Es el segundo vino que traigo a estas páginas de la excelente Bodegas Marañones de Madrid. En este caso es un "primo hermano" del magnífico Labros que ya analicé aquí, basado en el mismo concepto: monovarietal de garnacha de Gredos con una edad de las cepas entre los 50 y 70 años, trabajado bajo el estándar de agricultura ecológica, en este caso procedente de dos parcelas en ladera sobre suelos graníticos que aportan al vino una mineralidad muy acusada.
Estas parcelas poseen una orientación norte y se encuentran entre los 750 y 850 metros de altitud. Es un vino de terroir en cuya fermentación se han utilizado levaduras autóctonas y tras una crianza de 12 meses en barricas usadas de roble francés, no ha sido sometido a procesos de estabilización, clarificación ni filtración.
Es un vino elegante a la vista y emocionante en nariz, lástima que un marcadísimo amargor final junto con una acusada falta de tiempo en botella (al menos de un año) le hayan hecho perder en boca parte de su buen hacer.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosado, poco cubierto y lágrima poco densa, gruesa y brillante.
En nariz se muestra intenso y mineral, con un marcado carácter varietal. Notas de cerezas, frambuesas, regaliz y mermelada de ciruelas conforman un resultado impecable.
En boca posee una entrada potente, licorosa, con taninos ligeramente secos. Muestra una gran carga frutal con recuerdos de confitura de frutos rojos, guindas y una mineralidad tan presente como en nariz. Es fresco y con una acidez muy equilibrada. Tan solo un excesivamente marcado amargor final le aleja de calificaciones más altas. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y roble fresco que dan paso a un final largo con una persistencia media.
Por unos 17€ podéis disfrutar de otra buena garnacha madrileña aunque para mi gusto le falta tiempo en botella para redondear su potencial alcohólico. Su marcado amargor final no gustará a todos, pero bien acompañado de platos que solucionen ese desequilibrio, puede ser una propuesta espectacular. Marida bien con ensaladas dulces, pato, foie, embutidos ibéricos y queso de cabra. Mi calificación para este Marañones en su añada de 2012 es de un 90 sobre 100.
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