Bernabeleva es, sin lugar a dudas, una de las bodegas más emblemáticas de la Comunidad de Madrid. Con la garnacha de Gredos por montera, realizan una viticultura de mínima intervención donde el suelo, el clima y la orientación de sus viñas son los artífices de gran parte del resultado final en sus vinos. Eso y un esmero en el cuidado de sus frutos, que en su mayoría proceden de cepas viejas con una producción mínima.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de garnacha plantada con orientación sur en la Finca Carril del Rey, procedente de viñas de unos 75 años de edad, de maduración tardía sobre suelos de granito. El vino ha recibido una maceración larga, por encima de los 40 días y posteriormente ha pasado a realizar la fermentación maloláctica en madera con sus lías, realizando su crianza en barricas usadas de roble francés de 225 y 500 litros.
Un vino fino, elegante, uno de los grandes exponentes de la garnacha madrileña.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima densa, fina y brillante. Muy elegante.
En nariz muestra firmemente la esencia varietal de la garnacha. Notas de hierbas de monte, regaliz, menta y un ligero matiz de ahumados.
En boca posee una entrada potente, amplia y algo licorosa. Se muestra fresco gracias a una acertada acidez y unos taninos aterciopelados. Notas de cerezas y fresones se acompañan de matices especiados procedentes de la madera. La retronasal se vuelve cálida y nos trae recuerdos de fruta confitada y piruleta. Final largo y buena persistencia.
Por unos 24€ se puede disfrutar de una garnacha de categoría, buena muestra de que en Madrid poco tenemos que envidiar la excelentes viñas aragonesas. Un vino original, fresco y único, un paso por encima de la mayoría de sus vecinos de la región. Marida bien con chuletitas de cordero lechal, carnes rojas a la plancha y pescado azul. Mi calificación para este Bernabeleva Carril del Rey en su añada de 2011 es de un 93 sobre 100.
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