Protos, además de ser una de las marcas de vino más reconocidas de nuestro país, también es una de las primeras en asentarse en la Ribera del Duero y de crear vinos de calidad en esta región. Ya en la exposición universal de 1929 en Barcelona se llevaron una medalla de oro por sus excelentes tintos. Bodega con mucha solera y tradición que ha trascendido su fama para seguir siendo fieles a un producto de calidad sin caer en exceso en lo comercial.
El vino que os traigo hoy es un monovarietal de tempranillo de la zona (tinta del país) que ha recibido una crianza de 18 meses en barricas de roble americano para luego "dormir" otros 24 meses en botella antes de salir a la venta. Un vino elegante y potente, como buen Ribera, que por unos 22€ muestra las virtudes de los grandes vinos de la zona.
A la vista presenta un color picota oscuro con ribete cereza, bien cubierto y con lágrima fina, tintada y de media densidad.
En nariz se muestra intenso y envolvente, casi embriagador. También se observa una presencia alcohólica que se matizará con unos años más en botella. Notas de moras y vainilla entregan un perfume de gran vino.
En boca posee una entrada amplia y muy potente. Muestra unos taninos finos, no del todo maduros pero muy elegantes. Se encuentran ahora notas de frutas rojas y roble cremoso. Fresas y vainilla en la retronasal dan paso a un final largo y con gran persistencia.
Una apuesta segura dentro de su denominación, Protos ofrece calidad y buenas maneras en toda su gama, desde su vino Roble hasta sus creaciones más selectas. Cuestión de gustos y bolsillo. A la hora de maridar se convertirá en fiel compañero de carnes rojas y blancas a la parrilla o plancha, magret de pato, guisos de cordero, caza, embutidos y quesos curados. Mi calificación para este Protos Reserva en su añada de 2009 es de un 92 sobre 100.
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