Para terminar el año os traigo una interpretación de la uva por excelencia de nuestro país, la tempranillo, en una bodega de Rioja que aúna calidad y buen precio en sus productos. El Coto Crianza es de esos vinos que nunca falta en el stand de cualquier centro comercial, todos habréis tenido la oportunidad de verlo en más de una ocasión y ese hecho es algo que no nos debe pasar por alto a los que juntamos letras en blogs enológicos ya que, en tiempos de crisis como los que estamos viviendo, es una alegría poder disfrutar de buenos vinos, asequibles a nuestros bolsillos y cercanos a nuestros hogares.
El de hoy es un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano y que ha reposado al menos 6 meses en botella antes de salir a la venta. Un vino fino y elegante, muy de su tierra, una apuesta segura ante cualquier situación gastronómica y una buena propuesta como fondo de vinoteca.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima transparente y de media densidad.
En nariz se muestra fresco y con un marcado matiz herbáceo. Notas de monte, regaliz, melocotón en almíbar, cuero y miel forman un curioso y poco común perfil aromático que sorprende y agrada por igual.
En boca posee una entrada fresca y suave, muy equilibrada y con unos taninos maduros. Redondo, sutil y fácil de beber, entrega notas de cerezas, ciruelas y un marcado matiz especiado. La retronasal nos trae recuerdos de mermelada de ciruelas y madera fresca. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por unos 5€ podéis disfrutar de un muy buen Rioja, equilibrado, fresco y con buenas maneras en toda su extensión. Marida bien con carnes blancas y rojas a la plancha, ensaladas templadas, aperitivos y pescados a la plancha. Un vino muy apropiado también para algo tan nuestro como el tapeo. Mi calificación para este El Coto Crianza en su añada de 2010 es de un 89 sobre 100.
miércoles, 31 de diciembre de 2014
lunes, 29 de diciembre de 2014
Clunia Tempranillo 2010
De vez en cuando la recomendación del dueño de alguna vinoteca te trae muy buenas experiencias. Así me sucedió en Maltea2, un nuevo lugar para los amantes del vino en Alcorcón, donde recibí un trato excelente en un espacio con una selección de vinos notable. No conocía este Clunia pero me dieron buenas referencias de él y, al no tener un precio muy alto, le di una oportunidad (además me encantó la botella y uno ya tiene la suficiente experiencia como para saber cómo trabajan la tempranillo en Castilla y León).
El vino procede de una parcela situada a 900 metros de altura en la parcela "El Gerbal", una zona que en su día fue asentamiento romano, de ahí el nombre del vino, y se caracteriza por un suelo franco arcillo arenoso con cantos rodados que facilitan el drenaje en este suelo tan pobre, de bajísima producción, que garantiza la concentración y calidad de la uva.
Se trata de un monovarietal de uva tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés. Un vino serio, con carácter, que sorprende desde el primer momento, tanto en nariz como en boca.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra intenso y cremoso. Notas de chocolate, vainilla, fresas y frutas del bosque se envuelven en un ligero matiz de buena madera.
En boca posee una entrada redonda, cremosa, muy rico, con taninos maduros. Notas de cerezas, fresas, guindas, hierbas de monte y torrefactos que ganan complejidad en una retronasal que nos habla de chocolate, fruta madura y roble cremoso. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 12€ podéis disfrutar de un vino recio y sedoso a la vez, con buen potencial alcohólico como es propio en los vinos de la zona (14,5 grados), pero mostrando una cremosidad propiciada por el sabio reposo en una madera de excelente calidad. Marida bien con guisos de legumbres, carnes rojas, caza y quesos curados o semicurados. Mi calificación para este Clunia Tempranillo en su añada de 2010 es de un 93 sobre 100.
El vino procede de una parcela situada a 900 metros de altura en la parcela "El Gerbal", una zona que en su día fue asentamiento romano, de ahí el nombre del vino, y se caracteriza por un suelo franco arcillo arenoso con cantos rodados que facilitan el drenaje en este suelo tan pobre, de bajísima producción, que garantiza la concentración y calidad de la uva.
Se trata de un monovarietal de uva tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés. Un vino serio, con carácter, que sorprende desde el primer momento, tanto en nariz como en boca.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra intenso y cremoso. Notas de chocolate, vainilla, fresas y frutas del bosque se envuelven en un ligero matiz de buena madera.
En boca posee una entrada redonda, cremosa, muy rico, con taninos maduros. Notas de cerezas, fresas, guindas, hierbas de monte y torrefactos que ganan complejidad en una retronasal que nos habla de chocolate, fruta madura y roble cremoso. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 12€ podéis disfrutar de un vino recio y sedoso a la vez, con buen potencial alcohólico como es propio en los vinos de la zona (14,5 grados), pero mostrando una cremosidad propiciada por el sabio reposo en una madera de excelente calidad. Marida bien con guisos de legumbres, carnes rojas, caza y quesos curados o semicurados. Mi calificación para este Clunia Tempranillo en su añada de 2010 es de un 93 sobre 100.
lunes, 22 de diciembre de 2014
Bernabeleva Carril del Rey 2011
Bernabeleva es, sin lugar a dudas, una de las bodegas más emblemáticas de la Comunidad de Madrid. Con la garnacha de Gredos por montera, realizan una viticultura de mínima intervención donde el suelo, el clima y la orientación de sus viñas son los artífices de gran parte del resultado final en sus vinos. Eso y un esmero en el cuidado de sus frutos, que en su mayoría proceden de cepas viejas con una producción mínima.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de garnacha plantada con orientación sur en la Finca Carril del Rey, procedente de viñas de unos 75 años de edad, de maduración tardía sobre suelos de granito. El vino ha recibido una maceración larga, por encima de los 40 días y posteriormente ha pasado a realizar la fermentación maloláctica en madera con sus lías, realizando su crianza en barricas usadas de roble francés de 225 y 500 litros.
Un vino fino, elegante, uno de los grandes exponentes de la garnacha madrileña.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa, fina y brillante. Muy elegante.
En nariz muestra firmemente la esencia varietal de la garnacha. Notas de hierbas de monte, regaliz, menta y un ligero matiz de ahumados.
En boca posee una entrada potente, amplia y algo licorosa. Se muestra fresco gracias a una acertada acidez y unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas y fresones se acompañan de matices especiados procedentes de la madera. La retronasal se vuelve cálida y nos trae recuerdos de fruta confitada y piruleta. Final largo y buena persistencia.
Por unos 24€ se puede disfrutar de una garnacha de categoría, buena muestra de que en Madrid poco tenemos que envidiar la excelentes viñas aragonesas. Un vino original, fresco y único, un paso por encima de la mayoría de sus vecinos de la región. Marida bien con chuletitas de cordero lechal, carnes rojas a la plancha y pescado azul. Mi calificación para este Bernabeleva Carril del Rey en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de garnacha plantada con orientación sur en la Finca Carril del Rey, procedente de viñas de unos 75 años de edad, de maduración tardía sobre suelos de granito. El vino ha recibido una maceración larga, por encima de los 40 días y posteriormente ha pasado a realizar la fermentación maloláctica en madera con sus lías, realizando su crianza en barricas usadas de roble francés de 225 y 500 litros.
Un vino fino, elegante, uno de los grandes exponentes de la garnacha madrileña.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa, fina y brillante. Muy elegante.
En nariz muestra firmemente la esencia varietal de la garnacha. Notas de hierbas de monte, regaliz, menta y un ligero matiz de ahumados.
En boca posee una entrada potente, amplia y algo licorosa. Se muestra fresco gracias a una acertada acidez y unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas y fresones se acompañan de matices especiados procedentes de la madera. La retronasal se vuelve cálida y nos trae recuerdos de fruta confitada y piruleta. Final largo y buena persistencia.
Por unos 24€ se puede disfrutar de una garnacha de categoría, buena muestra de que en Madrid poco tenemos que envidiar la excelentes viñas aragonesas. Un vino original, fresco y único, un paso por encima de la mayoría de sus vecinos de la región. Marida bien con chuletitas de cordero lechal, carnes rojas a la plancha y pescado azul. Mi calificación para este Bernabeleva Carril del Rey en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Torre Oria Reserva 2009
La reciente adquisición de la centanaria Bodega Torre Oria (fundada en 1897), por la empresa Mercadona, ha traído uno de los catálogos de vino más emblemáticos de la Comunidad Valenciana a nuestros supermercados, ligado a un precio poco habitual en vinos de calidad. La crisis había llevado a dicha bodega casi a la quiebra, debido a unas cifras de pérdidas preocupantes. El "rescate" de Mercadona llevará el proyecto de esta bodega en otra dirección, aunque esperamos que eso no redunde en una bajada en la calidad de los vinos.
El que hoy os traigo se trata de un monovarietal de uva tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano. Es un vino que sorprende a la vista y emociona en nariz, solo un poquito más de nivel en boca lo podría haber convertido en algo único. Aún así, pocas opciones se pueden encontrar por 3€ al nivel de este excelente vino.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso y envolvente, entregando notas de fresas, ciruelas, chocolate y trufa. Complejo y emocionante.
En boca posee una entrada fresca, con buena acidez y unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, guindas, mermelada de ciruelas y vainilla desembocan en un ligero amargor final. La retronasal nos habla de anís, fruta madura y buena madera. Final de medio recorrido y correcta persistencia.
Va a ser difícil encontrar un vino con mejor relación calidad- precio. Mercadona nos está trayendo desde hace tiempo unos vinos excelentes bajo ese baremo, primero con las Bodegas Borsao y ahora con Torre Oria. Una muestra más de que no es necesario dejarse el sueldo para disfrutar de un buen vino. Marida bien con ensaladas, aperitivos, pescados a la plancha y chocolate. Mi calificación para este Torre Oria Reserva en su añada de 2009 es de un 90 sobre 100.
El que hoy os traigo se trata de un monovarietal de uva tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano. Es un vino que sorprende a la vista y emociona en nariz, solo un poquito más de nivel en boca lo podría haber convertido en algo único. Aún así, pocas opciones se pueden encontrar por 3€ al nivel de este excelente vino.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso y envolvente, entregando notas de fresas, ciruelas, chocolate y trufa. Complejo y emocionante.
En boca posee una entrada fresca, con buena acidez y unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas, guindas, mermelada de ciruelas y vainilla desembocan en un ligero amargor final. La retronasal nos habla de anís, fruta madura y buena madera. Final de medio recorrido y correcta persistencia.
Va a ser difícil encontrar un vino con mejor relación calidad- precio. Mercadona nos está trayendo desde hace tiempo unos vinos excelentes bajo ese baremo, primero con las Bodegas Borsao y ahora con Torre Oria. Una muestra más de que no es necesario dejarse el sueldo para disfrutar de un buen vino. Marida bien con ensaladas, aperitivos, pescados a la plancha y chocolate. Mi calificación para este Torre Oria Reserva en su añada de 2009 es de un 90 sobre 100.
viernes, 5 de diciembre de 2014
Neo Loquillo 2013
A pesar de ser un vino joven, cosechero, es una buena muestra de una de las bodegas que más ha destacado en la Ribera del Duero en los últimos años: Neo. Se trata de un monovarietal de tinta del país (tempranillo) procedente de cepas de más de 60 años plantadas en vaso y con una vendimia manual, que ha recibido una crianza de 6 meses en barricas de roble francés en un 70% y americano en un 30%.
Un vino fácil de beber, muy agradable, quizás algo caro para lo que ofrece, pero un gran regalo para todos los amantes del mítico grupo catalán. Ideal para tomar de manera reposada mientras suenan de fondo compases inolvidables de títulos como El Rompeolas, Cadillac Solitario o Rock 'n Roll Star.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima de media densidad.
En nariz se muestra muy frutal, entregando notas de fresas, frambuesas, regaliz rojo, piruleta y hierbas de monte. Intenso y fresco.
En boca posee una entrada frutosa y fresca gracias a una muy buena acidez, mostrando unos taninos maduros. Notas de fresas, cerezas, fruta de hueso, especias y un matiz a establo desembocan en un ligero amargor final. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y madera húmeda dando lugar a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 15€ se puede disfrutar de este vino, siempre que lo puedas encontrar en tienda, ya que su tirada limitada a solo 3000 botellas hace que la especulación le otorgue cifras bastante más altas. Atendiendo a lo puramente enológico es un buen vino, algo subido de precio, pero buen representante de su región vinícola y un magnífico regalo para cualquier seguidor de el Loco. Marida bien con carnes rojas a la plancha, guisos de legumbres, embutidos ibéricos y queso curado o semi curado. Mi calificación para este Neo Loquillo en su añada de 2013 es de un 89 sobre 100.
domingo, 30 de noviembre de 2014
Clavelier et Fils "Les Perrières" 2011
Para celebrar el vino número 100 que analizo para este blog os traigo una pequeña joya de la región francesa de Borgoña. Un vino de la bodega Clavelier et Fils de la que ya os he traído alguna muestra en estas páginas, gracias a la selección que tienen de sus vinos en Oh delice!.
Como es propio de los vinos de la región, se trata de un monovarietal de uva pinot noir, tan delicada como elegante y rica en matices, que ha pasado por una crianza en barricas de roble francés. Este vino forma parte de la línea de gama alta de la bodega, "Les essentiels", que se caracteriza por una cuidada selección del fruto y un trabajo en bodega que apuesta por rescatar la esencia de esta variedad.
Una de las peculiaridades de este vino, que lo hacen especialmente recomendable, es el hecho de agradar de igual manera a expertos como a neófitos, ya que siendo muy fácil de beber y con un nivel de alcohol bajo (13 grados), posee una complejidad y amplitud de matices realmente notable.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosaceo, poco cubierto y con lágrima brillante y de media densidad.
En nariz se muestra fresco y perfumado, con notas de moras, lilas, fresas, champiñón y una ligera mineralidad.
En boca posee una entrada sedosa, elegante, con taninos maduros. Nos trae recuerdos de confitura de moras, fresas, frambuesas y golosina de fresa. La retronasal nos habla de fruta madura y muestra matices ligeramente especiados. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ podemos disfrutar de un vino amable y complejo, un Borgoña de verdad, de la prestigiosa región de Beaune donde alcanza la distinguida calificación de Primer Cru. Lo tomé con un buen confit de pato con confitura de fresa y fue un rotundo éxito. Marida igualmente bien con todo tipo de aves de corral, carnes blancas, ensaladas calientes, foie, caza, pescados a la plancha y quesos semi curados. Mi calificación para este Clavelier et Fils "Les Perrieres" en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
Como es propio de los vinos de la región, se trata de un monovarietal de uva pinot noir, tan delicada como elegante y rica en matices, que ha pasado por una crianza en barricas de roble francés. Este vino forma parte de la línea de gama alta de la bodega, "Les essentiels", que se caracteriza por una cuidada selección del fruto y un trabajo en bodega que apuesta por rescatar la esencia de esta variedad.
