Para terminar el año os traigo una interpretación de la uva por excelencia de nuestro país, la tempranillo, en una bodega de Rioja que aúna calidad y buen precio en sus productos. El Coto Crianza es de esos vinos que nunca falta en el stand de cualquier centro comercial, todos habréis tenido la oportunidad de verlo en más de una ocasión y ese hecho es algo que no nos debe pasar por alto a los que juntamos letras en blogs enológicos ya que, en tiempos de crisis como los que estamos viviendo, es una alegría poder disfrutar de buenos vinos, asequibles a nuestros bolsillos y cercanos a nuestros hogares.
El de hoy es un monovarietal de tempranillo que ha recibido una crianza de 12 meses en barricas de roble americano y que ha reposado al menos 6 meses en botella antes de salir a la venta. Un vino fino y elegante, muy de su tierra, una apuesta segura ante cualquier situación gastronómica y una buena propuesta como fondo de vinoteca.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima transparente y de media densidad.
En nariz se muestra fresco y con un marcado matiz herbáceo. Notas de monte, regaliz, melocotón en almíbar, cuero y miel forman un curioso y poco común perfil aromático que sorprende y agrada por igual.
En boca posee una entrada fresca y suave, muy equilibrada y con unos taninos maduros. Redondo, sutil y fácil de beber, entrega notas de cerezas, ciruelas y un marcado matiz especiado. La retronasal nos trae recuerdos de mermelada de ciruelas y madera fresca. Final de medio recorrido y persistencia correcta.
Por unos 5€ podéis disfrutar de un muy buen Rioja, equilibrado, fresco y con buenas maneras en toda su extensión. Marida bien con carnes blancas y rojas a la plancha, ensaladas templadas, aperitivos y pescados a la plancha. Un vino muy apropiado también para algo tan nuestro como el tapeo. Mi calificación para este El Coto Crianza en su añada de 2010 es de un 89 sobre 100.
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