Se trata de un vino del sur del valle del Ródano, de la mítica región de Châteauneuf-du-Pape, conocida por estar cultivada con viñedos desde la llegada del Papa Juan XXII en el siglo XIV, que se hizo construir un castillo e impulsó de manera definitiva el cultivo de la vid.
La uva estrella de esta apelación es la garnacha que se suele combinar con hasta doce tipos de uva diferentes. En el caso de este Roque Colombe se trata de un assemblage de garnacha, syrah y mourvèdre (la monastrell de la zona) que ha recibido una crianza en barricas de roble de entre 12 y 18 meses antes de ser embotellado. La calidad de la uva, especialmente de la garnacha procedente de viñas viejas de bajísimo rendimiento, hacen de este vino un regalo para el paladar.
A la vista presenta un color granate con ribete guinda, de capa baja y con lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra elegante y fresco, sutil. Entrega notas de cerezas, guindas, hierbas de monte, café, caramelo y tostados de la madera.
En boca posee una entrada envolvente, redonda, con unos taninos sedosos. Equilibrado y muy fino. Notas de fresones y cerezas maduras, mostrándose algo licoroso y muy mineral. La retronasal nos habla de regaliz dulce, especias y roble cremoso. Final de recorrido algo corto y buena persistencia.
Por unos 25€ podéis haceros en la casa de nuestros amigos de Oh délice! con una botella de este gran vino del Ródano, con toda la potencia varietal de la mejor garnacha a la que hay que darle unas horas de reposo en decantador para que nos entregue toda su magia. Marida muy bien con guisos de conejo, estofados y un buen confit de pato. Mi calificación para este Roque Colombe en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
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