De esta manera nos enfrentamos a un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano. Este Monólogo nos habla de La Rioja Alavesa con su plaza en Laguardia, cuna de enorme cantidad de bodegas que hacen de sus vinos virtud, y a la vez procede de viñedos asentados en suelos arcillo-calcáreos con un bajo rendimiento que garantizan una calidad óptima en un vino que se viste de seriedad, experiencia y modernidad.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, media cobertura y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra muy frutal y fresco, entregando notas de fresas, frambuesas, regaliz rojo, un tono lácteo y un fondo de melocotón en almíbar.
En boca posee una entrada amable y golosa mostrando unos taninos maduros. Notas de fresas, ciruelas rojas, algo vacuo y con un matiz amargo al final dan paso a una retronasal que nos habla de fruta madura, buena madera y especias. Final de medio recorrido y persistencia algo justita.
Por unos sorprendentes 5€ podemos disfrutar de un crianza riojano serio y bien hecho, sin errores e ideal para tomar con aperitivos, ensaladas, pescados a la plancha y carnes blancas. Mi calificación para este Monólogo Crianza en su añada de 2011 es de un 88 sobre 100.
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