, de un equilibrio y agudeza poco habituales.
Volvemos a estar delante de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) basado en una agricultura sostenible y una vendimia manual procedente de viñas viejas con más de 45 años de edad y que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés con trasiegos cada cuatro meses.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete morado, de capa alta muy cubierto y con lágrima muy densa, gruesa y ligeramente tintada.
En nariz se muestra intenso, envolvente, seductor. Notas de moras, frambuesas, grosellas, tinta china, regaliz, cacao y un marcado matiz balsámico completan un bouquet de ensueño.
En boca posee una entrada rotunda y amplia, mostrándose con una excelente estructura, una sorprendente acidez y un equilibrio demoledor junto a unos taninos maduros. Notas de confitura de moras, sirope de arándanos, roble cremoso y un ligero matiz especiado dan paso a una retronasal que nos trae recuerdos de los tostados de la madera, incienso y una marcada mineralidad. Final largo y gran persistencia.
Por unos 35€ podemos disfrutar de otro gran vino de la familia Eguren, otra joya vinícola de nuestro país que engrandece el valor de nuestras viñas a lo largo y ancho de nuestro querido planeta. Marida muy bien con cocidos, estofados, quesos bien curados y caza. Mi calificación para este Victorino en su añada de 2012 es de un 96 sobre 100.
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