Me encantan las garnachas aragonesas y ya he hecho referencia en estas páginas alguna vez del buen hacer de las bodegas Borsao, especialmente en cuanto a calidad-precio se refiere. Hoy, en cambio, os traigo uno de sus vinos top de gama, que aún teniendo un precio más que ajustado para su calidad, ofrece un compromiso mayor con los buenos amantes del vino.
Berola es el vino más sorprendente y serio de la bodega, apoyado en una suerte de coupage poco común en la zona. Esta mezcla se compone de un 80% de garnacha procedente de viñas de entre 35 y 60 años y un 20% de syrah con solo 10 años de antigüedad, cultivadas ambas entre 600 y 700 metros de altitud sobre suelos arcillo-calizos, pedregosos y limosos, que componen una sinfonía casi perfecta de aromas y sabores. Para acabar de redondear este magnífico vino se le ha sometido a una crianza de 14 meses en barricas bordelesas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color picota con ribete ligeramente malva, bien cubierto y con lágrima muy densa y tintada.
En nariz se muestra elegante y atractivo, casi coqueto. Notas de fresas, frambuesas, hierbas de monte y ahumados nos envuelven en sensaciones que invitan a beber.
En boca posee una entrada rotunda, seria, casi se mastica, es potente, moderno y ofrece unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, moras y regaliz dan paso a una retronasal que nos habla de golosina de fresa envuelta en un matiz balsámico. Final largo y buena persistencia.
Por unos 12€ se puede disfrutar de un vino de la excelente D.O. Campo de Borja algo diferente, donde la syrah y la madera le igualan protagonismo a la eterna garnacha de la zona. Marida bien con carne de buey, estofados de cordero, caza de pelo y queso de oveja. Mi calificación para este Borsao Berola en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
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