Una de las peculiaridades de este vino, que lo hacen especialmente recomendable, es el hecho de agradar de igual manera a expertos como a neófitos, ya que siendo muy fácil de beber y con un nivel de alcohol bajo (13 grados), posee una complejidad y amplitud de matices realmente notable.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosaceo, poco cubierto y con lágrima brillante y de media densidad.
En nariz se muestra fresco y perfumado, con notas de moras, lilas, fresas, champiñón y una ligera mineralidad.
En boca posee una entrada sedosa, elegante, con taninos maduros. Nos trae recuerdos de confitura de moras, fresas, frambuesas y golosina de fresa. La retronasal nos habla de fruta madura y muestra matices ligeramente especiados. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ podemos disfrutar de un vino amable y complejo, un Borgoña de verdad, de la prestigiosa región de Beaune donde alcanza la distinguida calificación de Primer Cru. Lo tomé con un buen confit de pato con confitura de fresa y fue un rotundo éxito. Marida igualmente bien con todo tipo de aves de corral, carnes blancas, ensaladas calientes, foie, caza, pescados a la plancha y quesos semi curados. Mi calificación para este Clavelier et Fils "Les Perrieres" en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
sábado, 22 de noviembre de 2014
Muga Selección Especial 2009
Bodegas Muga es uno de los grandes referentes vitivinícolas de la Rioja Alta. Asentada en el barrio de la estación de Haro, es una de las más completas, refinadas y exquisitas en sus trabajos con el vino. Hace un par de veranos tuve la suerte de visitar sus instalaciones y desde aquí aprovecho encarecidamente realizar una de sus catas, bien dirigidas y en las que se aprende y se intensifica la pasión por este mundo.
Su vino reserva, el Selección Especial que hoy os traigo, toma su nombre de una filosofía bodeguera basada en la honestidad: solo se embotellan y sacan al mercado las mejores añadas. Se trata de un coupage de tempranillo (70%), garnacha (20%), graciano y mazuelo (10%) de las mejores uvas seleccionadas de sus viñedos, que ha recibido una crianza de 28 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), muchas de estas barricas fabricadas en la propia bodega.
Un vino con clase y señorío, como muestra de una de las más grandes bodegas de La Rioja.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, cobertura media y lágrima densa y bien tintada.
En nariz se muestra cremoso y fresco, aportando notas de fresas, grosellas, ciruela roja, regaliz, golosina de fresa, chocolate y mantequilla fresca.
En boca posee una entrada redonda, muy buena acidez y unos taninos maduros. Entrega notas de fresas y cerezas junto a un marcado matiz a mantequilla. La retronasal nos habla de confitura de fresa, especias y notas lácteas. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 24€ podemos disfrutar de un vino con personalidad, un Rioja con pedigrí, una joya vinícola que merece muy mucho el esfuerzo empleado en el coste de la botella. Marida bien con carnes rojas, guisos de cordero y legumbres y quesos bien curados. Mi calificación para este Muga Selección Especial en su añada de 2009 es de un 93 sobre 100.
Su vino reserva, el Selección Especial que hoy os traigo, toma su nombre de una filosofía bodeguera basada en la honestidad: solo se embotellan y sacan al mercado las mejores añadas. Se trata de un coupage de tempranillo (70%), garnacha (20%), graciano y mazuelo (10%) de las mejores uvas seleccionadas de sus viñedos, que ha recibido una crianza de 28 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), muchas de estas barricas fabricadas en la propia bodega.
Un vino con clase y señorío, como muestra de una de las más grandes bodegas de La Rioja.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, cobertura media y lágrima densa y bien tintada.
En nariz se muestra cremoso y fresco, aportando notas de fresas, grosellas, ciruela roja, regaliz, golosina de fresa, chocolate y mantequilla fresca.
En boca posee una entrada redonda, muy buena acidez y unos taninos maduros. Entrega notas de fresas y cerezas junto a un marcado matiz a mantequilla. La retronasal nos habla de confitura de fresa, especias y notas lácteas. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 24€ podemos disfrutar de un vino con personalidad, un Rioja con pedigrí, una joya vinícola que merece muy mucho el esfuerzo empleado en el coste de la botella. Marida bien con carnes rojas, guisos de cordero y legumbres y quesos bien curados. Mi calificación para este Muga Selección Especial en su añada de 2009 es de un 93 sobre 100.
lunes, 17 de noviembre de 2014
Jorge Ordóñez & Co. Victoria nº 2 2013
Con tan solo 10 años de historia, la bodega Jorge Ordoñez se ha convertido en referente internacional, especialmente en lo que concierne a vinos blancos dulces. Situada en la zona montañosa de la Axarquía malagueña, sus viñedos son de los más antiguos de Europa en la recolección de uvas pasas.
Todo nace bajo la unión de las familias Ordoñez de Málaga y Kracher de Austria, de hecho, cabe reseñar la influencia del bodeguero austríaco Alois Kracher que ya era número uno en la producción de vinos dulces en su país.
El vino que hoy os traigo ha regado las copas en eventos tan importantes como el 88º cumpleaños de la Reina de Inglaterra o el banquete de los premios Nobel en 2012. Se trata de un monovarietal de moscatel de Alejandría que ha recibido una fermentación en depósitos de acero inoxidable controlando la temperatura hasta alcanzar el nivel de alcohol deseado (10 grados).
A la vista presenta un color dorado con ribete pajizo, muy poco cubierto y con lágrima brillante de media densidad.
En nariz se muestra embriagador, envolvente, goloso. Entrega notas de melocotón en almíbar, albaricoque, dulce de membrillo y cáscara de naranja.
En boca posee una entrada amplia, sedosa, untuosa, dulce y fresco a la vez. Emocionante. Nos trae recuerdos de melocotón en almíbar, fruta de hueso y matices amielados. La retronasal nos habla de fruta madura, dulce, envuelta en mermelada de melocotón. Final largo y buena persistencia.
Por poco menos de 20€ (la botella de 37,5 cl.) nos podemos dar un capricho de auténticos dioses, un manjar de reyes que no defraudará a cualquier amante de los buenos vinos. Marida bien con postres, chocolates y foie, aunque también es amigo de la soledad, fiel compañero de lectura en una tarde otoñal al abrigo de una buena chimenea o, en su defecto, de un buen radiador. Mi calificación para este Jorge Ordóñez & Co. Victoria nº 2 en su añada de 2013 es de un 95 sobre 100.
Todo nace bajo la unión de las familias Ordoñez de Málaga y Kracher de Austria, de hecho, cabe reseñar la influencia del bodeguero austríaco Alois Kracher que ya era número uno en la producción de vinos dulces en su país.
El vino que hoy os traigo ha regado las copas en eventos tan importantes como el 88º cumpleaños de la Reina de Inglaterra o el banquete de los premios Nobel en 2012. Se trata de un monovarietal de moscatel de Alejandría que ha recibido una fermentación en depósitos de acero inoxidable controlando la temperatura hasta alcanzar el nivel de alcohol deseado (10 grados).
A la vista presenta un color dorado con ribete pajizo, muy poco cubierto y con lágrima brillante de media densidad.
En nariz se muestra embriagador, envolvente, goloso. Entrega notas de melocotón en almíbar, albaricoque, dulce de membrillo y cáscara de naranja.
En boca posee una entrada amplia, sedosa, untuosa, dulce y fresco a la vez. Emocionante. Nos trae recuerdos de melocotón en almíbar, fruta de hueso y matices amielados. La retronasal nos habla de fruta madura, dulce, envuelta en mermelada de melocotón. Final largo y buena persistencia.
Por poco menos de 20€ (la botella de 37,5 cl.) nos podemos dar un capricho de auténticos dioses, un manjar de reyes que no defraudará a cualquier amante de los buenos vinos. Marida bien con postres, chocolates y foie, aunque también es amigo de la soledad, fiel compañero de lectura en una tarde otoñal al abrigo de una buena chimenea o, en su defecto, de un buen radiador. Mi calificación para este Jorge Ordóñez & Co. Victoria nº 2 en su añada de 2013 es de un 95 sobre 100.
martes, 11 de noviembre de 2014
Es lo que hay 2011
Norrel Robertson, escocés de nacimiento, lleva 20 años en nuestro país trabajando en el mundo del vino. En 2004 decidió crear uno que mostrara la esencia de las excelentes garnachas de viñas viejas de Aragón. Así nace este Es lo que hay. Cultivadas en suelos de pizarra y sometidas a extremos cambios climáticos a una altitud de 1000 metros, estas cepas aportan lo mejor de sí mismas dotando a sus vinos de un carácter varietal y una originalidad evidentes.
Nunca me cansaré de bendecir las cualidades de estas viejas garnachas, cultivos casi olvidados que aportan un beneficio mínimo a sus sufridos viticultores, pero que regalan magia a nuestras agradecidas copas.
Es lo que hay 2011 es un monovarietal de garnacha que ha recibido una fermentación y posterior crianza sobre sus lías de 20 meses en barricas de roble. Un cuidado enorme por respetar la esencia de una variedad en una etiqueta que no engaña a nadie: garnacha de cepas viejas, es lo que hay.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí muy vivo, media cobertura y lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra fresco, intenso y frutal. Entrega notas de ahumados, hierbas de monte, fresas, regaliz y un ligero matiz especiado. Marcado carácter varietal.
En boca posee una entrada potente y cálida fruto de su alto contenido alcohólico (15 grados), mostrando unos taninos ligeramente secos. Buena acidez que aporta frescura, bien equilibrada. Notas de fresas, frambuesas, especias y piruleta unidas a un matiz mineral envuelven nuestro paladar para dar paso a una retronasal que nos habla de fruta madura confitada y cerezas. Final largo y buena persistencia.
Por unos 15€ podéis disfrutar de una excelentísima garnacha aragonesa, original, fresca y cargada de matices, a la que solo se le puede echar en cara un ligero exceso de alcohol. Marida bien con carnes rojas a la plancha, quesos curados y caza. Mi calificación para este Es lo que hay en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
Nunca me cansaré de bendecir las cualidades de estas viejas garnachas, cultivos casi olvidados que aportan un beneficio mínimo a sus sufridos viticultores, pero que regalan magia a nuestras agradecidas copas.
Es lo que hay 2011 es un monovarietal de garnacha que ha recibido una fermentación y posterior crianza sobre sus lías de 20 meses en barricas de roble. Un cuidado enorme por respetar la esencia de una variedad en una etiqueta que no engaña a nadie: garnacha de cepas viejas, es lo que hay.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí muy vivo, media cobertura y lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra fresco, intenso y frutal. Entrega notas de ahumados, hierbas de monte, fresas, regaliz y un ligero matiz especiado. Marcado carácter varietal.
En boca posee una entrada potente y cálida fruto de su alto contenido alcohólico (15 grados), mostrando unos taninos ligeramente secos. Buena acidez que aporta frescura, bien equilibrada. Notas de fresas, frambuesas, especias y piruleta unidas a un matiz mineral envuelven nuestro paladar para dar paso a una retronasal que nos habla de fruta madura confitada y cerezas. Final largo y buena persistencia.
Por unos 15€ podéis disfrutar de una excelentísima garnacha aragonesa, original, fresca y cargada de matices, a la que solo se le puede echar en cara un ligero exceso de alcohol. Marida bien con carnes rojas a la plancha, quesos curados y caza. Mi calificación para este Es lo que hay en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
viernes, 7 de noviembre de 2014
Numanthia 2010
La mítica resistencia de la antigua ciudad de Numancia inspiró a Marcos Eguren en su primer viaje vitivinícola a la región de Toro. Y es que ese tipo de resistencia ante cualquier invasor, incluída la filoxera, por parte de estas cepas con más de 50 años de edad, hacen de este cultivo un auténtico superviviente.
El viñedo tocó el cielo con los 100 puntos que le otorgó Robert Parker en 2004 al vino de más alta gama de la bodega, el Termanthia. Poco después la bodega pasa a ser propiedad del elitista Grupo Louis Vuitton y Möet Hennessy y desde entonces las riendas, desde el punto de vista enológico, las ha llevado el portugués Manuel Louzada. El vino sigue siendo un referente del buen hacer en su denominación de origen alcanzando similares cotas de calidad a las de otros vinos de parecido rango de precio en esta región como puedan ser San Román, Matsu El Viejo o Victorino, aunque sin llegar a la majestuosidad de antaño.
Se trata de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas de roble francés. Un vino serio, con carácter y la contundencia alcohólica (15 grados) típica en los vinos de Toro.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra muy envolvente e intenso. Fresas, chocolate, notas lácteas y torrefactos, junto a un ligero matiz especiado, crean una complejidad impactante.
En boca posee una entrada potente, majestuosa, con raza. Se muestra algo licoroso con unos taninos maduros. Notas de cerezas, arándanos y cacao envuelven el paladar dejando una sensación final algo amarga pero bien equlibrada. La retronasal nos habla de fruta madura y chocolate puro que dan paso a un final largo y alta persistencia.
Por unos 35€ podéis disfrutar de un vino potente y bien hecho, original y con un carácter tan especial que lo hace único. Marida bien con guisos potentes de legumbres o cordero, carnes rojas a la plancha y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Numanthia en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
El viñedo tocó el cielo con los 100 puntos que le otorgó Robert Parker en 2004 al vino de más alta gama de la bodega, el Termanthia. Poco después la bodega pasa a ser propiedad del elitista Grupo Louis Vuitton y Möet Hennessy y desde entonces las riendas, desde el punto de vista enológico, las ha llevado el portugués Manuel Louzada. El vino sigue siendo un referente del buen hacer en su denominación de origen alcanzando similares cotas de calidad a las de otros vinos de parecido rango de precio en esta región como puedan ser San Román, Matsu El Viejo o Victorino, aunque sin llegar a la majestuosidad de antaño.
Se trata de un monovarietal de tinta de Toro (tempranillo) que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas de roble francés. Un vino serio, con carácter y la contundencia alcohólica (15 grados) típica en los vinos de Toro.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y tintada.
En nariz se muestra muy envolvente e intenso. Fresas, chocolate, notas lácteas y torrefactos, junto a un ligero matiz especiado, crean una complejidad impactante.
En boca posee una entrada potente, majestuosa, con raza. Se muestra algo licoroso con unos taninos maduros. Notas de cerezas, arándanos y cacao envuelven el paladar dejando una sensación final algo amarga pero bien equlibrada. La retronasal nos habla de fruta madura y chocolate puro que dan paso a un final largo y alta persistencia.
