Con el afán de haceros llegar el vino a la mesa, sin complejos ni impedimentos, de vez en cuando voy a ofreceros opciones interesantes que podéis encontrar en vuestro supermercado y a precios de risa. El vino que nos ocupa procede de la aragonesa denominación de origen de Cariñena y se trata de un coupage de uvas tempranillo, garnacha, cariñena y cabernet sauvignon. En la página web de la bodega explican un coupage diferente a este pero tras ponerme en contacto con ellos me confirmaron que la mezcla real es la que reza en la contraetiqueta de la botella, que es la que os he remitido.
La crianza se ha realizado en barricas de roble francés y americano durante un periodo de seis meses. Es un vino para compartir la comida de cada día, y, a pesar de tener ya 6 añitos, se muestra fresco y joven, fácil de beber. Una opción más que interesante para un vino de 2,65€.
A la vista presenta un color picota con ribete granate, poco cubierto y con lágrima densa.
En nariz hay una marcada presencia de frutas rojas frescas, con notas de cuero y madera mojada. Especiado.
En boca tiene una entrada excesivamente vigorosa, con una acidez algo descontrolada, fresco y frutoso con taninos maduros y final corto, algo vacuo.
Un vino, en definitiva, que no sorprenderá a nadie, pero que aportará una grata compañía en cualquier mesa, especialmente ante aperitivos y carnes blancas, y que demuestra que en nuestro país se elaboran vinos muy recomendables por muy poco precio. Eso sí, no hagan mucho caso de la pegatina que le han puesto en el cuello de la botella anunciando los 89 puntos de Robert Parker porque la cosa no llega a tanto y puede dar lugar a una pequeña decepción. Mi calificación para este Monasterio de las Viñas Crianza en su añada de 2008 es de un 85 sobre 100.
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