El Tokaji es un vino que se trabaja principalmente en el noreste de Hungría, de una manera muy especial y se ha convertido en emblema de este país hasta el punto de aparecer en su himno nacional. Es un vino de cosecha tardía procedente de un terroir compuesto por arcillas y suelo volcánico cuya elaboración se debe, en gran medida, a la labor del hongo botrytis cinerea, que recubre la uva y la deshidrata, aumentando la concentración de sabores y azúcar en la misma.
Es un vino blanco dulce que se crea con una base mayoritaria de la uva furmint y se utiliza principalmente como vino de postre aunque se puede acompañar con otros platos. Su denominación de origen fue la primera del mundo en crear una base reguladora del vino allá por 1757. Es un producto alabado en todo tipo de contextos a lo largo de la Historia, incluso el monarca francés Luis XIV "el rey Sol" se refirió a él como "Vin des Rois et Rois des Vins" (Vino de Reyes, el Rey de los Vinos).
Su vinificación se gradúa en base a la cantidad de uva deshidratada que se utiliza en la misma en relación con la cantidad de uva sana. Así se crea una escala que va de los 3 a los 7 puttonyos (capazos), lo cual significa que a mayor número de uva deshidratada respecto a la sana, mayor nivel de dulzor y concentración en el caldo. El vino que analizo en este artículo es de 5 puttonyos con lo que se mantendría en la mitad de dicha escala, con un buen equilibrio entre concentración y frescura.
Son vinos que se presentan en botellas de medio litro, medida poco habitual pero que favorece la adecuada cantidad en proporción a la contundencia del mismo, no tanto por la cantidad de alcohol (solo 10 grados) como por la concentración e intensidad del vino. Además se trata de un tipo de vino bastante caro, este del Chateau Dereszla me ha costado la nada despreciable cifra de 25,40€, teniendo en cuenta que solo son 500ml, el esfuerzo a la hora de comprarlo no es apto para todos los bolsillos.
A la vista es un vino espectacular, muy brillante y límpido, con reflejos dorados que llegan a rozar tonos ambarinos, mostrando una lágrima de muy poca densidad.
En nariz no es memorable, a medida que se abre en la copa va aportando una fuerte componente trufada, con reflejos de miel y melocotón bien marcados.
En boca es sustancialmente más intenso que en nariz. Se muestra dulce, embriagador, envolvente, con taninos sedosos, untuoso y muy frutal. Sabores entre los que destaca la miel y el albaricoque, es un vino muy equilibrado con ácidos muy matizados pero que aportan la suficiente frescura como para no resultar empalagoso.
Este tokaji es un vino, como ya dije al principio, ideal para postre, marida bien con chocolate negro y frutas en almíbar, pero también resulta agradable con ensaladas, quesos y foie. Lo he tomado con una tarrina de foie de canard aux raisins blonds (foie de pato de canard con uvas pasas) con caviar de melón y el maridaje ha sido impecable.
La bodega española Vega Sicilia hace también un excelente tokaji, el Oremus, pero con un precio ostensiblemente superior. Mi calificación para este Chateau Dereszla 5 Puttonyos en su añada de 2007 es de un 94 sobre 100. Sólo la falta de mayor carácter olfativo lo ha alejado de notas aún más espectaculares.
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