Por unos 35€ podéis disfrutar de un vino potente y bien hecho, original y con un carácter tan especial que lo hace único. Marida bien con guisos potentes de legumbres o cordero, carnes rojas a la plancha y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Numanthia en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
María de la O 2011
Vinos Divertidos es una bodega dedicada al trabajo vitivinícola con variedades de uva en peligro de extinción, dándole además una imagen original y muy divertida al continente de sus productos. El vino que os traigo hoy procede de viñas viejas de garnacha cuyas cepas alcanzan los 80 años de edad. Todo un lujo a un precio muy asequible. Y es que en Aragón hay mucho viñedo de garnacha casi abandonado que está esperando las manos sabias de algún viticultor con la paciencia y dedicación para sacar lo mejor de esta magnífica variedad.
María de la O es un monovarietal de garnacha que ha recibido una crianza de 3 meses en barricas de roble francés. Es un vino fresco, agradable, muy fácil de beber, que invita a la mesa incluso a los menos apasionados del vino.
A la vista presenta un color granate con ribete violáceo, cobertura media y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra muy frutal y fresco aportando notas de fresas, frambuesas, cerezas, golosina de fresa, hierbas de monte y piruleta. Es fresco pero poco intenso.
En boca posee una entrada muy agradable, equilibrada, sin duda un vino para acompañar nuestros mejores platos cada día. Presenta unos taninos maduros y toda la frescura y el carácter varietal de las buenas garnachas. Entrega notas de fresas, regaliz rojo, y mermelada de frutos del bosque. La retronasal nos habla de fruta roja fresca y buena madera. Final algo corto y persistencia media.
Por unos 9€ podéis disfrutar de una nueva muestra de buena garnacha aragonesa, poco ambiciosa pero muy resultona, agradable y que invita a repetir. Marida bien con todo tipo de aperitivos y entrantes, ensaladas frescas y pasta. También puede acompañar bien a un buen pescado a la plancha. Mi calificación para este María de la O en su añada de 2011 es de un 88 sobre 100.
María de la O es un monovarietal de garnacha que ha recibido una crianza de 3 meses en barricas de roble francés. Es un vino fresco, agradable, muy fácil de beber, que invita a la mesa incluso a los menos apasionados del vino.
A la vista presenta un color granate con ribete violáceo, cobertura media y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra muy frutal y fresco aportando notas de fresas, frambuesas, cerezas, golosina de fresa, hierbas de monte y piruleta. Es fresco pero poco intenso.
En boca posee una entrada muy agradable, equilibrada, sin duda un vino para acompañar nuestros mejores platos cada día. Presenta unos taninos maduros y toda la frescura y el carácter varietal de las buenas garnachas. Entrega notas de fresas, regaliz rojo, y mermelada de frutos del bosque. La retronasal nos habla de fruta roja fresca y buena madera. Final algo corto y persistencia media.
Por unos 9€ podéis disfrutar de una nueva muestra de buena garnacha aragonesa, poco ambiciosa pero muy resultona, agradable y que invita a repetir. Marida bien con todo tipo de aperitivos y entrantes, ensaladas frescas y pasta. También puede acompañar bien a un buen pescado a la plancha. Mi calificación para este María de la O en su añada de 2011 es de un 88 sobre 100.
jueves, 30 de octubre de 2014
Luis Saavedra Crianza 2009
Hoy os traigo otro vino de la bodega ecológica Luis Saavedra, afincada en plena sierra de Gredos, en la Comunidad de Madrid. De nuevo la garnacha se erige como protagonista absoluta de este vino. Las mejores uvas de estos viñedos procedentes de cepas con unos 85 años de edad, se recogen manualmente, con una estricta selección desde la propia viña para ofrecer la mayor calidad y frescura en el producto final.
Es probablemente el vino más serio, el más complejo de la bodega, el que toma como propio el nombre del fundador de la misma como garantía plena de una familia dedicada desde hace varias generaciones a la vitivinicultura.
En el caso de hoy se trata de un coupage de garnacha (90%) y syrah (10%) procedente de viñedos a 800 metros de altura. El vino ha recibido una crianza de 7 meses en barricas nuevas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra fresco y muy frutal, casi goloso. Entrega notas de fresas, melocotón, hierba mojada y piruleta.
En boca posee una entrada fresca y amable, con taninos maduros. Fruta compotada, membrillo y buena madera envuelven el paladar para dar paso a una retronasal que se impregna de confitura de frutos rojos y hierbas de monte. Final correcto y con una persistencia media.
Por unos 8€ podéis disfrutar de otro buen vino madrileño, fruto de la mejor viticultura ecológica, que además resulta muy fácil de beber. Marida bien con pastas, carnes blancas, aperitivos y ensaladas. Mi calificación para este Luis Saavedra Crianza en su añada de 2009 es de un 88 sobre 100.
Es probablemente el vino más serio, el más complejo de la bodega, el que toma como propio el nombre del fundador de la misma como garantía plena de una familia dedicada desde hace varias generaciones a la vitivinicultura.
En el caso de hoy se trata de un coupage de garnacha (90%) y syrah (10%) procedente de viñedos a 800 metros de altura. El vino ha recibido una crianza de 7 meses en barricas nuevas de roble francés y americano.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra fresco y muy frutal, casi goloso. Entrega notas de fresas, melocotón, hierba mojada y piruleta.
En boca posee una entrada fresca y amable, con taninos maduros. Fruta compotada, membrillo y buena madera envuelven el paladar para dar paso a una retronasal que se impregna de confitura de frutos rojos y hierbas de monte. Final correcto y con una persistencia media.
Por unos 8€ podéis disfrutar de otro buen vino madrileño, fruto de la mejor viticultura ecológica, que además resulta muy fácil de beber. Marida bien con pastas, carnes blancas, aperitivos y ensaladas. Mi calificación para este Luis Saavedra Crianza en su añada de 2009 es de un 88 sobre 100.
miércoles, 29 de octubre de 2014
Pricum Valdemuz 2009
De la visita que hice este año a las Bodegas Margón, me traje un par de vinos muy especiales: Paraje de El Santo y Valdemuz. Este último se ha mostrado como un vino muy diferente al resto, dejando así una clara impronta de vino de finca, de terruño, con unas propiedades muy particulares. A esto se añade la particular manera de trabajar en esta bodega, con procesos tan naturales que en ocasiones les pueden jugar una mala pasada.
Y es que, si bien este Valdemuz es un excelente vino, podría haber resultado mucho mejor de haber recibido un buen filtrado o clarificado. Una cosa es que un vino tenga algún poso y otra muy diferente que los mastiques casi desde el primer trago. Para poder beberlo no basta con una decantación previa, hay que recurrir a un filtrado en toda regla (yo lo he hecho con un filtro para posos de café) si se quiere disfrutar con tranquilidad del producto. Teniendo en cuenta que la botella de este Valdemuz 2009 alcanza en las vinotecas especializadas precios en torno a los 28€, es normal entender el difícil posicionamiento de estos vinos a nivel comercial.
En este caso se trata de un monovarietal de prieto picudo, la uva más utilizada en esta bodega, que ha recibido una crianza de 17 meses en barricas de roble francés. Por su enorme poder tánico recomiendo guardar este vino en botella un tiempo más ya que la sequedad que deja en boca puede resultar algo excesiva en este momento.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa, fina y tintada.
En nariz se muestra intenso y algo licoroso. Notas de licor de guindas, chocolate y tabaco entregan un perfil aromático muy especial.
En boca posee una entrada muy equilibrada, con una marcada acidez y taninos algo secos. De nuevo aparecen notas de licor de guindas, unidas ahora a confitura de ciruelas, cacao y anís. La retronasal se envuelve en un matiz anisado muy agradable unido a roble fresco. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Podíamos estar ante uno de los grandes vinos españoles si no fuera por esos pequeños matices que ya he comentado, y que lastran algo la calificación final del producto. Marida bien con cecina, quesos curados, guisos potentes y carnes rojas. Mi calificación para este Pricum Valdemuz en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
Y es que, si bien este Valdemuz es un excelente vino, podría haber resultado mucho mejor de haber recibido un buen filtrado o clarificado. Una cosa es que un vino tenga algún poso y otra muy diferente que los mastiques casi desde el primer trago. Para poder beberlo no basta con una decantación previa, hay que recurrir a un filtrado en toda regla (yo lo he hecho con un filtro para posos de café) si se quiere disfrutar con tranquilidad del producto. Teniendo en cuenta que la botella de este Valdemuz 2009 alcanza en las vinotecas especializadas precios en torno a los 28€, es normal entender el difícil posicionamiento de estos vinos a nivel comercial.
En este caso se trata de un monovarietal de prieto picudo, la uva más utilizada en esta bodega, que ha recibido una crianza de 17 meses en barricas de roble francés. Por su enorme poder tánico recomiendo guardar este vino en botella un tiempo más ya que la sequedad que deja en boca puede resultar algo excesiva en este momento.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa, fina y tintada.
En nariz se muestra intenso y algo licoroso. Notas de licor de guindas, chocolate y tabaco entregan un perfil aromático muy especial.
En boca posee una entrada muy equilibrada, con una marcada acidez y taninos algo secos. De nuevo aparecen notas de licor de guindas, unidas ahora a confitura de ciruelas, cacao y anís. La retronasal se envuelve en un matiz anisado muy agradable unido a roble fresco. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Podíamos estar ante uno de los grandes vinos españoles si no fuera por esos pequeños matices que ya he comentado, y que lastran algo la calificación final del producto. Marida bien con cecina, quesos curados, guisos potentes y carnes rojas. Mi calificación para este Pricum Valdemuz en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
viernes, 24 de octubre de 2014
Pago Los Balancines Huno 2011
Los Balancines es una bodega extremeña emblemática con vinos muy reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. Sus viñedos se asientan en Mérida, en un pago con unas cualidades muy especiales, ubicado geográficamente entre dos sierras y definido a través de una agricultura ecológica, con un cuidado extraordinario por el la viña y el fruto de la misma.
Dependiendo de las condiciones climatológicas de cada año el equipo enológico de la bodega elige las proporciones de este vino, que en este caso se trata de un coupage de las variedades garnacha, tempranillo, cabernet sauvignon y syrah cuya fermentación se ha realizado en depósitos de cemento con remontados manuales, recibiendo una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.
Se trata de un vino con carácter, muy mineral, mucho más equilibrado en nariz que en boca debido a un exceso de alcohol (15 grados) que aniquila en cierta medida la fruta.
A la vista presenta un color picota con ribete violáceo, bien cubierto y con lágrima densa.
En nariz se muestra intenso y amplio. Notas de fresas, frambuesas, fruta de hueso, chocolate, confitura de moras y roble cremoso conforman un perfil complejo y muy interesante.
En boca posee una entrada potente, licorosa y envolvente, con taninos ligeramente secos. Notas de fruta madura, madera húmeda y cuero se unen a una importante sensación de calidez debido al exceso de alcohol. Muy mineral. La retronasal nos habla de hierbas de monte y especias con un final algo amargo. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por unos 12€ podéis disfrutar de un buen vino extremeño, algo pasado de alcohol pero con unos matices olfativos espectaculares. Marida bien con guisos de legumbres, carnes rojas y quesos bien curados. Mi calificación para este Pago Los Balancines Huno en su añada de 2011 es de un 89 sobre 100.
Dependiendo de las condiciones climatológicas de cada año el equipo enológico de la bodega elige las proporciones de este vino, que en este caso se trata de un coupage de las variedades garnacha, tempranillo, cabernet sauvignon y syrah cuya fermentación se ha realizado en depósitos de cemento con remontados manuales, recibiendo una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.
Se trata de un vino con carácter, muy mineral, mucho más equilibrado en nariz que en boca debido a un exceso de alcohol (15 grados) que aniquila en cierta medida la fruta.
A la vista presenta un color picota con ribete violáceo, bien cubierto y con lágrima densa.
En nariz se muestra intenso y amplio. Notas de fresas, frambuesas, fruta de hueso, chocolate, confitura de moras y roble cremoso conforman un perfil complejo y muy interesante.
En boca posee una entrada potente, licorosa y envolvente, con taninos ligeramente secos. Notas de fruta madura, madera húmeda y cuero se unen a una importante sensación de calidez debido al exceso de alcohol. Muy mineral. La retronasal nos habla de hierbas de monte y especias con un final algo amargo. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por unos 12€ podéis disfrutar de un buen vino extremeño, algo pasado de alcohol pero con unos matices olfativos espectaculares. Marida bien con guisos de legumbres, carnes rojas y quesos bien curados. Mi calificación para este Pago Los Balancines Huno en su añada de 2011 es de un 89 sobre 100.
lunes, 20 de octubre de 2014
Taray Roble Tinto Syrah 2013
Con la intención de haceros llegar propuestas vinícolas al alcance de todos, hoy os traigo el producto del trabajo de una bodega manchega que apuesta por el syrah como expresión de uno de sus vinos. Si bien esta variedad es más propia de zonas concretas de Francia y Australia, en España también encontramos algunas regiones donde se dan buenos frutos para vinos de calidad.
Así, en este caso estamos hablando de un monovarietal de syrah procedente de viñedos de secano cultivados en vaso, que ha recibido una primera fermentación en depósitos de acero inoxidable para pasar a una corta crianza de 3 meses en barricas de roble francés antes de ser embotellado. En botella ha reposado otros 3 meses antes de salir a la venta. La vendimia se hizo de manera manual en el momento óptimo de maduración de la uva.
Es un vino sencillo, sin pretensiones, pero que por precio y calidad se convierte en una interesante propuesta a tener en cuenta.
A la vista presenta un color cereza con ribete violáceo, con una media cobertura y lágrima densa.
En nariz se muestra fresco y frutal. Entrega notas de fresas, frambuesas, piruleta, hierba mojada, con matices florales y ligeramente especiados.
En boca posee una entrada amable, fresca, con taninos maduros. Notas de violetas, especias, mermelada de ciruela y madera fresca se adueñan del paladar. La retronasal se envuelve de caramelo de violetas y roble dando paso a un final de corto recorrido y persistencia media.
Por poco más de 3€ podéis disfrutar de un vino joven, fresco y con matices florales muy marcados. Un syrah que, si bien no es memorable, no deja de resultar lo suficientemente agradable como para acompañar nuestros platos. Marida bien con aperitivos, caza, pasta y verduras. Mi calificación para este Taray Roble Tinto Syrah en su añada de 2013 es de un 86 sobre 100.
Así, en este caso estamos hablando de un monovarietal de syrah procedente de viñedos de secano cultivados en vaso, que ha recibido una primera fermentación en depósitos de acero inoxidable para pasar a una corta crianza de 3 meses en barricas de roble francés antes de ser embotellado. En botella ha reposado otros 3 meses antes de salir a la venta. La vendimia se hizo de manera manual en el momento óptimo de maduración de la uva.
Es un vino sencillo, sin pretensiones, pero que por precio y calidad se convierte en una interesante propuesta a tener en cuenta.
A la vista presenta un color cereza con ribete violáceo, con una media cobertura y lágrima densa.
En nariz se muestra fresco y frutal. Entrega notas de fresas, frambuesas, piruleta, hierba mojada, con matices florales y ligeramente especiados.
