Os vuelvo a traer un vino de esa curiosa variedad tan propia del noroeste de Castilla y León, la prieto picudo, caracterizada por una potente acidez y unos racimos de frutos pequeños y abundantes. En este caso es un vino de una bodega poco conocida pero que atesora buena experiencia en la realización de sus vinos de calidad, todos ellos muy apegados a su tierra.
Hablamos de un monovarietal de prieto picudo que ha recibido una crianza en barricas de roble (50% francés y 50% americano), antes de ser embotellado. Un vino muy diferente y original, muy interesante en su rango de precio y vestido de una botella elegante y poco habitual.
A la vista presenta un color granate con ribete rubí, media cobertura y lágrima de media densidad muy brillante.
En nariz se muestra amplio y complejo. Las primeras y marcadas notas a establo o cuadra molestan un poco en su inicio, pero a medida que el vino se oxigena gana en riqueza de matices mostrando retazos de cuero, mantequilla, fresas y ciruelas rojas.
En boca posee una entrada limpia y fresca gracias a una acidez muy marcada pero bien equilibrada, propia de esta variedad de uva. Muestra unos taninos maduros y entrega notas de café, trufa, regaliz y matices tostados con un ligero amargor final. La retronasal nos habla de cerezas y fruta madura dando paso a un final correcto y de media persistencia.
Por unos 7€ se puede disfrutar de un vino con mucha personalidad, fresco y complejo aunque con unos matices olfativos que no gustarán a todos. Se recomienda decantación previa al consumo para que el vino se abra y se muestre más amable. Marida bien con asados de carnes rojas y caza y quesos muy curados. Mi calificación para este 3 Palomares Prieto Picudo Crianza en su añada de 2012 es de un 87 sobre 100.
No hay comentarios:
Publicar un comentario