Para celebrar el vino número 100 que analizo para este blog os traigo una pequeña joya de la región francesa de Borgoña. Un vino de la bodega Clavelier et Fils de la que ya os he traído alguna muestra en estas páginas, gracias a la selección que tienen de sus vinos en Oh delice!.
Como es propio de los vinos de la región, se trata de un monovarietal de uva pinot noir, tan delicada como elegante y rica en matices, que ha pasado por una crianza en barricas de roble francés. Este vino forma parte de la línea de gama alta de la bodega, "Les essentiels", que se caracteriza por una cuidada selección del fruto y un trabajo en bodega que apuesta por rescatar la esencia de esta variedad.
Una de las peculiaridades de este vino, que lo hacen especialmente recomendable, es el hecho de agradar de igual manera a expertos como a neófitos, ya que siendo muy fácil de beber y con un nivel de alcohol bajo (13 grados), posee una complejidad y amplitud de matices realmente notable.
A la vista presenta un color rubí con ribete rosaceo, poco cubierto y con lágrima brillante y de media densidad.
En nariz se muestra fresco y perfumado, con notas de moras, lilas, fresas, champiñón y una ligera mineralidad.
En boca posee una entrada sedosa, elegante, con taninos maduros. Nos trae recuerdos de confitura de moras, fresas, frambuesas y golosina de fresa. La retronasal nos habla de fruta madura y muestra matices ligeramente especiados. Final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 30€ podemos disfrutar de un vino amable y complejo, un Borgoña de verdad, de la prestigiosa región de Beaune donde alcanza la distinguida calificación de Primer Cru. Lo tomé con un buen confit de pato con confitura de fresa y fue un rotundo éxito. Marida igualmente bien con todo tipo de aves de corral, carnes blancas, ensaladas calientes, foie, caza, pescados a la plancha y quesos semi curados. Mi calificación para este Clavelier et Fils "Les Perrieres" en su añada de 2011 es de un 92 sobre 100.
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