En boca posee una entrada amable, fresca, con taninos maduros. Notas de violetas, especias, mermelada de ciruela y madera fresca se adueñan del paladar. La retronasal se envuelve de caramelo de violetas y roble dando paso a un final de corto recorrido y persistencia media.
Por poco más de 3€ podéis disfrutar de un vino joven, fresco y con matices florales muy marcados. Un syrah que, si bien no es memorable, no deja de resultar lo suficientemente agradable como para acompañar nuestros platos. Marida bien con aperitivos, caza, pasta y verduras. Mi calificación para este Taray Roble Tinto Syrah en su añada de 2013 es de un 86 sobre 100.
domingo, 19 de octubre de 2014
Don Miguel Comenge 2009
Comenge es una de esas pequeñas bodegas que, perteneciendo a una de las regiones vitivinícolas más respetada de nuestro país (la Ribera del Duero), no tiene su éxito en el nombre o publicidad en torno a su trabajo, sino en realizar pequeñas producciones de vinos sobresalientes.
Dentro de su catálogo, el vino que os traigo hoy es le estrella del mismo, procedente de una pequeña finca de 2,7 hectáreas en la localidad de Pesquera de Duero a 900 metros de altitud sobre una pobres laderas calizas que aportan unas propiedades organolépticas interesantísimas a este vino. La elaboración del mismo es natural, utilizando levaduras autóctonas en su fermentación y recibiendo una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés. Se trata de un coupage de tempranillo (90%) y cabernet sauvignon (10%) procedente del Pago de las Hontanillas, en la que probablemente ha sido su mejor añada hasta el día de hoy.
Recomiendo su decantación previa al consumo, no tanto en esta ocasión para oxigenar el vino (que está en su plenitud), como para retirar algunos sedimentos que se encuentran en el fondo de la botella, propios de una elaboración natural como la que ya he comentado.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, muy cubierto y con lágrima densa, fina y brillante.
En nariz se muestra muy intenso. Notas de fresas, cacao, vainilla y hierbas de monte envuelven el paladar que se enriquece de matices minerales y balsámicos. Muy complejo.
En boca posee una entrada sedosa y amplia, con unos taninos maduros, una buena acidez y un ligero amargor final. Notas de cerezas, roble cremoso y un matiz tostado dan paso a una retronasal envuelta en fruta madura, notas lácteas y, de nuevo, matices tostados. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ podemos disfrutar de la joya de esta joven bodega (fundada en 1999) que en su añada de 2009 nos trae uno de los mejores Ribera del Duero que he tenido ocasión de probar. Marida bien con guisos de legumbres, cordero, carnes rojas, quesos curados y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Don Miguel Comenge en su añada de 2009 es de un 95 sobre 100.
Dentro de su catálogo, el vino que os traigo hoy es le estrella del mismo, procedente de una pequeña finca de 2,7 hectáreas en la localidad de Pesquera de Duero a 900 metros de altitud sobre una pobres laderas calizas que aportan unas propiedades organolépticas interesantísimas a este vino. La elaboración del mismo es natural, utilizando levaduras autóctonas en su fermentación y recibiendo una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés. Se trata de un coupage de tempranillo (90%) y cabernet sauvignon (10%) procedente del Pago de las Hontanillas, en la que probablemente ha sido su mejor añada hasta el día de hoy.
Recomiendo su decantación previa al consumo, no tanto en esta ocasión para oxigenar el vino (que está en su plenitud), como para retirar algunos sedimentos que se encuentran en el fondo de la botella, propios de una elaboración natural como la que ya he comentado.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, muy cubierto y con lágrima densa, fina y brillante.
En nariz se muestra muy intenso. Notas de fresas, cacao, vainilla y hierbas de monte envuelven el paladar que se enriquece de matices minerales y balsámicos. Muy complejo.
En boca posee una entrada sedosa y amplia, con unos taninos maduros, una buena acidez y un ligero amargor final. Notas de cerezas, roble cremoso y un matiz tostado dan paso a una retronasal envuelta en fruta madura, notas lácteas y, de nuevo, matices tostados. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ podemos disfrutar de la joya de esta joven bodega (fundada en 1999) que en su añada de 2009 nos trae uno de los mejores Ribera del Duero que he tenido ocasión de probar. Marida bien con guisos de legumbres, cordero, carnes rojas, quesos curados y embutidos ibéricos. Mi calificación para este Don Miguel Comenge en su añada de 2009 es de un 95 sobre 100.
jueves, 16 de octubre de 2014
Marañones 2012
Es el segundo vino que traigo a estas páginas de la excelente Bodegas Marañones de Madrid. En este caso es un "primo hermano" del magnífico Labros que ya analicé aquí, basado en el mismo concepto: monovarietal de garnacha de Gredos con una edad de las cepas entre los 50 y 70 años, trabajado bajo el estándar de agricultura ecológica, en este caso procedente de dos parcelas en ladera sobre suelos graníticos que aportan al vino una mineralidad muy acusada.
Estas parcelas poseen una orientación norte y se encuentran entre los 750 y 850 metros de altitud. Es un vino de terroir en cuya fermentación se han utilizado levaduras autóctonas y tras una crianza de 12 meses en barricas usadas de roble francés, no ha sido sometido a procesos de estabilización, clarificación ni filtración.
Es un vino elegante a la vista y emocionante en nariz, lástima que un marcadísimo amargor final junto con una acusada falta de tiempo en botella (al menos de un año) le hayan hecho perder en boca parte de su buen hacer.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosado, poco cubierto y lágrima poco densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra intenso y mineral, con un marcado carácter varietal. Notas de cerezas, frambuesas, regaliz y mermelada de ciruelas conforman un resultado impecable.
En boca posee una entrada potente, licorosa, con taninos ligeramente secos. Muestra una gran carga frutal con recuerdos de confitura de frutos rojos, guindas y una mineralidad tan presente como en nariz. Es fresco y con una acidez muy equilibrada. Tan solo un excesivamente marcado amargor final le aleja de calificaciones más altas. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y roble fresco que dan paso a un final largo con una persistencia media.
Por unos 17€ podéis disfrutar de otra buena garnacha madrileña aunque para mi gusto le falta tiempo en botella para redondear su potencial alcohólico. Su marcado amargor final no gustará a todos, pero bien acompañado de platos que solucionen ese desequilibrio, puede ser una propuesta espectacular. Marida bien con ensaladas dulces, pato, foie, embutidos ibéricos y queso de cabra. Mi calificación para este Marañones en su añada de 2012 es de un 90 sobre 100.
Estas parcelas poseen una orientación norte y se encuentran entre los 750 y 850 metros de altitud. Es un vino de terroir en cuya fermentación se han utilizado levaduras autóctonas y tras una crianza de 12 meses en barricas usadas de roble francés, no ha sido sometido a procesos de estabilización, clarificación ni filtración.
Es un vino elegante a la vista y emocionante en nariz, lástima que un marcadísimo amargor final junto con una acusada falta de tiempo en botella (al menos de un año) le hayan hecho perder en boca parte de su buen hacer.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosado, poco cubierto y lágrima poco densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra intenso y mineral, con un marcado carácter varietal. Notas de cerezas, frambuesas, regaliz y mermelada de ciruelas conforman un resultado impecable.
En boca posee una entrada potente, licorosa, con taninos ligeramente secos. Muestra una gran carga frutal con recuerdos de confitura de frutos rojos, guindas y una mineralidad tan presente como en nariz. Es fresco y con una acidez muy equilibrada. Tan solo un excesivamente marcado amargor final le aleja de calificaciones más altas. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y roble fresco que dan paso a un final largo con una persistencia media.
Por unos 17€ podéis disfrutar de otra buena garnacha madrileña aunque para mi gusto le falta tiempo en botella para redondear su potencial alcohólico. Su marcado amargor final no gustará a todos, pero bien acompañado de platos que solucionen ese desequilibrio, puede ser una propuesta espectacular. Marida bien con ensaladas dulces, pato, foie, embutidos ibéricos y queso de cabra. Mi calificación para este Marañones en su añada de 2012 es de un 90 sobre 100.
lunes, 13 de octubre de 2014
Clos Lapeyre Vent Balaguer 2006
En una visita a mis amigos de Oh Delice! andaba yo buscando un Sauternes de calidad, cuando mi querido Antonio Calleja, pintor, hombre de Ciencia y apasionado del vino, me recomendó este Vent Balaguer, con su sonrisa cómplice de esas de "hazme caso, no te vas a arrepentir". Y no seré yo quien ponga en duda el buen gusto de Antonio con lo cual me hice con una botella del susodicho y me lo llevé a casa.
Este vino procede de la bodega Clos Lapeyre, afincada en la región vitivinícola de Jurançon y tiene como particularidad que sus uvas (petit manseng), son recogidas en cosecha tardía, en algunas añadas incluso en diciembre, y su deshidratación natural es efecto del viento que le da nombre al propio vino, el vent balaguer procedente de Navarra y que al cruzar el Pirineo en la zona suroeste francesa seca la uva dándole unas propiedades organolépticas apasionantes.
Se trata, pues, de un monovarietal de petit manseng procedente de cosecha tardía para el cual se han empleado métodos exclusivamente ecológicos, un vino de artesano, de artista, como nuestro buen amigo Antonio. Hasta la etiqueta desprende ese espíritu creativo, siendo una representación de una pintura de Chahab, famoso artista iraní que vive en Béarn, donde está enclavada la bodega.
A la vista presenta un color ambarino con ribete dorado, poco cubierto y con lágrima muy densa y brillante.
En nariz se muestra intenso, envolvente, emocionante. Entrega notas de melocotón en almíbar, fruta compotada, membrillo, pera, miel, piel de naranja, barniz y un matiz ligeramente especiado.
En boca posee una entrada densa, untuosa, acaricia toda la boca con un cálido dulzor. Se muestra complejo y amplio, casi inabarcable. Notas de miel, melocotón y caramelo unidas a una acidez bien equilibrada hacen de él un vino redondo. La retronasal vuelve a emocionarnos con el dulzor de un buen almíbar y la frescura de una ensalada de frutas. Final largo y buena persistencia.
Por algo más de 30€ (la botella de 50 cl.) podemos disfrutar de uno de los mejores vinos dulces del mundo, así, sin más. Ideal para acompañar postres, chocolate, foie o simplemente para deleitarnos con él a solas. Mi calificación para este Clos Lapeyre Vent Balaguer en su añada de 2006 es de un 96 sobre 100.
Este vino procede de la bodega Clos Lapeyre, afincada en la región vitivinícola de Jurançon y tiene como particularidad que sus uvas (petit manseng), son recogidas en cosecha tardía, en algunas añadas incluso en diciembre, y su deshidratación natural es efecto del viento que le da nombre al propio vino, el vent balaguer procedente de Navarra y que al cruzar el Pirineo en la zona suroeste francesa seca la uva dándole unas propiedades organolépticas apasionantes.
Se trata, pues, de un monovarietal de petit manseng procedente de cosecha tardía para el cual se han empleado métodos exclusivamente ecológicos, un vino de artesano, de artista, como nuestro buen amigo Antonio. Hasta la etiqueta desprende ese espíritu creativo, siendo una representación de una pintura de Chahab, famoso artista iraní que vive en Béarn, donde está enclavada la bodega.
A la vista presenta un color ambarino con ribete dorado, poco cubierto y con lágrima muy densa y brillante.
En nariz se muestra intenso, envolvente, emocionante. Entrega notas de melocotón en almíbar, fruta compotada, membrillo, pera, miel, piel de naranja, barniz y un matiz ligeramente especiado.
En boca posee una entrada densa, untuosa, acaricia toda la boca con un cálido dulzor. Se muestra complejo y amplio, casi inabarcable. Notas de miel, melocotón y caramelo unidas a una acidez bien equilibrada hacen de él un vino redondo. La retronasal vuelve a emocionarnos con el dulzor de un buen almíbar y la frescura de una ensalada de frutas. Final largo y buena persistencia.
Por algo más de 30€ (la botella de 50 cl.) podemos disfrutar de uno de los mejores vinos dulces del mundo, así, sin más. Ideal para acompañar postres, chocolate, foie o simplemente para deleitarnos con él a solas. Mi calificación para este Clos Lapeyre Vent Balaguer en su añada de 2006 es de un 96 sobre 100.
sábado, 11 de octubre de 2014
El Puntido 2010
Vuelvo a traer por estas páginas un vino elaborado por el maestro Marcos Eguren, en esta ocasión procedente del viñedo que tiene en Páganos- Laguardia, en plena Rioja Alavesa. En este caso, todo el proceso de elaboración es muy similar al de otros vinos ya analizados aquí, como Victorino o San Vicente, vendimia tradicional, totalmente manual y mínimamente intervencionista.
Es el terroir el que marca las directrices en el vino, el que transmite las peculiaridades entre cada uno de los vinos de la bodega. El Puntido se trabaja en la bodega de Viñedos de Páganos, nada menos que una bodega subterránea de origen medieval, donde el vino encuentra un lugar ideal para su reposo en barrica. El suelo donde se planta este viñedo, con cepas de una edad de 40 años, es de tipo franco- arcilloso por su textura y arcillo- calcáreo por su composición, otorgando al vino un marcado matiz mineral.
Estamos hablando de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas nuevas de roble francés, procedente de la hasta ahora mejor cosecha de la bodega.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, muy cubierto y con lágrima densa, fina y tintada.
En nariz se muestra intenso y envolvente. Entrega notas de chocolate, vainilla, fresas, frambuesas, hierbas de monte, roble cremoso y un ligero matiz especiado.
En boca posee una entrada sedosa y envolvente, algo licorosa y con taninos maduros. Se muestra marcadamente mineral y nos trae recuerdos de cerezas, tostados, cacao y madera fresca. La retronasal se envuelve en guindas, roble y especias que dan paso a un final largo y una buena persistencia.
Por unos 32€ podéis disfrutar de otro de los grandes vinos españoles, otra obra maestra en manos de uno de los mejores enólogos de nuestro país. Marida bien con guisos de cordero, legumbres, caza y carnes rojas. Mi calificación para este El Puntido en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
Es el terroir el que marca las directrices en el vino, el que transmite las peculiaridades entre cada uno de los vinos de la bodega. El Puntido se trabaja en la bodega de Viñedos de Páganos, nada menos que una bodega subterránea de origen medieval, donde el vino encuentra un lugar ideal para su reposo en barrica. El suelo donde se planta este viñedo, con cepas de una edad de 40 años, es de tipo franco- arcilloso por su textura y arcillo- calcáreo por su composición, otorgando al vino un marcado matiz mineral.
Estamos hablando de un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas nuevas de roble francés, procedente de la hasta ahora mejor cosecha de la bodega.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, muy cubierto y con lágrima densa, fina y tintada.
