A pesar de ser un vino joven, cosechero, es una buena muestra de una de las bodegas que más ha destacado en la Ribera del Duero en los últimos años: Neo. Se trata de un monovarietal de tinta del país (tempranillo) procedente de cepas de más de 60 años plantadas en vaso y con una vendimia manual, que ha recibido una crianza de 6 meses en barricas de roble francés en un 70% y americano en un 30%.
Un vino fácil de beber, muy agradable, quizás algo caro para lo que ofrece, pero un gran regalo para todos los amantes del mítico grupo catalán. Ideal para tomar de manera reposada mientras suenan de fondo compases inolvidables de títulos como El Rompeolas, Cadillac Solitario o Rock 'n Roll Star.
A la vista presenta un color granate con ribete rosado, media cobertura y lágrima de media densidad.
En nariz se muestra muy frutal, entregando notas de fresas, frambuesas, regaliz rojo, piruleta y hierbas de monte. Intenso y fresco.
En boca posee una entrada frutosa y fresca gracias a una muy buena acidez, mostrando unos taninos maduros. Notas de fresas, cerezas, fruta de hueso, especias y un matiz a establo desembocan en un ligero amargor final. La retronasal nos trae recuerdos de fruta madura y madera húmeda dando lugar a un final de medio recorrido y buena persistencia.
Por unos 15€ se puede disfrutar de este vino, siempre que lo puedas encontrar en tienda, ya que su tirada limitada a solo 3000 botellas hace que la especulación le otorgue cifras bastante más altas. Atendiendo a lo puramente enológico es un buen vino, algo subido de precio, pero buen representante de su región vinícola y un magnífico regalo para cualquier seguidor de el Loco. Marida bien con carnes rojas a la plancha, guisos de legumbres, embutidos ibéricos y queso curado o semi curado. Mi calificación para este Neo Loquillo en su añada de 2013 es de un 89 sobre 100.
No hay comentarios:
Publicar un comentario