Ya hemos tratado en este blog la calidad de un vino procedente de Burdeos, en aquel caso de Lalande de Pomerol, ahora vamos a cruzar a la orilla izquierda de la Gironda y vamos a disfrutar un tinto del Medoc, de la zona de Pauillac, mítica por alojar algunos de los mejores viñedos del mundo como los Chateau Lafite, Latour o Pontet-Canet. Es una región que también es conocida por la longevidad de sus vinos que llegan a permitir décadas de guarda.
En Pauillac se suelen utilizar, en su gran mayoría, las mismas uvas de la otra región de Burdeos, cabernet sauvignon y merlot, pero en este caso la relación es diferente. Aquí el protagonismo se lo lleva la cabernet que, en el vino que nos ocupa, acapara el 80% de la mezcla, frente a ese 20% de merlot. Esto, unido a una crianza en barricas de roble francés de 18 meses y una guarda en botella de más de tres lustros, redondean un vino exquisito.
La cabernet es una uva que se vinifica en casi todo el mundo, una auténtica superviviente a cualquier tipo de clima, con mucho cuerpo y carácter y unos taninos recios procedentes de un hollejo bastante grueso, que solo el paso del tiempo consigue domesticar.
A través de una cata en nuestra querida Oh Delice!, descubrí este magnífico vino, todo un Cru Bourgeois que, si bien no es barato (49€), ofrece parte de la magia de una región con unos vinos memorables. Este de 1997 está en un momento perfecto para ser abierto y recomiendo un par de horas de decantación anteriores a su consumo para liberar todas sus cualidades.
A la vista presenta un color teja muy marcado con ribete anaranjado, buena cobertura y lágrima muy densa.
En nariz, tras la adecuada decantación, nos regala tonos florales y frutales muy intensos y envolventes, licoroso y con notas de café y cuero.
En boca emociona, tiene una entrada que es una auténtica caricia, los taninos sumamente sedosos con un alto contenido en fruta madura que envuelve, dan paso a una retronasal con notas a buena madera bien integrada. Final largo y persistente.
A pesar de haber tenido un ligero percance al descorchar, estos vinos con tanta edad son muy delicados en esa operación, y tras filtrarlo a través de una tela fina y limpia para librarlo de los pequeños trozos de corcho, el resultado final es emocionante. Un vino con marcada personalidad, sumamente delicado e ideal para maridar con carnes rojas, tanto a la plancha como guisadas, quesos e incluso pescado. Un esfuerzo económico algo alto para disfrutar de un Medoc memorable, muy recomendable. Mi calificación para este Chateau de Coubersant en su añada de 1997 es de un 95 sobre 100.
El vino será fantástico pero tus notas de cata no lo son menos. ¡¡¡Enhorabuena¡¡
ResponderEliminarTengo unos excelentes maestros en vosotros. Muchas gracias por pasarte Clotilde, besos para Antonio y para ti!
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