En nariz se muestra intenso y envolvente. Entrega notas de chocolate, vainilla, fresas, frambuesas, hierbas de monte, roble cremoso y un ligero matiz especiado.
En boca posee una entrada sedosa y envolvente, algo licorosa y con taninos maduros. Se muestra marcadamente mineral y nos trae recuerdos de cerezas, tostados, cacao y madera fresca. La retronasal se envuelve en guindas, roble y especias que dan paso a un final largo y una buena persistencia.
Por unos 32€ podéis disfrutar de otro de los grandes vinos españoles, otra obra maestra en manos de uno de los mejores enólogos de nuestro país. Marida bien con guisos de cordero, legumbres, caza y carnes rojas. Mi calificación para este El Puntido en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
miércoles, 8 de octubre de 2014
Côté Mas Rouge Intense 2013
Jean-Claude Mas es uno de los protagonistas del renacimiento de los vinos del Languedoc en Francia. Con la intención de crear vinos modernos con espíritu clásico, ha trasladado todo ese buen gusto a la IGP Pays d'Oc, en el sur del país vecino, utilizando uvas tan típicas de esa zona, así como del norte de España.
De esta manera la propuesta que os traigo hoy es un joven vino tinto creado a partir de un coupage de cariñena, garnacha y cinsault, con un ligero aporte de merlot y syrah. El vino ha recibido una crianza mínima en barricas de roble francés que ha servido para mantener la pureza frutal del mismo, además de suavizar su potencial tánico.
Se trata, por tanto, de un vino fresco, amable y goloso, ideal para disfrutar cada día, más si cabe, teniendo en cuenta su sorprendente precio: solo 10€ si os hacéis con una botella en nuestro importador favorito Oh Delice!.
A la vista presenta un color picota con ribete entre rosado y violáceo, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra goloso y frutal. Notas de piruleta, cereza, golosina de fresa y regaliz rojo animarán las pituitarias de los más atrevidos. Un vino divertido y fresco.
En boca posee una entrada amable, con una buena acidez que invita a beber más. Muestra poco cuerpo y unos taninos dulces y ya maduros, a pesar de la juventud del vino. Notas de fresas, frambuesas y piruleta refrescan nuestro paladar y lo llenan de una frutalidad muy agradable. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y madera húmeda que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Un vino diferente y muy recomendable, con una relación calidad- precio poco común en los vinos franceses, que alegrará las comidas de aquellos paladares que disfruten de un buen vino sin complejos. Marida bien con ensaladas, aperitivos, dulce de membrillo, quesos frescos y carnes blancas. Mi calificación para este Côté Mas Rouge Intense en su añada de 2013 es de un 90 sobre 100.
De esta manera la propuesta que os traigo hoy es un joven vino tinto creado a partir de un coupage de cariñena, garnacha y cinsault, con un ligero aporte de merlot y syrah. El vino ha recibido una crianza mínima en barricas de roble francés que ha servido para mantener la pureza frutal del mismo, además de suavizar su potencial tánico.
Se trata, por tanto, de un vino fresco, amable y goloso, ideal para disfrutar cada día, más si cabe, teniendo en cuenta su sorprendente precio: solo 10€ si os hacéis con una botella en nuestro importador favorito Oh Delice!.
A la vista presenta un color picota con ribete entre rosado y violáceo, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra goloso y frutal. Notas de piruleta, cereza, golosina de fresa y regaliz rojo animarán las pituitarias de los más atrevidos. Un vino divertido y fresco.
En boca posee una entrada amable, con una buena acidez que invita a beber más. Muestra poco cuerpo y unos taninos dulces y ya maduros, a pesar de la juventud del vino. Notas de fresas, frambuesas y piruleta refrescan nuestro paladar y lo llenan de una frutalidad muy agradable. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y madera húmeda que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Un vino diferente y muy recomendable, con una relación calidad- precio poco común en los vinos franceses, que alegrará las comidas de aquellos paladares que disfruten de un buen vino sin complejos. Marida bien con ensaladas, aperitivos, dulce de membrillo, quesos frescos y carnes blancas. Mi calificación para este Côté Mas Rouge Intense en su añada de 2013 es de un 90 sobre 100.
lunes, 6 de octubre de 2014
Casta Diva Cosecha Miel 2013
El proyecto de Bodegas Gutiérrez de la Vega nace en la década de los 70 en la región de la Marina Alta, en Alicante, cuando Pilar Sapena y Féliz Gutiérrez deciden recuperar sus viñedos familiares para hacer vinos tradicionales, primero en un antiguo lagar de su casa de campo en Jávea, más tarde en una antigua almazara del pueblo de Parcent y finalmente en una bodega más moderna y funcional.
Elaboran todo tipo de vinos, pero sus moscateles gozan de una calidad que les ha servido para el reconocimiento nacional e internacional, hasta el punto que uno de sus vinos fue elegido por Ferran Adrià como vino de postre para el banquete de boda de los entonces Principes de Asturias Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de moscatel, una de las variedades de uva más antiguas que se conservan sin modificar genéticamente, procedente de viñedos con una edad de 40 años a una altura sobre el nivel del mar de 100 metros. El 50% de las uvas seleccionadas son pasas y el otro 50% de maduración tardía y el vino ha recibido una crianza de 13 meses en barricas de roble francés, húngaro y americano.
A la vista presenta un color dorado con ribete pajizo, muy poco cubierto y con lágrima densa y transparente.
En nariz se adivina intenso y dulzón, mostrando notas de melocotón, higos, azahar, miel y piel de naranja.
En boca posee una entrada cálida y envolvente. Se muestra dulce y untuoso e invita a ser tomado bien fresco. Presenta notas de melocotón, albaricoque, naranja amarga y con un ligero matiz amielado, muy rico pero no tan complejo como otros. Presenta un ligero amargor final. La retronasal nos trae recuerdos de fruta escarchada y flores blancas que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 16€ (la botella de 50 cl.) se puede disfrutar de un vino dulce riquísimo, muy bien hecho, ideal para acompañar con postres como ensalada de frutas o chocolate y también con foie. Mi calificación para este Casta Diva Cosecha Miel en su añada de 2013 es de un 92 sobre 100.
Elaboran todo tipo de vinos, pero sus moscateles gozan de una calidad que les ha servido para el reconocimiento nacional e internacional, hasta el punto que uno de sus vinos fue elegido por Ferran Adrià como vino de postre para el banquete de boda de los entonces Principes de Asturias Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de moscatel, una de las variedades de uva más antiguas que se conservan sin modificar genéticamente, procedente de viñedos con una edad de 40 años a una altura sobre el nivel del mar de 100 metros. El 50% de las uvas seleccionadas son pasas y el otro 50% de maduración tardía y el vino ha recibido una crianza de 13 meses en barricas de roble francés, húngaro y americano.
A la vista presenta un color dorado con ribete pajizo, muy poco cubierto y con lágrima densa y transparente.
En nariz se adivina intenso y dulzón, mostrando notas de melocotón, higos, azahar, miel y piel de naranja.
En boca posee una entrada cálida y envolvente. Se muestra dulce y untuoso e invita a ser tomado bien fresco. Presenta notas de melocotón, albaricoque, naranja amarga y con un ligero matiz amielado, muy rico pero no tan complejo como otros. Presenta un ligero amargor final. La retronasal nos trae recuerdos de fruta escarchada y flores blancas que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 16€ (la botella de 50 cl.) se puede disfrutar de un vino dulce riquísimo, muy bien hecho, ideal para acompañar con postres como ensalada de frutas o chocolate y también con foie. Mi calificación para este Casta Diva Cosecha Miel en su añada de 2013 es de un 92 sobre 100.
jueves, 2 de octubre de 2014
Fino Quinta Orborne
Lo primero que quiero decir es que no soy un enamorado de este tipo de vinos, ni los conozco bien ni me resultan tan agradables como otros. Aún así el vino fino de Jerez tiene un éxito fuera de lo común tanto en el sur de la piel de toro como allende nuestras fronteras. No hay lugar a dudas que se trata de vinos elegantes, finos, bien hechos, ideales para tomar antes de una comida bien frío, especialmente en climas cálidos.
La bodega Osborne tiene la ventaja de encontrarse entre una de las bodegas decanas de nuestro país, fundada en 1772, posee alguno de los mejores vinos generosos hechos en España. En el caso del que hoy os traigo, se trata de un monovarietal de palomino fino criado con el tradicional sistema de criaderas y soleras en botas de roble americano. De hecho, su nombre procede de dicha crianza, al ser llevado el vino en escala hasta la quinta solera.
Resulta muy fácil de beber y agradable en boca, de tal manera, que incluso gustará a los no muy amigos de estos vinos, como es mi caso, más si cabe, con un precio (menos de 6€) que es amigo de cualquier bolsillo.
A la vista presenta un color amarillo pajizo con ribete casi transparente, muy poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y complejo. Entrega notas de miel, caramelo, lima y un marcado matiz salino.
En boca posee una entrada amable, fresca y untuosa, con una suave acidez. Notas de fruta de hueso, cítricos y almendra amarga componen un paladar diferente, muy especial. La retronasal nos trae recuerdos de fruta escarchada y madera fresca que dan paso a un final de medio recorrido y correcta persistencia.
Vino diferente a todos los que ya había analizado con anterioridad en estas páginas que, por su precio, invita a dar el paso a probar un tipo de vinos originales y muy arraigados a nuetra cultura vitivinícola. Se muestra ideal para el aperitivo o para tomar solo antes de una comida, siempre servido a una temperatura que no supere los diez grados. Mi calificación para este Fino Quinta de Osborne es de un 90 sobre 100.
La bodega Osborne tiene la ventaja de encontrarse entre una de las bodegas decanas de nuestro país, fundada en 1772, posee alguno de los mejores vinos generosos hechos en España. En el caso del que hoy os traigo, se trata de un monovarietal de palomino fino criado con el tradicional sistema de criaderas y soleras en botas de roble americano. De hecho, su nombre procede de dicha crianza, al ser llevado el vino en escala hasta la quinta solera.
Resulta muy fácil de beber y agradable en boca, de tal manera, que incluso gustará a los no muy amigos de estos vinos, como es mi caso, más si cabe, con un precio (menos de 6€) que es amigo de cualquier bolsillo.
A la vista presenta un color amarillo pajizo con ribete casi transparente, muy poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y complejo. Entrega notas de miel, caramelo, lima y un marcado matiz salino.
En boca posee una entrada amable, fresca y untuosa, con una suave acidez. Notas de fruta de hueso, cítricos y almendra amarga componen un paladar diferente, muy especial. La retronasal nos trae recuerdos de fruta escarchada y madera fresca que dan paso a un final de medio recorrido y correcta persistencia.
Vino diferente a todos los que ya había analizado con anterioridad en estas páginas que, por su precio, invita a dar el paso a probar un tipo de vinos originales y muy arraigados a nuetra cultura vitivinícola. Se muestra ideal para el aperitivo o para tomar solo antes de una comida, siempre servido a una temperatura que no supere los diez grados. Mi calificación para este Fino Quinta de Osborne es de un 90 sobre 100.
martes, 30 de septiembre de 2014
La Bruja Avería 2012
De nuevo tengo la suerte de traeros un vino de la Bodega Comando G de Madrid. Se trata de una bodega trabajada por dos referentes de la viticultura madrileña, a saber, Fernando García de Bodegas Marañones y Daniel Gómez de Bodegas Jiménez- Landi. La viticultura biodinámica, el cuidado de cada terruño y la frescura de las garnachas de Gredos se dan la mano para lograr productos del más alto nivel.
En este caso, os traigo un monovarietal de garnacha procedente de cepas entre los 50 y 90 años de edad asentadas en suelos graníticos a 850 metros de altitud, en un terroir de tan solo cinco hectáreas en la localidad de Rozas de Puerto Real. Este vino ha recibido una crianza de 5 meses en barricas de roble francés antes de pasar a ser embotellado.
Por encima de todo se trata de un vino diferente, especial, muy original. Entrega notas tanto en nariz como en boca muy poco comunes, muestra un color también muy raro, casi turbio, de capa muy baja pero, lo más importante, está muy rico.
A la vista presenta un color rubí algo turbio, muy poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz entrega notas de cerezas, grosellas, regaliz rojo, hierbas de monte y golosina de fresa. Tiene un claro carácter varietal que muestra toda la frescura de estas garnachas. Marcada mineralidad.
En boca posee una entrada fresca y sorprendente, muy original. Una extraordinaria acidez, marcada, pero a la vez manteniendo un gran equilibrio, se une a unos taninos maduros y dulces. Es un vino muy goloso y agradable de beber. Notas de golosina de fresa, piruleta y frambuesa convierten nuestro paladar en una montaña rusa de sensaciones. La retronasal nos trae recuerdos de regaliz rojo y confitura de cerezas que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Cuanto más garnachas madrileñas pruebo, más me gustan. En este caso, más allá de la calidad de este tipo de vinos, el placer procede de la originalidad del mismo. Por tan solo 12€ podréis disfrutar de una auténtica sorpresa que gustará incluso a los que no disfruten del vino. Marida bien con carnes blancas, caza y aves de corral, guisos de legumbres y unos buenos callos a la madrileña. Mi calificación para este La Bruja Avería en su añada de 2012 es de un 92 sobre 100.
En este caso, os traigo un monovarietal de garnacha procedente de cepas entre los 50 y 90 años de edad asentadas en suelos graníticos a 850 metros de altitud, en un terroir de tan solo cinco hectáreas en la localidad de Rozas de Puerto Real. Este vino ha recibido una crianza de 5 meses en barricas de roble francés antes de pasar a ser embotellado.
Por encima de todo se trata de un vino diferente, especial, muy original. Entrega notas tanto en nariz como en boca muy poco comunes, muestra un color también muy raro, casi turbio, de capa muy baja pero, lo más importante, está muy rico.
A la vista presenta un color rubí algo turbio, muy poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz entrega notas de cerezas, grosellas, regaliz rojo, hierbas de monte y golosina de fresa. Tiene un claro carácter varietal que muestra toda la frescura de estas garnachas. Marcada mineralidad.
En boca posee una entrada fresca y sorprendente, muy original. Una extraordinaria acidez, marcada, pero a la vez manteniendo un gran equilibrio, se une a unos taninos maduros y dulces. Es un vino muy goloso y agradable de beber. Notas de golosina de fresa, piruleta y frambuesa convierten nuestro paladar en una montaña rusa de sensaciones. La retronasal nos trae recuerdos de regaliz rojo y confitura de cerezas que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Cuanto más garnachas madrileñas pruebo, más me gustan. En este caso, más allá de la calidad de este tipo de vinos, el placer procede de la originalidad del mismo. Por tan solo 12€ podréis disfrutar de una auténtica sorpresa que gustará incluso a los que no disfruten del vino. Marida bien con carnes blancas, caza y aves de corral, guisos de legumbres y unos buenos callos a la madrileña. Mi calificación para este La Bruja Avería en su añada de 2012 es de un 92 sobre 100.
lunes, 29 de septiembre de 2014
Château Albà 2007
Francia, así como España, está lleno de buenas propuestas vinícolas en toda su extensión geográfica. No es la primera vez que traigo a estas páginas un vino procedente del sur del país vecino, en este caso de la apelación Côtes de Castillon, que por intereses comerciales ha pasado a llamarse en los últimos años Côtes de Bourdeaux, por su proximidad a la mítica región vinícola francesa.
