Comenzar este nuevo blog, tan alejado de mis pasiones tecnológicas, y tan lleno de mi yo interior, de mis sensaciones y vivencias en el gran mundo del vino, es para mi un acto de expiación. Expiación de los pecados de la carne por el disfrute, el gozo, del elemento líquido y espiritual que es el vino.
No voy a perder el tiempo en relataros la historia, el desarrollo o la evolución de una industria como la vitivinícola sino simplemente dejaros sensaciones que me envuelven cuando disfruto de una buena botella de vino, sin más, con mis propias expresiones, nada academicistas y muy personales que, espero, sirvan a más de uno para disfrutar de un momento de felicidad embotellada, porque eso es para mi un vino, un momento único de felicidad servida por un grupo de personas que han dedicado su vida a ello.
Espero que lo disfruten, sean todos bienvenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario