Se dice que cuando el maestro Miguel Ángel acabó de esculpir su, para él, obra más perfecta, el Moisés, golpeó la estatua con su martillo y le increpó: "¡Habla!", debido a que, a su criterio, era lo único que le faltaba a su creación para alcanzar la perfección. De ese espíritu renacentista se nutre el proyecto de las Bodegas Habla, erigidas en tierra de conquistadores, en los yermos campos de pizarra frente a Trujillo, orgullo de la tierra cacereña y, por extensión, de Extremadura.
Estamos ante una bodega vanguardista, que ofrece lo mejor de la tecnología vitivinícola al servicio de un terroir o terruño del que se extraen unos vinos originales y de una profundidad y matices excelentes. No en vano cada vino de esta bodega, excepto su vino base Habla del Silencio, es un producto único, que nunca se repite en el tiempo. El equipo de enólogos de la bodega decide cada año qué variedades de su plantación incluir en sus creaciones, teniendo en cuenta mil detalles, desde el clima, la pluviosidad, etc, para hacer cada año un vino único e irrepetible.
Y como buen fruto de este proyecto nace en 2007 su vino Habla nº 7, a partir de uvas cabernet sauvignon, tempranillo y petit verdot y que, a gusto de el que les habla, es la mayor expresión conseguida hasta ahora por esta bodega. El vino ha pasado por una crianza de 13 meses en barricas de roble francés que no han hecho sino destacar la poderosa componente frutal del mismo.
A la vista muestra un color picota intenso con una buena graduación de color hasta el borde, profundo y de lágrima densa.
En nariz destacan tonos especiados a pimienta negra y clavo, también frutos rojos, piruleta de fresa, mineralidad y un fondo licoroso que poco a poco desaparece al abrirse.
En boca tiene una entrada potente, tonos a grosella y frambuesa, ácidos bien marcados que aportan frescura, profundo con taninos bien integrados, muy matizados, frutoso, elegante y mucho más agradable a medida que se oxigena. Recorrido largo con buena persistencia.
Es un vino que exige una decantación de entre una y dos horas, a medida que se abre se vuelve emocionante en nariz y pleno en boca. Original y rozando lo espectacular. Un vino digno de un proyecto ambicioso a un precio propio del sentir elitista de la bodega, entre 22 y 24 € para un producto que empieza a ser difícil de encontrar. En su misma línea, hecho un año después con un coupage de uvas idéntico y de igual precio está el Habla nº 9, muy cerca de la calidad del nº 7 y mucho más fácil de encontrar. Más económico y sin salirnos de la bodega de Trujillo tenemos el fresquísimo Habla del Silencio, vino fácil de beber y muy agradable en cualquier ocasión, en torno a los 10 €. También extremeño es el Marqués de Valdueza etiqueta roja, vino que he tenido la oportunidad de disfrutar hace pocos días y que me ha sorprendido gratísimamente, hecho en Mérida, Badajoz.
Habla nº 7 es un vino que admite múltiples maridajes, desde guisos de cordero a carnes blancas, muy disfrutable con los maravillosos solomillos ibéricos de la tierra. Al ser un vino tan hermético puede disfrutarse de forma reposada a lo largo de una tarde leyendo un buen libro. Mi calificación a este vino sería de un 93 sobre 100.
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