En este caso, la unión de experiencia y apuesta por un terroir diferente, llevaron a Jean-Patrick Meyrignac y a su mujer, enóloga de profesión, Pilar Albà, a hacerse con unas excelentes fincas con orientación sur- suroeste asentadas sobre suelos arcillo- calcáreos en superficie con un subsuelo de piedra caliza que permiten el desarrollo de la uva con una maduración adecuada y una selección del fruto totalmente manual. Hasta el punto que a partir de la cosecha de 2012 etiquetarán sus vinos bajo la calificación de vino ecológico.
El que os traigo hoy es un assemblage de merlot (72%), cabernet franc (26%) y cabernet sauvignon (2%), procedente de cepas con 45 años de edad en el caso de las cabernet y 37 para la merlot, recibiendo una crianza de 12 meses en barricas de roble francés, nuevas en un 30%. Se muestra como un vino equilibrado y fácil de beber, con una baja graduación alcohólica (solo 13 grados) que lo convierten en un compañero ideal ante cualquier propuesta gastronómica.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra fresco y complejo, aunque poco intenso. Entrega notas de flores blancas como el azahar, regaliz, fresas y frambuesas con una marcada mineralidad.
En boca posee una entrada amable, sedosa, con unos taninos maduros. Es un vino fino y elegante. Nos trae recuerdos de cerezas, guindas y buena madera con un matiz especiado, dejando un ligero amargor final. La retronasal nos ofrece fruta madura, roble y eucalipto, matices que dan paso a un final largo y una buena persistencia.
Por 19€ en la vinoteca Oh Delice! (que estrenan nuevo espacio y página web) podéis disfrutar de un vino fresco y diferente, muy agradable en boca y con una evolución en copa muy interesante. Marida bien con ensaladas, pastas, carnes blancas y pescados a la plancha. Mi calificación para este Château Albà en su añada de 2007 es de un 90 sobre 100.
En este caso, la unión de experiencia y apuesta por un terroir diferente, llevaron a Jean-Patrick Meyrignac y a su mujer, enóloga de profesión, Pilar Albà, a hacerse con unas excelentes fincas con orientación sur- suroeste asentadas sobre suelos arcillo- calcáreos en superficie con un subsuelo de piedra caliza que permiten el desarrollo de la uva con una maduración adecuada y una selección del fruto totalmente manual. Hasta el punto que a partir de la cosecha de 2012 etiquetarán sus vinos bajo la calificación de vino ecológico.
El que os traigo hoy es un assemblage de merlot (72%), cabernet franc (26%) y cabernet sauvignon (2%), procedente de cepas con 45 años de edad en el caso de las cabernet y 37 para la merlot, recibiendo una crianza de 12 meses en barricas de roble francés, nuevas en un 30%. Se muestra como un vino equilibrado y fácil de beber, con una baja graduación alcohólica (solo 13 grados) que lo convierten en un compañero ideal ante cualquier propuesta gastronómica.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra fresco y complejo, aunque poco intenso. Entrega notas de flores blancas como el azahar, regaliz, fresas y frambuesas con una marcada mineralidad.
En boca posee una entrada amable, sedosa, con unos taninos maduros. Es un vino fino y elegante. Nos trae recuerdos de cerezas, guindas y buena madera con un matiz especiado, dejando un ligero amargor final. La retronasal nos ofrece fruta madura, roble y eucalipto, matices que dan paso a un final largo y una buena persistencia.
Por 19€ en la vinoteca Oh Delice! (que estrenan nuevo espacio y página web) podéis disfrutar de un vino fresco y diferente, muy agradable en boca y con una evolución en copa muy interesante. Marida bien con ensaladas, pastas, carnes blancas y pescados a la plancha. Mi calificación para este Château Albà en su añada de 2007 es de un 90 sobre 100.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Aquiana Tinto Mencía 2011
Después de un paréntesis de casi 30 años sin elaborar vinos propios, Pedro Merayo decidió recuperar en 2010 el negocio familiar para entregar todo su conocimiento a un terroir muy especial, el de El Bierzo. Con la mencía abanderando sus vinos, esta zona vinícola ha jugado un importante papel en la modernización de los vinos españoles en las últimas décadas, pasando a convertirse en un referente de buen hacer vitivinícola.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de uva mencía procedente de cepas con más de 80 años de edad que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de robre francés sobre sus lías y posteriormente ha sido embotellado sin clarificar. Se muestra como un vino apegado a la tierra, muy mineral a la vez que fresco y fácil de beber.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete violáceo, bien cubierto y con lágrima fina y densa.
En nariz se muestra fresco y frutoso. Entrega notas de fresas, frambuesas, grosellas y regaliz rojo con una marcada terrosidad y matices minerales.
En boca posee una entrada aterciopelada y bastante armoniosa con unos taninos ligeramente secos. Aparecen notas de cerezas y fruta confitada acompañadas de una buena acidez que invita a beber. La retronasal nos aporta matices especiados junto a notas de guindas y madera húmeda. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 15€ podemos disfrutar de una mencía muy interesante, donde la tierra y la potencia de los vinos castellano leoneses (en este caso con 14,5 grados de alcohol) se dan la mano para disfrutar una copa que, presiento, será mucho más memorable en unos años. La sequedad de sus taninos hacen pensar que aún le queda un tiempo de reposo en botella para acabar de redondear sus virtudes. Marida bien con embutidos ibéricos, carnes blancas y rojas y quesos curados. Mi calificación para este Aquiana Tinto Mencía en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de uva mencía procedente de cepas con más de 80 años de edad que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de robre francés sobre sus lías y posteriormente ha sido embotellado sin clarificar. Se muestra como un vino apegado a la tierra, muy mineral a la vez que fresco y fácil de beber.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete violáceo, bien cubierto y con lágrima fina y densa.
En nariz se muestra fresco y frutoso. Entrega notas de fresas, frambuesas, grosellas y regaliz rojo con una marcada terrosidad y matices minerales.
En boca posee una entrada aterciopelada y bastante armoniosa con unos taninos ligeramente secos. Aparecen notas de cerezas y fruta confitada acompañadas de una buena acidez que invita a beber. La retronasal nos aporta matices especiados junto a notas de guindas y madera húmeda. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 15€ podemos disfrutar de una mencía muy interesante, donde la tierra y la potencia de los vinos castellano leoneses (en este caso con 14,5 grados de alcohol) se dan la mano para disfrutar una copa que, presiento, será mucho más memorable en unos años. La sequedad de sus taninos hacen pensar que aún le queda un tiempo de reposo en botella para acabar de redondear sus virtudes. Marida bien con embutidos ibéricos, carnes blancas y rojas y quesos curados. Mi calificación para este Aquiana Tinto Mencía en su añada de 2011 es de un 90 sobre 100.
martes, 23 de septiembre de 2014
El Grifo Canari (1956- 1970- 1997)
La bodega El Grifo, afincada en Lanzarote, es la más antigua de las Islas Canarias y de las diez más antiguas de España. El vino que os traigo hoy es un dulce procedente de una solera, realizado de manera absolutamente tradicional.
Se trata de un monovarietal de malvasía elaborado en forma de coupage procedente de diferentes añadas, a saber, 1956, 1970 y 1997, cuya vendimia se realizó cuando la fruta estaba muy madura y se la sometió a un ligero proceso de pasificación posterior. La fermentación se detuvo por adición de alcohol vínico manteniéndose permanentemente en barrica en crianza oxidativa. El cuidado de cada cepa en suelo volcánico convierte este viñedo en un superviviente titánico, en el fruto de un trabajo sumamente complejo y de dedicación absoluta.
Cuando tomas un sorbo de este vino sientes el peso de la Historia en tu boca, la tradición de los antiguos Canari del siglo XVII interpretada por una bodega casi legendaria. Vino de postre, de rato de lectura, de placer, en definitiva, la belleza de una copa de vino memorable. Su alto nivel alcohólico (17 grados) lo convierte en un vino de trago corto, relajado, un viaje en el tiempo con el presente en pausa.
A la vista presenta un color caramelo con ribete ámbar, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y algo añejo, potente. Entrega notas de uvas pasas, miel, caramelo tostado, barniz y natillas caseras.
En boca posee una entrada potente, emocionante, amplia, que envuelve todo el paladar, untuoso. Nos trae recuerdos de uvas pasas, fruta escarchada, caramelo y matices tostados presentando una muy buena acidez. La retronasal nos ofrece atisbos de piel de naranja, caramelo tostado y almendras. Final largo y buena persistencia.
Por unos 22€ (la botella de 37,5 cl.) podéis regalar a vuestros sentidos un pedazo de Historia, de tradición, de amor por una tierra y unos frutos capaces de haceros olvidar por unos segundos la realidad que os envuelve. Marida bien como vino de postre, acompañando a chocolates o frutos secos aunque es un fiel compañero en soledad. Mi calificación para este El Grifo Canari en su coupage procedente de las añadas de 1956, 1970 y 1997 es de un 95 sobre 100.
Se trata de un monovarietal de malvasía elaborado en forma de coupage procedente de diferentes añadas, a saber, 1956, 1970 y 1997, cuya vendimia se realizó cuando la fruta estaba muy madura y se la sometió a un ligero proceso de pasificación posterior. La fermentación se detuvo por adición de alcohol vínico manteniéndose permanentemente en barrica en crianza oxidativa. El cuidado de cada cepa en suelo volcánico convierte este viñedo en un superviviente titánico, en el fruto de un trabajo sumamente complejo y de dedicación absoluta.
Cuando tomas un sorbo de este vino sientes el peso de la Historia en tu boca, la tradición de los antiguos Canari del siglo XVII interpretada por una bodega casi legendaria. Vino de postre, de rato de lectura, de placer, en definitiva, la belleza de una copa de vino memorable. Su alto nivel alcohólico (17 grados) lo convierte en un vino de trago corto, relajado, un viaje en el tiempo con el presente en pausa.
A la vista presenta un color caramelo con ribete ámbar, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y algo añejo, potente. Entrega notas de uvas pasas, miel, caramelo tostado, barniz y natillas caseras.
En boca posee una entrada potente, emocionante, amplia, que envuelve todo el paladar, untuoso. Nos trae recuerdos de uvas pasas, fruta escarchada, caramelo y matices tostados presentando una muy buena acidez. La retronasal nos ofrece atisbos de piel de naranja, caramelo tostado y almendras. Final largo y buena persistencia.
Por unos 22€ (la botella de 37,5 cl.) podéis regalar a vuestros sentidos un pedazo de Historia, de tradición, de amor por una tierra y unos frutos capaces de haceros olvidar por unos segundos la realidad que os envuelve. Marida bien como vino de postre, acompañando a chocolates o frutos secos aunque es un fiel compañero en soledad. Mi calificación para este El Grifo Canari en su coupage procedente de las añadas de 1956, 1970 y 1997 es de un 95 sobre 100.
lunes, 22 de septiembre de 2014
Habla nº 9
La primera sensación es la de estar ante un cabernet de libro, con mucho color y cuerpo, con personalidad. Y esta variedad de uva viene de la mano de la petit verdot y la tempranillo para lograr un vino complejo y diferente. Este coupage ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés que no ha hecho sino redondear un conjunto ya de por sí muy equilibrado.
Se muestra, eso sí, algo licoroso, pasado de alcohol, parece que se ha apurado la maduración de la uva algo más allá de lo deseable y es algo que se percibe aún después de haberle dado una oxigenación de varias horas previas al consumo. No es fácil, menos aún para una bodega tan joven como esta, afinar el momento adecuado de la vendimia de variedades tan distintas como la tempranillo y la cabernet sauvignon en un clima tan cálido como el de esta zona.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete granate, muy cubierto y con lágrima densa.
En nariz se muestra intenso y fresco, entregando notas de cerezas, chocolate, hierbas de monte y pimienta con un punto balsámico.
En boca posee una entrada envolvente, licorosa y dulce, con unos taninos aterciopelados, casi maduros. Ciruelas, madera húmeda y fruta madura envuelven el paladar con una textura carnosa. La retronasal nos habla de los complejos tostados del roble y unas potentes guindas en licor. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 22€ podéis haceros con una botella de este magnífico vino, aunque por la exclusividad de cada uno de los productos de esta firma, no será fácil encontrar una a día de hoy, ni tan siquiera en la propia bodega. Marida bien con carnes blancas, especialmente cerdo ibérico, a ser posible con algo de grasa, secreto o pluma al gusto, además de con embutidos, quesos y ensaladas templadas. Mi calificación para este Habla nº 9 es de un 92 sobre 100.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Borsao Garnacha Mítica 2013
De sobra es conocido por todos los amantes del buen vino, la calidad de las garnachas aragonesas cultivadas en las laderas del Moncayo. Una zona con suelos pobres, inviables para otros cultivos y con un clima que toca los extremos, donde la garnacha, como auténtica superviviente, entrega toda su magia.
Dentro de esta zona, la denominación de origen Campo de Borja ha sido denominada oficiosamente como el imperio de la garnacha. Y una de las bodegas con mejores resultados dentro de la denominación es, sin duda, Borsao. Desde que Robert Parker alzara a la gloria su Borsao Selección 2011 al considerarlo como el mejor vino del mundo en relación calidad- precio, las miradas de muchos se han dirigido al buen hacer de esta bodega. Y no es para menos.
En el caso del vino que os traigo hoy se trata de un monovarietal de garnacha etiquetado en exclusiva para la red de supermercados Mercadona con un precio que resulta casi irrisorio: 1,86€. Se trata de un vino joven y fresco que no ha tenido paso por barrica, pero que por su equilibrio y calidad se muestra recomendable para tomar cada día.
A la vista presenta un color rubí muy brillante y elegante, con ribete rosado, poco cubierto y con lágrima densa.
En nariz entrega notas de melocotón, regaliz negro, fresas, hierbas y flores de monte. Fresco pero poco intenso.
En boca posee una entrada fresca y especiada, con unos taninos maduros a pesar de su juventud. Notas de pimienta, piruleta y fresas envuelven la boca con la frescura que aporta una acidez bien equilibrada. La retronasal nos trae recuerdos de fruta fresca y flores, que dan paso a un final de medio recorrido y persistencia correcta.
