Mauro García fue durante muchos años encargado de la Finca de Vega Sicilia. Su hijo Mariano nació y se crió en la bodega, como aquel que dice, y durante muchos años fue el enólogo de la misma, la más prestigiosa de nuestro país. En 1998 decide crear su propio proyecto y crea sus propios vinos, procedentes de diferentes fincas situadas en Tudela de Duero, una zona a unos 700 metros de altitud que ya en 1562 fue eximida de impuestos por el mismísimo Felipe II debido a la calidad de sus viñas.
Mauro fue el nombre que decidió para su bodega desde el primer momento el gran Mariano García en honor a su padre y hoy es símbolo de calidad, una de las mejores bodegas españolas fruto del trabajo de uno de los enólogos de mayor prestigio internacional.
El vino que os traigo hoy es un coupage de tempranillo (90%) y syrah (10%) que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano de diferentes añadas.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete cereza, bien cubierto y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra envolvente, amplio y frutal, casi emocionante. Entrega notas de cerezas, fresas, frambuesas, moras, mantequilla fresca y chocolate con un ligero matiz floral.
En boca posee una entrada potente y golosa, sorprendente, una auténtica explosión frutal que envuelve el paladar de un frescor equilibrado por un grado de acidez óptimo. Muestra unos taninos maduros, entregando notas de regaliz rojo, piruleta, cerezas, moras, café y vainilla que dan paso a una retronasal que nos inunda en recuerdos de confitura de moras, tabaco y ciruela roja madura. Final de amplio recorrido y buena persistencia.
Por unos 24€ podemos disfrutar de una de las joyas vinícolas de nuestro país. Con la garantía que ofrece su creador, solo podemos entregarnos a este Mauro como un auténtico regalo de nuestra tierra. Marida bien con carnes rojas y guisos potentes, embutidos ibéricos y quesos curados. Mi calificación para este Mauro en su añada de 2011 es de un 94 sobre 100.
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