De nuevo nuestros amigos de Maltea2 nos hacen una recomendación de quitarse el sombrero. Aunque todos conocéis mi pasión por los vinos madrileños, nunca esperé gran cosa de este dÓrio, procedente de una, para mí, desconocida bodega Andrés Díaz de la sureña localidad de Navalcarnero.
Nada más lejos de la realidad. En la Comunidad de Madrid es bien conocida la gran calidad de las garnachas de Gredos pero nunca imaginé probar un coupage de tempranillo y cabernet sauvignon tan bueno por menos de 10€. Una exquisita selección de estas uvas unida al cuidado propio de un vino que es la estrella de la bodega, lo convierten en una propuesta exquisita e incluso espectacular atendiendo a su rango de precio.
El coupage mencionado ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano que le han proporcionado carácter y han terminado por redondear todas sus virtudes. Sin duda un gran descubrimiento que cuenta con mi recomendación más sincera.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y envolvente. Entrega notas de vainilla, mantequilla fresca, fresas, regaliz rojo y roble cremoso.
En boca posee una entrada amplia y sabrosa, con unos taninos aterciopelados. Nos trae recuerdos de confitura de frutos rojos, vainilla y chocolate. La retronasal nos habla de cerezas, moras y entrega un matiz ligeramente especiado. Final largo y buena persistencia.
Por unos 8€ podemos disfrutar de un vino elegante y muy equilibrado en todas las fases de la cata, con un cuerpo y una presencia muy por encima de su rango de precio. Marida bien con carnes rojas a la parrilla, guisos y estofados, además de embutidos ibéricos y pescado azul. Mi calificación para este dÓrio Colección Privada en su añada de 2011 es de un 91 sobre 100.
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