Una garnacha fresca y fácil de beber, sumamente agradable, que además de convertirse en amiga de nuestros sentidos, también lo será de nuestros bolsillos. Marida bien con ensaladas, aperitivos, carnes blancas y pescados a la plancha, legumbres y quesos semicurados. Mi calificación para este Borsao Garnacha Mítica en su añada de 2013 es de un 86 sobre 100.
Dentro de esta zona, la denominación de origen Campo de Borja ha sido denominada oficiosamente como el imperio de la garnacha. Y una de las bodegas con mejores resultados dentro de la denominación es, sin duda, Borsao. Desde que Robert Parker alzara a la gloria su Borsao Selección 2011 al considerarlo como el mejor vino del mundo en relación calidad- precio, las miradas de muchos se han dirigido al buen hacer de esta bodega. Y no es para menos.
En el caso del vino que os traigo hoy se trata de un monovarietal de garnacha etiquetado en exclusiva para la red de supermercados Mercadona con un precio que resulta casi irrisorio: 1,86€. Se trata de un vino joven y fresco que no ha tenido paso por barrica, pero que por su equilibrio y calidad se muestra recomendable para tomar cada día.
A la vista presenta un color rubí muy brillante y elegante, con ribete rosado, poco cubierto y con lágrima densa.
En nariz entrega notas de melocotón, regaliz negro, fresas, hierbas y flores de monte. Fresco pero poco intenso.
En boca posee una entrada fresca y especiada, con unos taninos maduros a pesar de su juventud. Notas de pimienta, piruleta y fresas envuelven la boca con la frescura que aporta una acidez bien equilibrada. La retronasal nos trae recuerdos de fruta fresca y flores, que dan paso a un final de medio recorrido y persistencia correcta.
Una garnacha fresca y fácil de beber, sumamente agradable, que además de convertirse en amiga de nuestros sentidos, también lo será de nuestros bolsillos. Marida bien con ensaladas, aperitivos, carnes blancas y pescados a la plancha, legumbres y quesos semicurados. Mi calificación para este Borsao Garnacha Mítica en su añada de 2013 es de un 86 sobre 100.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Finca La Emperatriz Crianza 2009
Ya hablé en estas páginas de la bodega Finca La Emperatriz al analizar su vino Terruño. Afincados en La Rioja Alta, sus vinos tienen la profundidad y matices de un suelo y unas cepas excepcionales. En el caso del vino que os traigo hoy se trata de un coupage de tempranillo (95%), garnacha (3%) y viura (2%), con todos los matices varietales de la primera y con un equilibrio de su paso por barrica exquisito.
Procede de cepas de entre 15 y 65 años en suelo de cantos rodados en superficie y, por debajo de esta capa, una estructura franco arenosa. La vendimia se realizó a mano y la crianza fue de 12 meses en barricas de roble americano (80%) y francés (20%).
Es un crianza clásico, fácil de beber y que no decepciona ante cualquier plato. Con toda la magia que reciben los tempranillos de La Rioja y la elegancia y equilibrio que aporta la madera de roble americano, muy usada en los vinos finos de La Rioja Alta.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y envolvente, complejo. Entrega notas de cerezas, ciruelas rojas, guindas, fruta escarchada, vainilla y canela.
En boca posee una entrada potente, equilibrada y con buena acidez, presentando unos taninos maduros. Muy redondo, con notas frutales de fresas y frambuesas junto a matices procedentes de la barrica como la vainilla o unos ligeros tostados. La retronasal nos trae recuerdos de especias dulces, tostados de la madera y fruta madura. Final largo y persistencia media.
Por unos 9€ se puede disfrutar de un crianza riojano serio y elegante, un fiel compañero de mesa que marida bien con guisos de legumbres, pescados en salsa, carnes rojas, pimientos rellenos y quesos curados. Mi calificación para este Finca La Emperatriz Crianza en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
Procede de cepas de entre 15 y 65 años en suelo de cantos rodados en superficie y, por debajo de esta capa, una estructura franco arenosa. La vendimia se realizó a mano y la crianza fue de 12 meses en barricas de roble americano (80%) y francés (20%).
Es un crianza clásico, fácil de beber y que no decepciona ante cualquier plato. Con toda la magia que reciben los tempranillos de La Rioja y la elegancia y equilibrio que aporta la madera de roble americano, muy usada en los vinos finos de La Rioja Alta.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, bien cubierto y lágrima densa y brillante.
En nariz se muestra intenso y envolvente, complejo. Entrega notas de cerezas, ciruelas rojas, guindas, fruta escarchada, vainilla y canela.
En boca posee una entrada potente, equilibrada y con buena acidez, presentando unos taninos maduros. Muy redondo, con notas frutales de fresas y frambuesas junto a matices procedentes de la barrica como la vainilla o unos ligeros tostados. La retronasal nos trae recuerdos de especias dulces, tostados de la madera y fruta madura. Final largo y persistencia media.
Por unos 9€ se puede disfrutar de un crianza riojano serio y elegante, un fiel compañero de mesa que marida bien con guisos de legumbres, pescados en salsa, carnes rojas, pimientos rellenos y quesos curados. Mi calificación para este Finca La Emperatriz Crianza en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
lunes, 15 de septiembre de 2014
La Casa de Monroy "El Repiso" Crianza 2009
Hoy os traigo otro vino más de mi tierra, de Madrid, en este caso procedente de una bodega con cuatro generaciones de viticultores a las espaldas, que trabajan con la intención de hacer vinos de autor de alta expresión.
En el caso del que hoy os traigo, se trata de un coupage de tempranillo (70%), cabernet sauvignon (20%) y garnacha (10%) procedente de viñedos en espaldera cultivados en suelos areno-arcillosos y silíceos, pobres en materia orgánica. Cada variedad se vinifica por separado, recibiendo, en todos los casos, una crianza de 15 meses en barricas bordelesas de roble francés y americano.
Es un vino con mucho cuerpo y carácter, muy personal, no apto para todos los públicos. Un crianza atípico y con una personalidad mineral muy marcada. Muchísimo más interesante en nariz que en boca, exige decantación previa para que el alto contenido alcohólico (14,5 grados) se libere y sea más fácil apreciar todos sus matices. Además es un vino con una gran cantidad de sedimentos, por lo que es importante que la decantación se haga con esmero.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso y complejo. Entrega notas de cerezas, moras, ciruelas, confitura de frutas del bosque, mantequilla fresca y chocolate. Casi memorable, sin duda, la mayor virtud de este vino.
En boca posee una entrada potente y algo licorosa. Entrega unos taninos secos que provocan una marcada astringencia mostrándose, además, carnoso, casi se mastica. Le falta la complejidad y equilibrio que muestra en nariz. Nos trae recuerdos de guindas en licor y buena madera con un marcado carácter mineral. La retronasal se llena de moras silvestres y madera que dan paso a un final y persistencia medios.
Por unos 15€ se puede disfrutar de un vino de Madrid muy diferente a lo habitual de la región. Olvídense por un momento de las frescas garnachas de Gredos con su baja cobertura y elegante color. Aquí hay color, cuerpo y contundencia, eso sí, mucho mejor resuelto en nariz que en boca. Marida bien con guisos y estofados, legumbres y quesos curados, carnes rojas, caza y asados. Mi calificación para este La Casa de Monroy "El Repiso" Crianza en su añada de 2009 es de un 89 sobre 100.
En el caso del que hoy os traigo, se trata de un coupage de tempranillo (70%), cabernet sauvignon (20%) y garnacha (10%) procedente de viñedos en espaldera cultivados en suelos areno-arcillosos y silíceos, pobres en materia orgánica. Cada variedad se vinifica por separado, recibiendo, en todos los casos, una crianza de 15 meses en barricas bordelesas de roble francés y americano.
Es un vino con mucho cuerpo y carácter, muy personal, no apto para todos los públicos. Un crianza atípico y con una personalidad mineral muy marcada. Muchísimo más interesante en nariz que en boca, exige decantación previa para que el alto contenido alcohólico (14,5 grados) se libere y sea más fácil apreciar todos sus matices. Además es un vino con una gran cantidad de sedimentos, por lo que es importante que la decantación se haga con esmero.
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete granate, bien cubierto y con lágrima densa y fina.
En nariz se muestra intenso y complejo. Entrega notas de cerezas, moras, ciruelas, confitura de frutas del bosque, mantequilla fresca y chocolate. Casi memorable, sin duda, la mayor virtud de este vino.
En boca posee una entrada potente y algo licorosa. Entrega unos taninos secos que provocan una marcada astringencia mostrándose, además, carnoso, casi se mastica. Le falta la complejidad y equilibrio que muestra en nariz. Nos trae recuerdos de guindas en licor y buena madera con un marcado carácter mineral. La retronasal se llena de moras silvestres y madera que dan paso a un final y persistencia medios.
Por unos 15€ se puede disfrutar de un vino de Madrid muy diferente a lo habitual de la región. Olvídense por un momento de las frescas garnachas de Gredos con su baja cobertura y elegante color. Aquí hay color, cuerpo y contundencia, eso sí, mucho mejor resuelto en nariz que en boca. Marida bien con guisos y estofados, legumbres y quesos curados, carnes rojas, caza y asados. Mi calificación para este La Casa de Monroy "El Repiso" Crianza en su añada de 2009 es de un 89 sobre 100.
sábado, 13 de septiembre de 2014
Malpaso 2012
Bodegas Canopy es el joven proyecto de Alfonso Chacón y Belarmino Fernández en la DO de Méntrida, en la provincia de Toledo. Con viñedos de garnacha y syrah hacen unos vinos excelentes, producto de un trabajo respetuoso de la viña basado en una agricultura sostenible y mínimamente intervencionista.
A pesar de que la syrah es una uva que no se acaba de adaptar bien al clima español, las mejores manifestaciones de sus vinos proceden de Francia y Australia, Malpaso es un ejemplo de que con buen criterio y buena selección del terruño siempre se puede hacer un buen vino. En este caso se trata de un monovarietal de syrah procedente de cepas con una edad entre los 15 y 20 años, plantado en espaldera a unos 400 metros de altura sobre suelos rocosos. El vino ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés de 400 y 500 litros antes de ser embotellado.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima densa y transparente.
En nariz se muestra intenso y frutal. Entrega notas de cerezas, ciruelas rojas, moras, mantequilla fresca y golosina de fresa.
En boca posee una entrada cálida y potente, pleno de buena fruta. Muestra unos taninos maduros entregando notas de fresas, frambuesas, fruta compotada y Calippo de fresa (no es broma). Guindas, cerezas en licor y cuero envuelven una retronasal que da paso a un final de medio recorrido así como una persistencia correcta.
Por unos 11€ se puede disfrutar de un vino especial, diferente y muy original. ¿Es posible que un vino te sepa a polo de fresa? Pues en este caso es así, y me ha parecido que está riquísimo. Marida bien con ensaladas, tanto frescas como templadas, aves de corral y carnes blancas a la plancha. Mi calificación para este Malpaso en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
A pesar de que la syrah es una uva que no se acaba de adaptar bien al clima español, las mejores manifestaciones de sus vinos proceden de Francia y Australia, Malpaso es un ejemplo de que con buen criterio y buena selección del terruño siempre se puede hacer un buen vino. En este caso se trata de un monovarietal de syrah procedente de cepas con una edad entre los 15 y 20 años, plantado en espaldera a unos 400 metros de altura sobre suelos rocosos. El vino ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble francés de 400 y 500 litros antes de ser embotellado.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima densa y transparente.
En nariz se muestra intenso y frutal. Entrega notas de cerezas, ciruelas rojas, moras, mantequilla fresca y golosina de fresa.
En boca posee una entrada cálida y potente, pleno de buena fruta. Muestra unos taninos maduros entregando notas de fresas, frambuesas, fruta compotada y Calippo de fresa (no es broma). Guindas, cerezas en licor y cuero envuelven una retronasal que da paso a un final de medio recorrido así como una persistencia correcta.
Por unos 11€ se puede disfrutar de un vino especial, diferente y muy original. ¿Es posible que un vino te sepa a polo de fresa? Pues en este caso es así, y me ha parecido que está riquísimo. Marida bien con ensaladas, tanto frescas como templadas, aves de corral y carnes blancas a la plancha. Mi calificación para este Malpaso en su añada de 2012 es de un 91 sobre 100.
jueves, 11 de septiembre de 2014
Pegaso Granito 2007
Hablar de Telmo Rodríguez es hablar de uno de los viticultores más prolíficos e interesantes de nuestro país. Firme en la idea de hacer vinos a partir de uvas autóctonas y sometido rigurosamente a una viticultura ecológica tradicional, ha extendido sus manos por todo el páis, desde la Rioja a Toro y desde la Ribera del Duero a Alicante, pasando por Málaga, Ávila, Valdeorras, Cigales o Rueda.
El vino de hoy procede de viñas viejas plantadas en vaso al sur de la Comunidad de Castilla y León, en la provincia de Ávila. Cebreros es la localidad escogida para recuperar unos viñedos olvidados donde la garnacha se muestra en su máxima expresión, en suelos con marcada mineralidad. Pegaso Granito es un monovarietal de garnacha procedente de suelos de granito de origen magmático situados entre los 800 y los 1.000 metros de altura. Recibió una primera fermentación en depósitos de acero inoxidable para pasar a una crianza de 18 meses en barricas de 600 litros de roble francés de diferentes orígenes.
Es un vino fiel a su tierra y variedad, con una alta componente alcohólica (15 grados) y una complejidad procedente de un suelo único.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy abundante.
En nariz se muestra elegante, seductor, entregando notas de flores silvestres, pimienta, ciruelas rojas y piedra, mostrándose muy mineral.
En boca posee una entrada potente y fresca, con una presencia mineral demoledora. Taninos atercipelados y notas de guindas y confitura de cerezas se apoderan de nuestro paladar. La retronasal nos trae recuerdos de especias y buena madera que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por poco más de 30€ podemos disfrutar de una garnacha única, con todos sus matices varietales, pero apoyada en un suelo muy especial. Marida bien con aves de corral, especialmente carnes grasas como el pato. También acompañará adecuadamente guisos regionales más potentes y caza. Mi calificación para este Pegaso Granito en su añada de 2007 es de un 93 sobre 100.
El vino de hoy procede de viñas viejas plantadas en vaso al sur de la Comunidad de Castilla y León, en la provincia de Ávila. Cebreros es la localidad escogida para recuperar unos viñedos olvidados donde la garnacha se muestra en su máxima expresión, en suelos con marcada mineralidad. Pegaso Granito es un monovarietal de garnacha procedente de suelos de granito de origen magmático situados entre los 800 y los 1.000 metros de altura. Recibió una primera fermentación en depósitos de acero inoxidable para pasar a una crianza de 18 meses en barricas de 600 litros de roble francés de diferentes orígenes.
Es un vino fiel a su tierra y variedad, con una alta componente alcohólica (15 grados) y una complejidad procedente de un suelo único.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, poco cubierto y con lágrima de media densidad muy abundante.
