No es habitual ver ejemplos de grandes monovarietales de pinot noir en nuestro país. El clima, excesivamente cálido para esta variedad, tan delicada que incluso se debe vendimiar de noche, impide que los enólogos españoles puedan hacer magia de donde, entre comillas, no la hay. Además, al tratarse de una variedad de uva tan especial, sólo los vignerons con mayor experiencia en su elaboración y cuidados pueden extraer un vino de calidad.
Con esa idea en la cabeza y atendiendo a la demanda del mercado, en Alta Pavina han luchado por crear un pinot noir a la altura de los de la Borgoña y para ello han traído a uno de sus experimentados enólogos que ha trasladado sus conocimientos a unos viñedos situados en la finca Pago de la Pavina, en el término municipal de La Parrilla, Valladolid, a 900 metros de altura. He probado otros pinot noir españoles, pero pocos se acercan como este a la delicadeza y calidad de los borgoñones. Está un poco pasado de alcohol (14,5 grados) y tiene algo más de cuerpo de lo habitual en un vino de este tipo pero no deja de ser un lujo para todo el que disfrute de esta variedad. Desde el momento en que tuve la oportunidad de probarlo hace unos meses en una cata en Lavinia y tras una interesante conversación con uno de los dueños de la bodega, me di cuenta que estaba ante un gran vino y, por desgracia, un gran desconocido en nuestro país. Y creedme si os digo que merece muchísimo la pena pagar los 19€ que cuesta la botella para saborear una experiencia tan diferente.
El vino ha recibido una crianza de 24 meses en barricas de roble francés que han otorgado mayor complejidad al vino, pero también más protagonismo del necesario a algunas notas lácticas procedentes de la madera. Para acabarlo de redondear, ha permanecido otros 24 meses en botella antes de salir a la venta. Es un vino plenamente disfrutable a día de hoy, aunque aún puede evolucionar mínimamente con algo más de guarda.
A la vista presenta un color granate con ribete cereza, poco cubierto y con lágrima densa y brillante.
En nariz resulta envolvente, intenso, con notas de cerezas y guindas con un dulzor muy marcado. Matices a vainilla y mantequilla fresca se mezclan con notas balsámicas y minerales. Complejo.
En boca posee una entrada sedosa, mostrando unos taninos maduros, de nuevo aparece la mantequilla fresca para captar toda la atención del paladar, quizás debido a una estancia en barrica superior a la aconsejable o a un tostado de la madera demasiado marcado. Se muestra amplio, envolvente y equilibrado, y deja entrever notas de cerezas que se repiten en la retronasal junto a la cremosidad del roble. Entrega un final largo y con buena persistencia..
Un vino, por tanto, diferente y bien hecho, buena muestra del cuidado que han puesto en cada detalle los encargados de su bodega. Marida bien con carnes rojas, pescados en salsa, quesos curados, y guisos de cordero. Otro buen exponente del pinot noir patrio es el Bassus Pinot Noir de Bodegas Hispano- Suizas, con un precio y calidad similares a las del vino que hoy os traigo. Mi calificación para este Alta Pavina Citius Pinot Noir en su añada de 2009 es de un 91 sobre 100.
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