En nariz se muestra elegante, seductor, entregando notas de flores silvestres, pimienta, ciruelas rojas y piedra, mostrándose muy mineral.
En boca posee una entrada potente y fresca, con una presencia mineral demoledora. Taninos atercipelados y notas de guindas y confitura de cerezas se apoderan de nuestro paladar. La retronasal nos trae recuerdos de especias y buena madera que dan paso a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por poco más de 30€ podemos disfrutar de una garnacha única, con todos sus matices varietales, pero apoyada en un suelo muy especial. Marida bien con aves de corral, especialmente carnes grasas como el pato. También acompañará adecuadamente guisos regionales más potentes y caza. Mi calificación para este Pegaso Granito en su añada de 2007 es de un 93 sobre 100.
martes, 9 de septiembre de 2014
Palacio Quemado Reserva 2010
Además de los vinos de la tierra de Extremadura, en esta bendita región se encuentran excelentes muestras de vinificación amparadas en la DO Ribera del Guadiana. Perteneciente al gran emporio empresarial de Bodega Alvear, se crea la Bodega Palacio Quemado en 1999, con la intención de hacer vinos de calidad en una zona muy especial, con un clima cálido, suelos arcillosos a 520 metros de altitud en una finca de 100 hectáreas de viñedo a sólo 18 kilómetros de Mérida.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de tempranillo procedente de cepas viejas que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés (70%) y americano (30%) para posteriormente descansar otros 20 meses en botellero antes de salir a la venta.
A pesar de su crianza, es un vino que no se ajusta al canon de "reserva", ya que tanto en color, como en aromas y sabores da la sensación de ser un vino fresco, con marcada juventud y un equilibrio interesante que le otorga la madera.
A la vista presenta un color picota con ribete violáceo, media cobertura y lágrima densa.
En nariz se muestra fresco, vivo, casi atrevido. Entrega notas de frutos rojos, regaliz, flores, chocolate, vainilla y un marcado matiz mineral que recuerda al alquitrán.
En boca posee una entrada golosa, dulce y amplia. Presenta unos taninos maduros entregando notas de cerezas, arándanos, regaliz rojo y piruleta. El punto justo de acidez unido a una marcada dulzura lo convierten en un vino que invita a beber más. La retronasal se ve bañada de fruta madura, mermelada de moras y ciruelas y un toque de buena madera. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por tan solo 8€ se puede disfrutar de un vino diferente, divertido y muy agradable, que muestra lo que puede entregar la tempranillo en tierra de conquistadores. Marida bien con ensaladas frescas, aperitivos, foie, quesos semicurados y carne de cerdo ibérico a la plancha en cualquiera de sus expresiones. Mi calificación para este Palacio Quemado Reserva en su añada de 2010 es de un 89 sobre 100.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de tempranillo procedente de cepas viejas que ha recibido una crianza de 16 meses en barricas de roble francés (70%) y americano (30%) para posteriormente descansar otros 20 meses en botellero antes de salir a la venta.
A pesar de su crianza, es un vino que no se ajusta al canon de "reserva", ya que tanto en color, como en aromas y sabores da la sensación de ser un vino fresco, con marcada juventud y un equilibrio interesante que le otorga la madera.
A la vista presenta un color picota con ribete violáceo, media cobertura y lágrima densa.
En nariz se muestra fresco, vivo, casi atrevido. Entrega notas de frutos rojos, regaliz, flores, chocolate, vainilla y un marcado matiz mineral que recuerda al alquitrán.
En boca posee una entrada golosa, dulce y amplia. Presenta unos taninos maduros entregando notas de cerezas, arándanos, regaliz rojo y piruleta. El punto justo de acidez unido a una marcada dulzura lo convierten en un vino que invita a beber más. La retronasal se ve bañada de fruta madura, mermelada de moras y ciruelas y un toque de buena madera. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por tan solo 8€ se puede disfrutar de un vino diferente, divertido y muy agradable, que muestra lo que puede entregar la tempranillo en tierra de conquistadores. Marida bien con ensaladas frescas, aperitivos, foie, quesos semicurados y carne de cerdo ibérico a la plancha en cualquiera de sus expresiones. Mi calificación para este Palacio Quemado Reserva en su añada de 2010 es de un 89 sobre 100.
lunes, 8 de septiembre de 2014
San Román 2010
Mariano García es toda una institución en el universo vinícola español. Director técnico de Vega Sicilia durante 30 años, pasó a fundar su propia bodega (Mauro) en 1998 mostrando una calidad extraordinaria en los dos vinos que creó (Mauro y Terreus), que por cuestiones geográficas no pudieron formar parte de la DO de Ribera del Duero pasando a ser etiquetados como Vinos de la Tierra de Castilla y León.
Más adelante decide hacerse con unos viñedos cerca de las Bodegas Mauro, pero ya dentro de la DO de Toro. El nivel presentado por su vino de Toro San Román ha sido, desde su primera añada, excepcional. Se trata de un monovarietal de la tempranillo de la zona (tinta de Toro), procedente de cepas de unos 45 años de edad de diversas parcelas situadas a 750 metros de altitud. Ha recibido una crianza de 24 meses en barricas nuevas y seminuevas de roble francés (70%) y americano (30%).
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete cereza intenso, bien cubierto y con lágrima muy densa y fina.
En nariz se muestra muy intenso y expresivo. Notas de chocolate, vainilla, guindas, arándanos e incluso hierbas de monte añaden al conjunto un matiz balsámico.
En boca es potente y algo licoroso, exige decantación previa de un par de horas, pero al abrirse muestra complejidad y unos taninos dulces y ligeramente secos. Presenta una buena acidez que denota gran potencial de guarda, mejorará aún más en los próximos 5 años. Entrega notas de chocolate blanco, fruta madura y roble cremoso, con mucho cuerpo, casi se mastica. Matices de cerezas y madera húmeda cobran protagonismo en una retronasal que da paso a un final de amplio recorrido y larga persistencia.
Un vino potente y complejo, fiel reflejo de su denominación de origen, que por unos 25€ nos enseña una manera diferente de disfrutar un gran vino. No gustará a todo el mundo, especialmente a los que gusten de vinos más finos y menos alcohólicos, pero resulta una excelente opción para el resto, un vino brillante, complejo y realmente delicioso. Marida bien con guisos potentes de legumbres, cordero y ternera, embutidos ibéricos y quesos bien curados. Mi calificación para este San Román en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
Más adelante decide hacerse con unos viñedos cerca de las Bodegas Mauro, pero ya dentro de la DO de Toro. El nivel presentado por su vino de Toro San Román ha sido, desde su primera añada, excepcional. Se trata de un monovarietal de la tempranillo de la zona (tinta de Toro), procedente de cepas de unos 45 años de edad de diversas parcelas situadas a 750 metros de altitud. Ha recibido una crianza de 24 meses en barricas nuevas y seminuevas de roble francés (70%) y americano (30%).
A la vista presenta un color picota muy oscuro con ribete cereza intenso, bien cubierto y con lágrima muy densa y fina.
En nariz se muestra muy intenso y expresivo. Notas de chocolate, vainilla, guindas, arándanos e incluso hierbas de monte añaden al conjunto un matiz balsámico.
En boca es potente y algo licoroso, exige decantación previa de un par de horas, pero al abrirse muestra complejidad y unos taninos dulces y ligeramente secos. Presenta una buena acidez que denota gran potencial de guarda, mejorará aún más en los próximos 5 años. Entrega notas de chocolate blanco, fruta madura y roble cremoso, con mucho cuerpo, casi se mastica. Matices de cerezas y madera húmeda cobran protagonismo en una retronasal que da paso a un final de amplio recorrido y larga persistencia.
Un vino potente y complejo, fiel reflejo de su denominación de origen, que por unos 25€ nos enseña una manera diferente de disfrutar un gran vino. No gustará a todo el mundo, especialmente a los que gusten de vinos más finos y menos alcohólicos, pero resulta una excelente opción para el resto, un vino brillante, complejo y realmente delicioso. Marida bien con guisos potentes de legumbres, cordero y ternera, embutidos ibéricos y quesos bien curados. Mi calificación para este San Román en su añada de 2010 es de un 95 sobre 100.
viernes, 5 de septiembre de 2014
La Garnatxa Fosca del Priorat 2010
Con el vino de hoy termino mi análisis de un proyecto que he disfrutado muchísimo. Me ha faltado la Garnacha de Hielo pero, por su precio y la dificultad para hacerme con una botella, he tenido que dejarlo para mejor ocasión.
Hoy os traigo la garnacha del Priorat, cuya seña de identidad más marcada es el tipo de suelo del que procede. Se trata de un monovarietal de garnacha procedente de viñedos con 60 años de edad a 310 metros de altitud con orientación noreste en suelos de pizarra que aportan una mineralidad y un color al vino muy característicos. Ha recibido una crianza de 10 meses en barricas de roble francés antes de ser embotellado.
Es uno de esos vinos que, por su potencia y capacidad de expresión, gana enteros si se le dedica una hora de oxigenación (previa decantación) anterior al consumo.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete rubí, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz destaca de una manera muy especial. Es intenso y emocionante, aportando notas de guindas en licor, confitura de moras y la mineralidad de la pizarra en un día de lluvia.
En boca no es tan espectacular como en nariz pero, aún con ello, posee una entrada potente y amplia, con gran volúmen, muy frutal y unos taninos aterciopelados. Entrega notas de guindas, cerezas, ciruelas rojas y regaliz dulce. Matices de madera húmeda y fruta bien madura se adueñan de la retronasal para dar paso a un final amplio y con buena persistencia. La mineralidad del suelo del que procede le otorga unos matices poco comunes en un vino. Original y muy expresivo.
Por unos 16€ podéis disfrutar de una garnacha muy mineral, un vino con la potencia y carácter de los buenos Priorat y toda la frutalidad y frescura de la variedad utilizada. Marida bien con carnes rojas y blancas, bacalao, quesos y embutidos ibéricos. Mi calificación para este La Garnatxa Fosca del Priorat en su añada de 2010 es de un 92 sobre 100.
Hoy os traigo la garnacha del Priorat, cuya seña de identidad más marcada es el tipo de suelo del que procede. Se trata de un monovarietal de garnacha procedente de viñedos con 60 años de edad a 310 metros de altitud con orientación noreste en suelos de pizarra que aportan una mineralidad y un color al vino muy característicos. Ha recibido una crianza de 10 meses en barricas de roble francés antes de ser embotellado.
Es uno de esos vinos que, por su potencia y capacidad de expresión, gana enteros si se le dedica una hora de oxigenación (previa decantación) anterior al consumo.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete rubí, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz destaca de una manera muy especial. Es intenso y emocionante, aportando notas de guindas en licor, confitura de moras y la mineralidad de la pizarra en un día de lluvia.
En boca no es tan espectacular como en nariz pero, aún con ello, posee una entrada potente y amplia, con gran volúmen, muy frutal y unos taninos aterciopelados. Entrega notas de guindas, cerezas, ciruelas rojas y regaliz dulce. Matices de madera húmeda y fruta bien madura se adueñan de la retronasal para dar paso a un final amplio y con buena persistencia. La mineralidad del suelo del que procede le otorga unos matices poco comunes en un vino. Original y muy expresivo.
Por unos 16€ podéis disfrutar de una garnacha muy mineral, un vino con la potencia y carácter de los buenos Priorat y toda la frutalidad y frescura de la variedad utilizada. Marida bien con carnes rojas y blancas, bacalao, quesos y embutidos ibéricos. Mi calificación para este La Garnatxa Fosca del Priorat en su añada de 2010 es de un 92 sobre 100.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
La Garnacha Salvaje del Moncayo 2012
Seguimos con el proyecto de Garnachas de España para analizar la más joven de todas, una garnacha procedente de viñedos casi abandonados en las estribaciones del Moncayo, a 810 metros de altura sobre suelos pedregosos. Las uvas proceden de cepas con unos 55 años de edad y orientación norte.
Se trata, como no podía ser de otra forma, de un monovarietal de garnacha que ha recibido una crianza de sólo 5 meses en barricas nuevas de roble francés antes de ser embotellado. En esta ocasión abordamos una garnacha joven, fresca y muy frutal. Por su juventud y menor precio se puede llegar a pensar que no cumple con las espectativas pero, lejos de ello, vuelve a conformarse como excelente referencia de los viñedos de la zona, aportando variedad al conjunto del proyecto.
A la vista presenta un color granate con ribete entre rosado y violáceo, poco cubierto y con lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra fresco, afrutado, entregando notas de lilas y flores blancas que se funden con matices frutales de fresas, cerezas y grosellas. Ligeros recuerdos de hierbas de monte y especias.
En boca posee una entrada potente, con una marcada acidez y gran presencia frutal. Muestra unos taninos dulces y ligeramente secos y nos trae recuerdos de arándanos frescos que se unen a notas de buena madera y bosque en la retronasal. Ligerísimo posgusto de pimienta blanca. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 9€ se puede disfrutar de otro ejemplo de garnacha impecable, elaborada con mimo y con una frescura que la hace ideal para los rigores del verano, sirviéndose un poco más fría de lo habitual en estos vinos. Marida bien con todo tipo de aperitivos, ensaladas, pescados a la plancha y quesos semicurados. Mi calificación para este La Garnacha Salvaje del Moncayo en su añada de 2012 es de un 89 sobre 100.
Se trata, como no podía ser de otra forma, de un monovarietal de garnacha que ha recibido una crianza de sólo 5 meses en barricas nuevas de roble francés antes de ser embotellado. En esta ocasión abordamos una garnacha joven, fresca y muy frutal. Por su juventud y menor precio se puede llegar a pensar que no cumple con las espectativas pero, lejos de ello, vuelve a conformarse como excelente referencia de los viñedos de la zona, aportando variedad al conjunto del proyecto.
A la vista presenta un color granate con ribete entre rosado y violáceo, poco cubierto y con lágrima densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra fresco, afrutado, entregando notas de lilas y flores blancas que se funden con matices frutales de fresas, cerezas y grosellas. Ligeros recuerdos de hierbas de monte y especias.
En boca posee una entrada potente, con una marcada acidez y gran presencia frutal. Muestra unos taninos dulces y ligeramente secos y nos trae recuerdos de arándanos frescos que se unen a notas de buena madera y bosque en la retronasal. Ligerísimo posgusto de pimienta blanca. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 9€ se puede disfrutar de otro ejemplo de garnacha impecable, elaborada con mimo y con una frescura que la hace ideal para los rigores del verano, sirviéndose un poco más fría de lo habitual en estos vinos. Marida bien con todo tipo de aperitivos, ensaladas, pescados a la plancha y quesos semicurados. Mi calificación para este La Garnacha Salvaje del Moncayo en su añada de 2012 es de un 89 sobre 100.
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